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Monday, October 22, 2012

Nobel de la Paz para los autores del Magnicidio, Genocidio y Destrucción de Libia

HRW: Nuevas pruebas de ejecuciones masivas tras la muerte de Gaddafi

El magnicidio cometido por los nobeles de la "paz",  los que han
"democratizado" el terrorismo, es una vergüenza una ofensa para la humanidad
La organización para la defensa de los derechos humanos insta a las autoridades libias a realizar una investigación de las muertes

La organización internacional defensora de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) acusó a milicianos libios de asesinar a más de 60 simpatizantes del coronel Muammar Gaddafi después de la captura y muerte de este. En un informe de 50 páginas titulado 'Muerte de un dictador: venganza sangrienta en Sirte', el grupo detalla las últimas horas de Gaddafi y las circunstancias de su muerte, la de su hijo Mutassim y la de miembros de su convoy, a partir de testimonios e imágenes grabadas con teléfonos móviles cuando ocurrieron los hechos hace un año.

El director del departamento de emergencias en HRW, Peter Bouckaert, afirmó que los resultados de la investigación cuestionan las afirmaciones de las autoridades libias del Gobierno de transición de que Muammar Gaddafi murió en un tiroteo en el momento de su captura el 20 de octubre de 2011 en su región natal de Sirte, al noroeste del país, y no después.

Sin embargo, testigos y medios de comunicación afirmaron que murió después de ser capturado por los rebeldes. Según HRW, la milicia de la ciudad de Misrata capturó y desarmó a los miembros del convoy de Gaddafi antes de golpearlos violentamente y después "ejecutaron al menos a 66 de ellos cerca del hotel Mahari". El informe también afirma, con la información que facilitan otras imágenes, que uno de los hijos del ex líder libio, Mutassim Gaddafi, fue asesinado después de ser trasladado a Misrata.

Bouckaert pidió a las nuevas autoridades libias que lleven a cabo una investigación seria y completa de "estas ejecuciones masivas del 20 de octubre de 2011, los abusos más graves cometidos por las fuerzas de la oposición" en los ocho meses de conflicto en Libia (de febrero a octubre de 2011). 



Crimen de guerra de la OTAN contra Gaddafi, su hijo y decenas de partidarios que fueron ejecutados por los perros callejeros llamados “rebeldes”


Libia: las represalias sangrientas en Sirte


La Unión Europea manoteó 
el Premio Nobel de la Paz…

Por: Adrian Salbuchi

Millones de personas en todo el mundo quedaron atónitos e indignados ante el insólito anuncio de que el Premio Nobel de la Paz para el 2012 se adjudicaba nada menos que, ¡a la Unión Europea!

¿Cómo se le va a dar un premio por la Paz a una entidad que sistemáticamente apoya la destrucción económica y social de Grecia, impone condiciones sociales crueles a españoles e italianos al tiempo que apoya incondicionalmente con cientos de millones de euros a megabancos usureros, impone un presidente elegido antidemocráticamente (Herman van Rompuy) y, a través de su poderosa maquinaria de guerra de la OTAN, continúa con la destrucción de países como Irak, Libia, Afganistán y hoy se prepara para un ataque unilateral contra Siria e Irán? ¡Uno esperaría que la 'Paz' estuviera hecha de materia mucho más sólida! Sin embargo, cuando se observa la conducta del Comité Nobel noruego a lo largo del último medio siglo, el premio por la 'paz' para 2012 no habrá de sorprendernos.  

Violentos del pasado galardonados con el Premio de la Paz Vale la pena repasar quiénes fueron algunos de los más ímprobos destinatarios del Premio de la Paz en el pasado, recordando que cuando Alfred Nobel lo instituyó en el año 1901, dejó aclarado en su testamento que el mismo siempre debiera ir a aquellas personas que "hayan hecho el mayor o mejor trabajo en pos de la fraternidad entre las naciones para abolir o reducir los ejércitos regulares y para preservar y promover congresos por la paz". De acuerdo. Algunos destinatarios del Premio Nobel no estuvieron mal elegidos: Albert Schweitzer en 1952, Georges Pire en 1958, la Cruz Roja Internacional en 1963, Martin Luther King en 1964, la Madre Teresa en 1979, Nelson Mandela en 1983 y Médicos sin Fronteras en 1999. Otros casos, sin embargo, nos dejan rascándonos la cabeza cuando recorremos los corredores del violento último medio siglo:  

Asesinos de la Paz Tomemos como primer ejemplo el caso del Premio Nobel de la Paz del 2009, Barack Obama, actual presidente de Estados Unidos. Carnicero de Libia; destructor de Siria; paladín de Israel en la destrucción de Palestina; mentiroso flagrante quien prometiera una política equilibrada de su país en Medio Oriente en su famoso discurso en la Universidad de El Cairo, para luego terminar ingenierizando insurrecciones y guerras civiles en toda la región (la mal llamada 'Primavera Árabe').

A su vez Obama nombró a personajes clave de megabancos como Goldman Sachs, CitiCorp y otros para “administrar la economía” siempre en contra de los derechos humanos de las poblaciones de EE.UU. y del resto del mundo. 2002, Jimmy Carter, 39º presidente de EE.UU. "por sus décadas de esfuerzos incansables para lograr soluciones pacíficas a los conflictos internacionales, promover la democracia y los derechos humanos, y adelantar el desarrollo económico y social”. Sin embargo, este es el mismo Carter que en 1973 fuera cofundador con David Rockefeller, Zbigniew Brzezinski y Henry Kissinger de la Comisión Trilateral, uno de los centros de planeamiento clave de los Dueños del Poder Global que pretende imponer un Gobierno Mundial sobre toda la humanidad, le guste o no. La presidencia de Carter marcó la casi total entrega del Gobierno de EE.UU. a la Comisión Trilateral, ya que todos sus funcionarios clave provinieron de esa entidad: no sólo el presidente, sino también el vicepresidente, los secretarios de Estado, Tesoro y Defensa junto con subsecretarios, embajadores clave y comandos militares. 2001, la Organización de las Naciones Unidas y Kofi Annan "por su trabajo para un mundo mejor organizado y pacífico".

¡Esto sí que parece una broma de muy mal gusto! Hoy la ONU es una mastodóntica entelequia hipócrita, injusta y cobarde, que no sólo ha demostrado su total incapacidad para evitar la guerra, sino que -todo lo contrario- ha promovido y sancionado ataques genocidas de la OTAN contra Irak en 2003, Libia en 2011 y en 1982 apoyó incondicionalmente los ataques colonialistas del Reino Unido y EE.UU. contra Sudamérica durante la guerra contra la Argentina por las Islas Malvinas/Falkland. 1990, Mijail Gorbachov.

Quizás Gorbachov haya ayudado a tirar abajo el bloque comunista y demoler el Muro de Berlín, pero sólo para luego entregar las nobles naciones de la ex Unión Soviética y de Europa Central a la devastación maliciosa perpetrada por los megabancos parasitarios occidentales y las mafias locales que hundieron a esa región en la pobreza, el sufrimiento y la muerte. Gracias a Gorbachov, Rusia debió sufrir una década infame de desgobierno a manos de Boris Yeltsin hasta que –por suerte para Rusia y el mundo– Vladimir Putin se hizo cargo de la conducción del país enfrentando a las mafias internas y a los imperialistas hegemónicos externos. Hoy, los rusos le tienen tan poco aprecio a Gorbachov que éste debió crear su Fundación Gorbachov con el apoyo de los Rockefeller instalando su sede en… ¡¡Massachusetts, EE.UU.!! Es más, entre los miembros del directorio de esa Fundación hallamos a personajes como el ex director de la CIA (y miembro del Council on Foreign Relations y la Comisión Trilateral) John Deutch. ¿¿Qué claro?? 1978, Menachem Begin.

Este caso realmente mete miedo… Darle un premio por la paz a quien fuera un líder terrorista ultra fundamentalista pareciera superar lo imaginable. Begin fue jefe de la banda terrorista Irgun Zvai Leumi responsable en los años cuarenta por infinidad de ataques terroristas contra cientos de miles de civiles palestinos que se vieron obligados -a sangre y fuego- a abandonar sus tierras y viviendas para entregarlas a fanáticos sionistas venidos de Europa. A Begin se lo recuerda especialmente por haber perpetrado el ataque con bombas contra el Hotel Rey David de Jerusalén, sede de la Autoridad Británica en Palestina en julio de 1946, causando casi un centenar de muertos. 1973, Henry Kissinger.

De triste recuerdo en Sudamérica por su Plan Cóndor que dio apoyo, armamento, entrenamiento y cobertura mediática y diplomática a militares golpistas en Argentina, Chile, Paraguay, Bolivia, Brasil y Uruguay en los años setenta. Claro… eran los años de Guerra Fría en que EE.UU. utilizaba a esos militares traidores en su “guerra contra el comunismo”. Los muertos fueron centenares de miles. Los vientos de la 'Democracia Made in USA' aún no soplaban...   Politiquería por la 'Paz' Cuando el Comité Nobel no estuvo ocupado premiando a señores de la guerra, terroristas, asesinos y agitadores, se dedicó a apoyar todo objetivo político alineado con los intereses de los Dueños del Poder Global: 2007, Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático y al ex vicepresidente estadounidense Al Gore Jr. "por sus esfuerzos en la construcción y diseminación  de mayores conocimientos acerca del cambio climático causado por el hombre, para sentar los cimientos para las medidas que necesitan instituirse para contrarrestar tal cambio". Luego se demostró que este proceso altamente mediático era no sólo una exageración científica, sino también una mentira flagrante.

El calentamiento global –según lo explicara Al Gore en su película al mejor estilo Disney que le valió un Oscar de Hollywood– ha servido para promover paradigmas favorables a un Gobierno Mundial, instando a que “todo el mundo se una” bajo una “única autoridad global”, liderada por supuesto por la superpotencia más contaminante del planeta: Estados Unidos y sus aliados preferidos.  1989, El 14º Dalai Lama (Tenzin Gyatso). Este premio formó parte de la presión permanente ejercida por los Dueños del Poder Global contra China, como también lo fue el premio por la paz del 2010 otorgado a Liu Xiaobo, por su “larga lucha a favor de derechos humanos básicos en China”. 1986, Elie Wiesel. "Presidente de la Comisión del presidente de EE.UU. sobre el Holocausto".  Wiesel fue artífice clave en el uso y abuso del sufrimiento de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial.  Transformó el 'Holocausto' en virtual marca registrada, lo que llevó al profesor judío de la Universidad de Nueva York Norman Finkelstein a denominarlo 'La industria del Holocausto', según el título de su importante libro homónimo publicado en el año 2000. Wiesel elevó al 'Holocausto' en instrumento político y arma de chantaje para extraer miles de millones de dólares de todo tipo de bolsillos, desde la propia diáspora judía mundial, pasando por grandes corporaciones alemanas y bancos suizos, hasta los Gobiernos de EE.UU., Reino Unido y la UE.

Siempre para apoyar y justificar los actos de genocidio perpetrados por Israel en Palestina y otros países. 1980, Adolfo Pérez Esquivel. "Líder de los derechos humanos; fundador de organizaciones no violentas de defensa de los derechos humanos contra la junta militar que gobernaba su país (Argentina)". Se trata de un mediocre y hasta ese momento perfectamente ignoto personaje argentino, quien le vino muy bien a EE.UU. llegado el momento para empezar a deshacerse de la junta militar argentina, que el propio Plan Cóndor de Kissinger había ayudado a instaurar en 1976. Para entonces los vientos de la 'Democracia Made in USA' comenzaban a soplar… 1983, Lech Walesa. A través del Movimiento Solidaridad polaco, resultó ser pieza clave en lograr que Polonia se transformara en una suerte de cabeza de playa para colapsar al bloque comunista, en una compleja operación de tira y afloja que incluyó al Vaticano y su entonces muy popular papa polaco, Juan Pablo II.   Volvamos entonces al premio de este 2012.

Se sabe que la decisión unánime de otorgarlo a la Unión Europea fue tomada por un panel  presidido por el noruego Thorbjoern Jagland, a su vez secretario general del Consejo de Europa.  Jagland aboga activamente por el ingreso de su Noruega natal en la Unión Europea, a pesar de que en dos oportunidades en 1972 y 1994 Noruega votó en contra de ingresar en la EU. 

¡Un  claro 'Alerta Roja' para Noruega! Esta vez la excusa para el galardón es que “la Unión Europea ha ayudado a transformar a Europa de un continente en guerra a un continente en paz”.  ¡Bien harían los miembros del Comité Nobel en pasearse por las calles de Atenas, Madrid, Barcelona, Roma, Milán, París, Londres, Dublín y leer los grafiti en las paredes!


EE.UU. da a Libia $ 8 millones para la lucha contra el extremismo y la represión de los disturbios populares

Los EE.UU. Departamento de Estado está proporcionando $ 8 millones para el Gobierno de Libia, que se utiliza para crear grupos de comandos para hacer frente a "extremistas" y la supresión de los disturbios populares. Se ha informado por The New York Times, refiriéndose al documento del gobierno.

El mes pasado, el gobierno de Obama ha recibido la aprobación del Congreso para redirigir alrededor de $ 8 millones de la financiación del presupuesto del Pentágono y la lucha contra el terrorismo de Pakistán para formar la élite de las tropas libias, que servirán hasta 500 soldados.

Los funcionarios estadounidenses en cuenta que el tren será capaz de inteligencia de EE.UU., "porque tienen la experiencia de las operaciones contra el terrorismo en Yemen y Pakistán."

Según el acuerdo, Libia se le asignará una suma adicional de $ 4 millones para fortalecer el control de sus fronteras.
Fuente: "Times"


La “izquierda” y Libia




La última vez que encontramos a Michael Bérubé en este sitio fue en 2007, y estaba hasta el cuello en un basurero, donde lo había colocado en la compañía de otros promotores de la guerra contra Iraq de 2003: ¿Dónde, pregunté, están ahora esos guerreros de salón? ¿Había alguno de ellos reconsiderado sus ilusiones…
    “… de que todo lo que se necesitaría era una rápida invasión y una nueva constitución para arreglar Iraq? ¿Ha pasado alguno de ellos, de Makiya a Hitchens a Berman y a Bérubé noches de insomnio preguntándose cuánta responsabilidad tienen por los numerosos muertos en Iraq, una nación saqueada, los soldados estadounidenses que murieron o fueron discapacitados en Iraq como resultado de su insistencia? A veces sueño con ellos… como personajes en un drama de Beckett, enterrados hasta sus cuellos en un basural al borde de Bagdad, recitándose mutuamente sus artículos mientras las mujeres del lugar dan vuelta los cadáveres para ver si alguno de ellos es el de su esposo o su hijo.”
Preguntaréis ¿quién es ese Bérubé? Bueno, para comenzar, es Profesor Familia Paterno de Literatura y director del Instituto de Artes y Humanidades en la Universidad Estatal de Pensilvania. El sitio en la web de la universidad nos informa que “reputadas plazas de profesor proveen apoyo para un área específica y son financiadas por donaciones de donantes individuales”, lo que significa que Bérubé ha estado hace tiempo en la nómina de Joe Paterno – con el giro que han tomado las cosas, una condición irónica para alguien que ha pasado buena parte de su tiempo ladrando y mostrando sus fauces a “la izquierda” por innumerables fallas provenientes de la equivocación moral a la ceguera ante la realidad. Ahora, cuando el famoso entrenador de fútbol estadounidense Joe Paterno fue despedido por Penn State por proteger a uno de sus asistentes, Jerry Sandusky, sospechoso de violar a un niño de diez años, entre muchos otros presuntos ultrajes a jóvenes bajo la supervisión de Sandusky, tenemos que esperar la evaluación de Bérubé para saber cómo se siente al ser el gorrón de su ídolo caído. ¿Se mantiene todavía el título “Profesor Familia Paterno” en el membrete formal de Bérubé?

Con el pasar de los años Bérubé ha auspiciado una especialidad de nicho en sus invectivas contra lo que le gusta llamar “la izquierda”, un poco a la manera de Todd Gitlin, quien –encaramado en la credencial de haber sido otrora presidente de SDS– escribió tantos loables artículos atacando a la misma izquierda en los años sesenta, emitiendo estentóreas advertencias contra cualesquiera lapsos semejantes en la juventud de épocas posteriores que finalmente le valieron ofrecer sus servicios al pensamiento decoroso del establishment en un puesto de profesor de periodismo y sociología en la Universidad Columbia.

Ahora Bérubé ha lanzado un ataque contra la “izquierda” por su conducta contra la OTAN durante las recientes convulsiones en Libia, durante las cuales el actual Consejo Nacional de la Transición (CNT) de Libia ha sido instalado bajo la supervisión de la misma OTAN. En este sitio, durante este fin de semana, David Gibbs encara de modo competente algunas de las principales bobadas en la crítica de Bérubé, pero ya que este último me inscribe en su galería de la vergüenza, pienso que se justifican algunos comentarios, comenzando por el hecho evidente de que Bérubé, ansioso de preservar sus credenciales como juicioso crítico progresista de los Excesos de la Izquierda, ha recurrido a invenciones generalizadas. El hecho más obvio sobre lo que pasa por ser la Izquierda en EE.UU. y Europa respecto a toda la saga libia fue que estuvo a solo unos pocos pasos de mostrar unanimidad en el apoyo a toda la empresa respaldada por la OTAN.

¿Qué voces consecuentes se alzaron en el cuestionamiento de las premisas y las aplicaciones de las dos resoluciones del Consejo de Seguridad? ¿De la base real para las informaciones provenientes de Libia que posibilitaron el acuerdo caso total en la prensa de que las resoluciones de la ONU justificaban la campaña de bombardeo de la OTAN: impedir el “genocidio” por Gadafi “contra su propio pueblo”, de que las credenciales y la conducta de los rebeldes, posteriormente rebautizados como “revolucionarios” eran irreprochables? Aquí en CounterPunch, algunos de nuestros colaboradores como Vijay Prashad fueron, por lo menos al principio, entusiastas partidarios de los rebeldes de Bengasi. Otros, como yo o Patrick Coburn, enviado a Libia por el Independent británico, o Diana Johnstone en París o Jean Bricmont en Bruselas, o Tariq Ali (en varias partes) se mostraron críticos, plantearon preguntas sobre el estentóreo coro favorable a la OTAN. Esa tarea es usualmente vista como uno de los mandatos para el periodismo de izquierdas.

No recuerdo que CounterPunch haya formado parte de un coro sustancial en esa digna empresa. En los hechos me recuerdo que formamos parte de un simple puñado en la izquierda, más en concierto con un sitio libertario como antiwar.com. Esto es confirmado por un escrutinio del ataque de Bérubé, al que le faltan notoriamente nombres y publicaciones a las cuales prodigar sus censuras a “la izquierda” que, por lo menos antes de la bienvenida aparición de los Ocupantes, ha sido algo escuálida durante los últimos años. En Democracy Now! de Amy Goodman era más probable que se escuchara al consultor de la CIA, Juan Cole, emitiendo su ferviente apoyo a toda la intervención en lugar de alguna entrevista vigorosa de fuentes informadas sobre lo que realmente ocurría en el terreno en Libia.

La falla en lo que respecta a la historia de Libia de este año no pertenece a la virtualmente inexistente izquierda, sino a todo el espectro político, de los progresistas a todo el arco hacia la derecha. En esto hay que asignar una buena parte de la culpa a la prensa, tanto en EE.UU. como en el Reino Unido. ¿Será que la cobertura en la prensa del ataque de la OTAN contra Libia fue realmente peor que la información sobre los ataques de la OTAN contra la antigua Yugoslavia a fines de los años noventa, o contra Iraq en los preparativos para la invasión en 2003 por EE.UU. y los socios en su coalición? La respuesta es positiva.

En el caso de las dos intervenciones anteriores de la OTAN, los debates a favor y en contra fueron acompañados por numerosas investigaciones periodísticas y oficiales o semioficiales, en su mayoría claramente partidarias, pero con algunas que presentaron afirmaciones sustantivas sobre temas como crímenes de guerra, armas de destrucción masivas, reales, opuestas a los motivos autoproclamados de los atacantes, y temas relacionados.

Márquese el contraste con la intervención en Libia. En menos de un mes, desde mediados de febrero a mediados de marzo, pasamos de vagas afirmaciones sobre un supuesto “genocidio” o “crímenes contra la humanidad” de Gadafi a dos votaciones separadas en el Consejo de Seguridad de la ONU, que permitió una misión de la OTAN para establecer una zona de “exclusión aérea” para proteger civiles, y que esta última protección fuera lograda mediante “todas las medidas necesarias”.

Para cuando la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU había sido votada el 17 de marzo, Francia ya había reconocido formalmente al chapucero comité rebelde en Bengasi como gobierno legítimo de Libia. A fines de mayo, altas personalidades en los gobiernos relevantes de la OTAN declaraban abiertamente que el “cambio de régimen” era el objetivo y que la expulsión de Gadafi era una sine qua non de la misión.

También, a fines de mayo, fue evidente que las capacidades militares de los rebeldes eran modestas en extremo, que la expulsión de Gadafi, predicha con confianza en capitales occidentales y en Bengasi, no iba a ser un asunto de un día para el otro, y también que los bombardeos de la OTAN no surtían el efecto necesario.

En el crucial período del 15 de febrero al 17 de marzo, no hubo un esfuerzo determinado por investigar las acusaciones contra Gadafi, presentadas en las Resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y por dirigentes de la OTAN como Obama y Clinton, el primer ministro Cameron del Reino Unido o el presidente Sarkozy y su ministro de Exteriores.

La asombrosa vaguedad de las noticias sobre éste –o por cierto cualquier– tópico proveniente de Libia ha sido conspicua. Teníamos, recordad, un régimen acusado en la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU de “amplios y sistemáticos ataques… contra la población civil que pueden equivaler a crímenes contra la humanidad”.

Sin embargo, desde mediados de febrero la información procedente de Libia mostró una falta impactante de documentación convincente de carnicerías o de abusos conmensurados con el lenguaje prodigado sobre la presunta conducta del régimen. Una y otra vez se leían frases vagas como “se informa que hay miles muertos por mercenarios de Gadafi” o de “masacre de su propio pueblo” por Gadafi, presentadas sin el menor esfuerzo por proveer soportes probatorios. Eran afirmaciones de segunda mano que impulsaron tanto la cobertura noticiosa como las actividades de la ONU – en particular en la primera etapa, cuando fue adoptada la Resolución 1970 de la ONU, pidiendo sanciones y que el círculo más cercano de Gadafi fuera enviado al Tribunal Penal Internacional.

Informes noticiosos a mediados de marzo, como los de los periodistas de la cadena noticiosa McClatchy, Jonathan Landay, Warren Strobel y Shashank Bengali, no contenían nada que se acercara a un “crimen contra la humanidad”, la afirmación en la Resolución 1973. Pero el 23 de febrero, la guerra relámpago propagandística estaba en pleno desarrollo, y Clinton denunció a Gadafi y se exhumó al “perro rabioso de Medio Oriente” de Reagan como la manera preferida de describir al líder libio.

El comisionado de derechos humanos de la ONU, Navi Pillay, ya comenzó a denunciar al gobierno libio el 18 de febrero; el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se sumó a Pillay el 21 de febrero. El Centro de Noticias de la ONU informó que Ban estaba “indignado ante informes periodísticos de que las autoridades libias habían estado disparando contra manifestantes desde aviones de guerra y helicópteros”. En esos primeros días, no se permitió que nadie que representara al gobierno libio se dirigiera al Consejo. Solo se dio la palabra a desertores que hablaron en nombre de Libia.

Ahora, recordad que el 10 de marzo, el presidente francés Sarkozy, un importante actor en la coalición de los dispuestos de la OTAN contra Libia, declaró que el CNT libio era el único representante legítimo del pueblo libio. Por lo tanto, Gadafi estaba enfrentando una insurrección armada formal –no un movimiento de protesta que demandaba “democracia”– dirigido por una entidad tenebrosa basada en Bengasi. Siete días después, la Resolución 1973 dejó en claro que los intentos de reprimir esa insurrección provocarían la intervención armada de la OTAN.

La contextura política y los orígenes de la dirigencia rebelde y sus patrocinadores recibieron solo una atención pasajera. Tópicos como la rivalidad entre las compañías petroleras francesas e italianas, o la influencia de otras grandes petroleras internacionales, y de importantes bancos e instituciones financieras de EE.UU. apenas fueron mencionados.

La cobertura de cualquier combate es frecuentemente ridícula. El cuerpo de prensa en Bengasi describió incansablemente pequeñas escaramuzas que involucraban uno o dos tanques, o algunos vehículos armados, como si fueran grandes enfrentamientos.

En los hechos, los ‘poderosos ejércitos’ que se enfrentaban a lo largo de la carretera al oeste de Bengasi se perderían en las graderías de un juego de béisbol universitario. Las noticias sugieren una guerra móvil a la escala de la saliente de Kursk o la batalla de Stalingrado en la Segunda Guerra Mundial.

A fin de junio la zona de “exclusión aérea” condujo a más de 12.000 incursiones de la OTAN. Como en el caso de cualquier bombardeo, murieron civiles. Desde el comienzo de las operaciones de la OTAN, un total de 12.887 ataques aéreos, incluyendo 4.850 bombardeos, fueron realizados hasta el 27 de junio.

Un equipo de doctores rusos escribió al presidente de la Federación Rusa, Dmitry Medvedev, como sigue:
“Hoy, 24 de marzo de 2011, aviones de la OTAN y de EE.UU. bombardearon toda la noche y toda la mañana un suburbio de Trípoli –
Tajhura (donde se encuentra, en particular, el Centro de Investigación Nuclear de Libia). Instalaciones de la defensa aérea y de la Fuerza Aérea fueron destruidas durante los primeros dos días de ataques e instalaciones militares en la ciudad resistieron, pero hoy el objetivo de los bombardeos fueron los barracones del ejército libio, que se encuentran en medio de áreas residenciales densamente pobladas y, junto a ellas, el mayor Centro Cardiológico de Libia. Ni los civiles ni los doctores podían suponer que barrios residenciales comunes estarían a punto de ser destruidos, de modo que no se evacuó a ninguno de los residentes o a los pacientes del hospital.
“Bombas y cohetes alcanzaron casas residenciales y cayeron cerca del hospital. Los cristales del edificio del Centro Cardíaco fueron quebrados, y en el edificio del área de maternidad para mujeres embarazadas con problemas cardíacos se derrumbó una muralla y parte del techo. Esto llevó a diez abortos en los cuales murieron los bebés; las mujeres están en atención intensiva, los doctores luchan por sus vidas. Nuestros colegas y nosotros trabajamos siete días a la semana, para salvar a la gente. Es una consecuencia directa de la caída de bombas y misiles en edificios residenciales, que causan docenas de muertes, y heridas que ahora son operadas y examinadas por nuestros doctores. Una cantidad tan grande de heridos y muertos, como la ocurrida hoy, no ocurrió durante todos los disturbios en Libia. ¿Es lo que llaman ‘proteger’ a la población civil?”
En el caso de la intervención en Libia, todo fue desproporcionado. Gadafi seguramente no fue el colmo de la monstruosidad conjurado por Obama o la señora Clinton o Sarkozy. En cuatro décadas, los libios progresaron de ser una de las poblaciones más miserables en África a una mejora considerable en términos de beneficios sociales. En un informe reciente bastante detallado (“The Situation of Children and Women in Libya,” UNICEF Middle East and North Africa Regional Office, noviembre de 2010), la UNICEF señaló que Libia mostraba importantes logros socio-económicos. En 2009 tenía:
  • Una pujante tasa de crecimiento, con un aumento del PIB de 27.300 millones de dólares en 1998 a 93.200 millones en 2009, según el Banco Mundial.
  • Un alto ingreso per cápita (calculado por el Banco Mundial en 16.430 dólares.
  • Altas tasas de alfabetización (95% para los hombres y 78% para las mujeres, entre quince y más años.
  • Alta expectativa de vida (74 años en general; 77 para las mujeres y 72 para los hombres).
  • Y una calificación resultante del puesto 55 entre 182 países en términos de “Desarrollo Humano” general.
En términos de distribución de ingresos del petróleo sería instructivo comparar los antecedentes de Libia con los de otras naciones productoras de petróleo.

La supuesta matanza de su propio pueblo por Gadafi, y su supuesta orden de violaciones masivas, formaron la punta de lanza de la cruzada intervencionista y de las resoluciones del Consejo de Seguridad, envueltas en el imprimátur del connivente Tribunal Penal Internacional. Esas acusaciones fueron interminablemente recicladas por la prensa, sin ningún intento serio de verificarlas.

De mediados a fines de junio, hubo organizaciones de derechos humanos que planteaban dudas respecto a las afirmaciones de violaciones masivas y otros abusos perpetrados por fuerzas leales a Gadafi. Una investigación de Amnistía Internacional no logró encontrar evidencias de esas violaciones de los derechos humanos y en muchos casos las ha desacreditado o las ha puesto en entredicho. También encontró indicaciones de que, en diversas ocasiones, los rebeldes en Bengasi parecían haber hecho a sabiendas afirmaciones falsas o fabricado evidencia.

Las conclusiones de los investigadores discrepaban fuertemente de los puntos de vista del fiscal del Tribunal Penal Internacional, Luis Moreno-Ocampo, quien dijo a una conferencia de prensa que “tenemos información de que hubo una política en Libia de violar a los que estaban contra el gobierno. Aparentemente él [el coronel Gadafi] la utilizó para castigar a la gente.”

La secretaria de Estado Hillary Clinton dijo que estaba “profundamente preocupada” de que las tropas de Gadafi estuvieran participando en violaciones generalizadas en Libia. “La violación, las intimidaciones físicas, el acoso sexual, e incluso así llamadas pruebas de virginidad han tenido lugar en países en toda la región”, dijo.

Donatella Rovera, investigadora de Amnistía Internacional, quien estuvo en Libia durante tres meses después del comienzo del levantamiento, dijo a Patrick Coburn a fines de junio que “no hemos encontrado ninguna evidencia o una sola víctima de violación, o a un doctor que haya oído que alguien haya sido violado”. Subrayó que eso no prueba que la violación masiva no haya tenido lugar, pero no existe evidencia para mostrar que lo haya hecho. Liesel Gerntholtz, jefa de derechos femeninos en Human Rights Watch, que también investigó la acusación de violación masiva, dijo: “No hemos podido encontrar evidencia”.

En un caso, dos soldados pro Gadafi capturados presentados a los medios internacionales por los rebeldes dijeron que sus oficiales, y luego ellos mismos, habían raptado a una familia con cuatro hijos. La Sra. Rovera dijo que cuando ella y un colega, ambos fluidos en árabe, entrevistaron a los dos detenidos, uno de 17 años y el otro de 21, solos y en piezas separadas, estos cambiaron sus historias y dieron relatos diferentes de lo que había sucedido: “Ambos dijeron que no habían participado en la violación y que solo oyeron hablar de ella”, dijo. “Contaron historias diferentes sobre si las manos de las muchachas estaban atadas o no, de si sus padres estaban presentes, y de cómo iban vestidas”.

Al parecer la evidencia más fuerte de violación masiva pareció provenir de una psicóloga libia, la Dra. Seham Sergewa, quien dice que distribuyó 70.000 cuestionarios en áreas controladas por los rebeldes y a lo largo de la frontera tunecina, de los cuales más de 60.000 fueron devueltos. Unas 259 mujeres declararon que habían sido violadas, de las cuales la doctora Sergewa dijo que entrevistó a 140 víctimas.

Cuando Diana Eltahawy, especialista en Libia de Amnistía Internacional le preguntó si sería posible encontrar a alguna de esas mujeres, la Dra. Sergewa respondió que “había perdido contacto con ellas”, y no pudo suministrar evidencia documentaria.

La acusación de que Viagra fue distribuido a los soldados de Gadafi para incitarlos a violar mujeres en áreas rebeldes apareció primero en marzo, después que la OTAN destruyó tanques que avanzaban hacia Bengasi. La Sra. Rovera dice que rebeldes que tenían que ver con los medios extranjeros en Bengasi comenzaron a mostrar a los periodistas paquetes de Viagra, afirmando que provenían de tanques quemados, aunque no está claro por qué los paquetes no habían sido calcinados.

Los rebeldes acusaron repetidamente que tropas mercenarias de África Central y Occidental habían sido utilizadas en su contra. La investigación de Amnistía estableció que no existía evidencia de algo semejante. “Los mostrados a periodistas como mercenarios extranjeros fueron luego liberados silenciosamente”, dijo la Sra. Rovera: “En su mayoría eran migrantes subsaharianos que trabajaban en Libia sin documentos”. Otros no tuvieron tanta suerte y fueron linchados o ejecutados. La Sra. Rovera encontró dos cuerpos de migrantes en la morgue de Bengasi, y otros fueron arrojados en las afueras de la ciudad. Dice: “Los políticos hablaban todo el tiempo de mercenarios, lo que enardeció a la opinión pública, y el mito ha continuado porque fueron liberados sin publicidad”.

Una historia, a la cual los medios extranjeros dieron crédito al principio en Bengasi, fue que entre ocho y diez soldados del gobierno que se negaron a disparar contra los manifestantes fueron ejecutados por su propio lado. Sus cuerpos fueron mostrados en la televisión. Pero la Sra. Rovera, dice que existe evidencia contundente de una explicación diferente. Dice que vídeos de aficionados los muestran vivos cuando fueron capturados, sugiriendo que fueron muertos por los rebeldes.

La intervención de la OTAN comenzó el 19 de marzo con ataques para “proteger” a la gente en Bengasi contra una masacre por las tropas favorables a Gadafi. No cabe duda que los civiles temían ser muertos después de amenazas de venganza de Gadafi. Durante los primeros días del levantamiento en Libia oriental, las fuerzas de seguridad dispararon contra y mataron a manifestantes y a gente que asistía a sus funerales, pero no existe evidencia de matanzas masivas de civiles en la escala de Siria o Yemen.

La mayor parte de los combates durante los primeros días del levantamiento tuvo lugar en Bengasi, donde fueron muertas entre 100 y 110 personas, y en la ciudad de Baida en el este, donde fueron muertos entre 59 y 64, dice Amnistía. En su mayoría eran probablemente manifestantes, aunque algunos pueden haber obtenido armas. No existe evidencia de que se haya utilizado aviones o ametralladoras antiaéreas pesadas contra multitudes. Los cartuchos usados recogidos después de disparos contra manifestantes provenían de Kalashnikovs o de armas de un calibre semejante.

Las conclusiones de Amnistía confirman un informe del Grupo de Crisis Internacional, que estableció que aunque el régimen de Gadafi tenía una historia de represión brutal de oponentes, no había cuestión de “genocidio”.

El informe agrega que “mucha cobertura mediática occidental ha presentado desde el principio una visión muy unilateral de la lógica de los eventos, presentando al movimiento de protesta como enteramente pacífico y sugiriendo repetidamente que las fuerzas de seguridad del régimen estaban masacrando irresponsablemente a manifestantes desarmados que no presentaban un problema de seguridad”.

Con tantos países con prohibición de ingreso, los periodistas acudieron en tropel a Bengasi, en Libia, donde se puede entrar sin visa desde Egipto. Alternativamente, fueron a Trípoli, donde el gobierno permitía que un cuerpo de prensa cuidadosamente monitoreado operara bajo estricta supervisión. Una vez llegados a esas dos ciudades, las maneras como informaban los periodistas divergían considerablemente. Todos los que informaban desde Trípoli expresaron un escepticismo comprensible sobre lo que los supervisores gubernamentales trataban de mostrarles como víctimas civiles causadas por los ataques aéreos de la OTAN o las manifestaciones de apoyo a Gadafi. Al contrario, el cuerpo de prensa en Bengasi, capital del territorio en manos de los rebeldes, muestra una credulidad sorprendente ante historias más sutiles pero igualmente interesadas del gobierno rebelde o de sus simpatizantes.

Los insurgentes libios fueron adeptos a tratar con la prensa desde temprano, y esto incluía hábil propaganda para culpar al otro lado por muertes no explicadas. Es una debilidad de los periodistas cuando dan amplia publicidad a atrocidades reveladas por primera vez, para las cuales la evidencia puede ser dudosa. Pero cuando las historias resultan no ser verdad o exageradas, este hecho apenas merece una mención.

Tanto más crédito hay que dar a Amnistía Internacional y a Human Rights Watch porque adoptaron una actitud escéptica ante las atrocidades hasta que fueran verificadas. Esa actitud responsable contrasta con las de Hillary Clinton y del fiscal del Tribunal Penal Internacional (TPI), Luis Moreno-Ocampo, quien sugirió a la ligera que Gadafi estaba utilizando la violación como arma de guerra para castigar a los rebeldes. La satanización sistemática de Gadafi –podrá haber sido un déspota brutal, pero no un monstruo a la escala de Sadam Hussein– también dificultó la negociación de un cese al fuego.

No hay nada particularmente sorprendente en el hecho de que los rebeldes en Bengasi hayan inventado cosas o producido testigos dudosos de los crímenes de Gadafi. Libraban una guerra contra un déspota al que temían y odiaba, y es comprensible que hayan utilizado la propaganda como arma de guerra. Pero mostró ingenuidad de parte de los medios extranjeros, que simpatizan casi universalmente con los rebeldes, hasta el punto de que se tragaron tantas historias de atrocidades suministradas por las autoridades rebeldes y sus simpatizantes.

La única masacre del régimen de Gadafi, que causó cientos de víctimas, que haya sido bien probada hasta ahora es la matanza en la prisión Abu Salim en Trípoli en 1996, cuando murieron hasta 1.200 prisioneros, según un testigo creíble que sobrevivió.

Los frentes de batalla están siempre repletos de rumores de inminentes masacres o violaciones, que se propagan rápidamente entre gentes aterrorizadas que podrían ser las posibles víctimas. Comprensiblemente, no quieren esperar hasta descubrir si esas historias corresponden a la verdad. Antes en este año, Patrick Coburn estaba en Ajdabiyah, una ciudad en la línea de frente a una hora y media en coche al sur de Bengasi, cuando vio coches repletos de fugitivos presos de pánico que huían por la carretera. Acababan de oír un informe totalmente falso a través de al-Jazeera Arabic de que las fuerzas de Gadafi se habían abierto paso.

De la misma manera, al-Jazeera estaba produciendo informes no corroborados de hospitales atacados, bancos de sangre destruidos, mujeres violadas, y heridos ejecutados.

Esa mezcla tóxica de vitoreo y de ceguera deliberada persistió hasta el fin – aunque ahora aparecen historias de ejecuciones sumarias, asesinatos por venganza y encarcelamientos masivos que están ocurriendo.

Estas son las verdadera fallas, a las cuales es indiferente Bérubé, tal como es indiferente hacia, y totalmente ignorante de, la historia libia, pasada y presente. Su mandato es emitir su denuncia pro-forma de “la izquierda”, un ejercicio en el arte de despotricar sin preocuparse de los datos. A modo de antídoto recomiendo fuertemente un excelente material en la London Review of Books de Hugh Roberts, quien fue director del Proyecto Norte de África del Grupo Internacional de Crisis de 2002 a 2007 y de febrero a julio de 2011. Roberts se hará cargo del puesto de Profesor Edward Keller de Historia Norteafricana y de Medio Oriente en la Universidad Tufts.
Un par de ejemplos:
“La afirmación de que la ‘comunidad internacional’ no tenía otra alternativa que intervenir con medios militares y que la alternativa era no hacer nada es falsa. Se propuso y se rechazó deliberadamente una alternativa activa, práctica, no violenta. El argumento a favor de una zona de exclusión aérea y luego por una intervención militar empleando ‘todas las medidas necesarias’ fue que solo eso podía detener la represión del régimen y proteger a los civiles. Sin embargo, muchos argumentaron que el camino de proteger a los civiles era no intensificar el conflicto al intervenir de un lado o del otro, sino terminarlo asegurando un cese al fuego seguido por negociaciones políticas. Se presentó una serie de propuestas. El Grupo Internacional de Crisis [ICG por sus siglas en inglés], por ejemplo, donde yo trabajaba entonces, publicó una declaración el 10 de marzo argumentando a favor de una iniciativa en dos puntos: (i) la formación de un grupo de contacto o comité compuesto por vecinos norteafricanos de Libia y otros Estados africanos con un mandato para servir de intermediarios en un cese al fuego inmediato; (ii) negociaciones entre los protagonistas a ser iniciadas por el grupo de contacto y orientadas a reemplazar el actual régimen por un gobierno más responsable, representativo y respetuoso de la ley. Esta propuesta fue apoyada por la Unión Africana y era consecuente con los puntos de vista de muchos de los principales Estados no africanos – Rusia, China, Brasil e India, para no mencionar a Alemania y Turquía. Fue reformulada en más detalle por el ICG (agregando una provisión para el despliegue bajo mandato de la ONU de una fuerza internacional de mantenimiento de la paz para asegurar el cese al fuego) en una carta abierta al Consejo de Seguridad de la ONU el 16 de marzo, la víspera del debate que concluyó con la adopción del Consejo de Seguridad de la ONU 1973. En breve, antes que el Consejo de Seguridad votara para aprobar la intervención militar, se había presentado una propuesta elaborada que encaraba la necesidad de proteger a civiles buscando un fin rápido de los combates, y fijaba los principales elementos de una transición ordenada a una forma más legítima de gobierno, que hubiera evitado el peligro de un colapso abrupto hacia la anarquía, con todo lo que podría significar para la revolución en Túnez, la seguridad de los demás vecinos de Libia y la región en general. La imposición de una zona de exclusión aérea será un acto de guerra: como el secretario de Defensa, Robert Gates, declaró al Congreso el 2 de marzo, requería la neutralización de las defensas aéreas de Libia como una medida preliminar indispensable. Al autorizar ésta y ‘todas las medidas necesarias’, el Consejo de Seguridad estaba eligiendo la guerra cuando ni siquiera se había ensayado otra política. ¿Por qué?
La Resolución 1973 fue aprobada en Nueva York tarde en la noche del 17 de marzo. El día siguiente, Gadafi, cuyas fuerzas estaban acampadas al lado meridional de Bengasi, anunció un cese al fuego en conformidad con el Artículo 1 y propuso un diálogo político en línea con el Artículo 2. Lo que exigía y sugería el Consejo de Seguridad, lo suministró en cosa de horas. Su cese al fuego fue inmediatamente rechazado en nombre del CNT por un alto comandante rebelde, Khalifa Haftar, y descartado por gobiernos occidentales. “Lo juzgaremos por sus acciones no sus palabras’, declaró David Cameron, implicando que se esperaba que Gadafi realizara un cese al fuego completo por sí solo: es decir, que no solo ordenara a sus tropas que cesaran el fuego sino que asegurara que ese cese al fuego fuera mantenido a pesar del hecho de que el CNT se negaba a reciprocar. El comentario de Cameron tampoco tomó en cuenta el hecho de que el Artículo 1 de la Resolución 1973 tampoco ponía el peso del cese al fuego exclusivamente sobre Gadafi. En cuanto Cameron cubrió la inconfundible violación de la Resolución 1973 por el CNT, Obama intervino e insistió en que para que se tomara en cuenta el cese al fuego de Gadafi éste tendría que retirar sus fuerzas no solo de Bengasi sino también de Misrata y de las ciudades más importantes que sus tropas habían recuperado de la rebelión: Ajdabiya en el este y Zawiya en el oeste (aparte de mantenerlo indefinida y unilateralmente, sin importar el CNT) – en otras palabras, tendría que aceptar anticipadamente una derrota estratégica. Esas condiciones, imposibles de aceptar para Gadafi, no existían en el Artículo 1. “(1) Demanda el establecimiento inmediato de un cese al fuego y un fin total de la violencia y de todos los ataques contra, y abusos de, civiles;…”
Y Roberts dice respecto a la acusación preponderante de que Gadafi había ordenado la matanza de sus compatriotas desde el aire, aparte de su conclusión:
En los días siguientes hice esfuerzos por comprobar por mí mismo la historia de al-Jazeera [sobre bombardeos de libios por Gadafi]. Una fuente que consulté fue el reputado blog Informed Comment, mantenido y actualizado cada día por Juan Cole, especialista en Medio Oriente en la Universidad de Michigan. Aparecía un artículo del 21 de febrero titulado ‘Los bombardeos de Gadafi recuerdan los de Mussolini’, que señalaba que ‘en 1933-40, Italo Balbo propugnó la guerra aérea como el mejor medio de enfrentar a ‘poblaciones coloniales engreídas’. El artículo comenzaba diciendo: ‘El ametrallamiento y bombardeo en Trípoli de manifestantes civiles por cazas de Muamar Gadafi el lunes…’ con un vínculo a un artículo de Sarah El Deeb y Maggie Michael para Associated Press publicado a las 9 p.m. el 21 de febrero. Ese artículo no suministraba ninguna corroboración de la afirmación de Cole de que cazas (o cualquier otro avión) de Gadafi hayan ametrallado o bombardeado a alguien en Trípoli o en cualquier otro sitio. Lo mismo vale para cualquier fuente indicada en los otros materiales sobre Libia que repetían la historia del ataque aéreo publicada por ese mismo día.
Estuve en Egipto la mayor parte del tiempo, pero ya que numerosos periodistas que visitaron Libia pasaban por El Cairo, me dediqué a preguntar a todos los que pude contactar qué habían averiguado en el terreno. Ninguno de ellos había encontrado alguna confirmación de la historia. Especialmente recuerdo que el 18 de marzo pregunté al experto británico en el Norte de África, Jon Marks, que acababa de volver de un amplio tour de Cirenaica (incluyendo Ajdabiya, Bengasi, Brega, Derna y Ras Lanuf), qué había oído sobre el asunto. Me dijo que ninguna de las personas con las que habló la había mencionado. Cuatro días después, el 22 de marzo, USA Today publicó un impactante artículo de Alan Kuperman, autor de The Limits of Humanitarian Intervention y coeditor de Gambling on Humanitarian Intervention. El artículo: ‘Cinco cosas que EE.UU. debería considerar en Libia’, presentaba una fuerte crítica a la intervención de la OTAN como violación de las condiciones que había que observar para que una intervención humanitaria fuera justificada o exitosa. Pero lo que me interesó más fue su declaración de que ‘a pesar de omnipresentes cámaras en teléfonos celulares, no existen imágenes de violencia genocida, una afirmación con sabor a propaganda rebelde’. Por lo tanto, cuatro semanas después, no fui el único que no encontró ninguna evidencia para la historia de la matanza aérea. Descubrí que el tema había aparecido más de una quincena antes, el 2 de marzo, en audiencias en el Congreso de EE.UU. cuando Gates y el almirante Mike Mullen, presidente del Estado Mayor Conjunto, estaban testificando. Dijeron al Congreso que no tenían confirmación de informes sobre aviones controlados por Gadafi que dispararan contra civiles…
La idea de que Gadafi no representaba nada en la sociedad libia, de que estaba enfrentado a todo su pueblo y que su pueblo entero estaba en su contra era otra distorsión de los hechos. Como ahora sabemos por la duración de la guerra, la inmensa manifestación pro Gadafi en Trípoli del 1 de julio, la feroz resistencia de las fuerzas de Gadafi, el mes que necesitaron los rebeldes para llegar a alguna parte en Bani Walid y el otro mes en Sirte, el régimen de Gadafi gozaba de una medida sustancial de apoyo, como el CNT. La sociedad libia estaba dividida y la división política era en sí un desarrollo esperanzador ya que significaba el fin de la antigua unanimidad política impuesta y mantenida por la Jamahiriyya. Desde este punto de vista, el retrato de los gobiernos occidentales del ‘pueblo libio’ formado uniformemente contra Gadafi tenía una implicación siniestra, precisamente porque insinuaba una nueva unanimidad auspiciada por Occidente en la vida libia. Esta idea profundamente antidemocrática resultó naturalmente de la idea igualmente antidemocrática de que, ante la ausencia de una consultación o incluso un sondeo de opinión para establecer los verdaderos sentimientos de los libios, los gobiernos británico, francés y estadounidense tenían el derecho y la autoridad de determinar quién formaba parte del pueblo libio y quien no. Nadie que apoyara el régimen a Gadafi era tomado en cuenta. Porque no formaban parte del ‘pueblo libio’ no podían estar entre los civiles que debían ser protegidos, incluso si eran civiles en realidad. Y no fueron protegidos; fueron muertos por ataques aéreos de la OTAN así como por unidades rebeldes fuera de control. La cantidad de semejantes víctimas civiles al lado equivocado de la guerra, debe ser un múltiple de la cifra de muertos del 21 de febrero. Pero no cuentan, tal como no cuentan los miles de jóvenes en el ejército de Gadafi quienes imaginaron inocentemente que también formaban parte del ‘pueblo libio’ y que solo cumplían su deber hacia el Estado cuando fueron incinerados por los aviones de la OTAN, o ejecutados en masa extrajudicialmente después de su captura, como en Sirte. 

Thursday, June 7, 2012

OBAMA TIENE EL ALMA NEGRA DE TANTAS MENTIRAS Y CRIMENES EN NOMBRE DE LA "DEMOCRACIA"



 El profesor del Instituto de Tecnología de Massachusetts,  criticó el 
uso de DRONES - aviones no tripulados-   “Es un asesinato y violación del debido proceso”. 

"Bush secuestraba y torturaba, Obama asesina" 

El filósofo y activista estadounidense Noam Chomsky aseguró que la administración de Obama miente y asesina a quienes puedan ser sospechosos de "actividades terroristas"

“Si a Bush, a la administración Bush, no le gustaba alguien, ellos lo secuestraban y lo enviaban a cámaras de tortura”, dijo Chomsky a Democracy Now.

“Si la administración Obama decide que no le gusta alguien, lo asesinan, por lo que no tiene que tener cámaras de tortura por todas partes”.

 A finales de abril, el asesor de contraterrorismo de la Casa Blanca,John Brenman, dio una justificación y descripción detallada de los ataques de los aviones no tripulados estadounidenses en contra de presuntos militantes del Talibán y Al Qaeda.
La administración Obama se había mantenido en silencio hasta entonces sobre el uso de aviones no tripulados para atacar a sospechosos de terrorismo. “Ya saben, este clérigo estadounidense en Yemen que fue asesinado por aviones no tripulados”, Anwar al-Awaki, un líder en el destacamento de Al Qaeda en Yemen.
“Él fue asesinado. El hombre junto a él fue asesinado. Poco después, su hijo fue asesinado”


 http://www.correodelorinoco.gob.ve/politica/noam-chomsky-bush-secuestraba-y-torturaba-obama-asesina-video/


¿Quien colocó a Obama en la presidencia?

ESTADOS UNIDOS… ARGOS: ENERO 19 DE 2010…

Obama el candidato de un ala de la CIA con él que ha recuperado el poder los pupilos de la Trilateral.

Barak Obama fue el candidato de la comunidad de la Inteligencia. Más exactamente, representa el ala izquierdista de la CIA, lo que no es sorprendente salvo si se tiene una idea demasiado simplista de la Central.

El escenario ha cambiado radicalmente. Se han ido los neocons de la Casa Blanca. Todavía acarrean las culpas de casi todo lo malo que ha ocurrido en el mundo, y es cierto que se equivocaron.

Casi nadie se acuerda ya de que el mundo era un lugar apetecible para vivir y esperar vivir mejor. La seguridad colectiva, el mundo de la estabilidad cambiante, el paraíso del pequeño burgués viviendo de las migajas de los grandes especuladores, se fue literalmente al carajo.




Los neocon no han sido sustituidos por una clase política honesta y limpia

Los neocon no han sido sustituidos por una clase política honesta y limpia, dispuesta a cambiar los paradigmas, porque tal cosa no existe. Han vuelto los viejos monstruos agentes de la revolución: tipos como Brzezinski y Soros, los inmortales, dispuestos a cambiar la cara visible del imperialismo.

El poder en Washington ha pasado de los neocon a la Trilateral.

Vuelven los pupilos de una organización nacida para lograr una utopía contra natura: que las riendas del mundo sigan en las mismas manos de los que las tuvieron durante siglos, hasta que fueron arrebatadas por los rebeldes del gran sueño americano.

La Trilateral entró en la Casa Blanca con Carter, apoyado por sus amos David Rockefeller, Zbigniew Brzezinski y Paul Volcker.

Aquella Administración provocó no menos de cinco millones de muertos, sin contar los que fueron condenados en el libelo Informe Mundial 2000 con el que se inició la despoblación de África.


Brzezinski manipuló las cosas para que los rusos invadieran Afganistán, provocó la guerra Irak-Irán, mientras que Volker elevó el interés del dinero hasta el 22%, lo que significó la destrucción de la infraestructura industrial norteamericana (y de rebote, la española).



La esencia del nuevo imperialismo consiste en frenar a Rusia y China.

Obama fue reclutado por Brzezinski cuando estudiaba en la Universidad de Columbia.

Allí entró en contacto con la Trilateral y el Club de Bilderberg, uno de cuyos mentores es el neoliberal Joseph Nye, el principal apoyo ideológico de Obama y el que lo introdujo también en la Ford Foundation (la institución más conservadora de EEUU, al servicio de la oligarquía financiera), en el Council on Foreign Relations y en la Escuela de Chicago (con el profesor Austin Goolsby, de la extrema derecha económica).


La Fundación Gamaliel:

La madre de Obama, Stanley Ann Dunham, de fachada pro comunista pero relacionada con los servicios de inteligencia, sirvió a la Ford Foundation y al Banco Mundial.

Su hijo trabajó para la Fundación Gamaliel, junto al militante palestino y amigo suyo Rashid Khalidi, portavoz de Arafat. Probablemente allí es donde Obama se interesó por el programa de llevar la sanidad pública a toda la gente y aprendió a gestionar el trabajo social.

En la misma fundación estaba Bill Ayres, activista revolucionario en la década de los sesenta y protector de Obama. Este se sentó durante 20 años en las rodillas de Jeremiah Wright el activista de la teología de la liberación negra.

La compleja personalidad de Obama dibuja la figura de un presidente de la primera potencia en guerra permanente, puesto que la paz no es posible hasta que el imperio imponga su Paz Mundial.

Su pensamiento político se sustenta en los orígenes de EEUU, surgidos de una guerra por la libertad, la justicia y la igualdad. La estrategia global sería lograr la hegemonía de EEUU como garante de sus principios.

Brzezinski y los suyos hace tiempo que estigmatizaron a Rusia y a China como los principales enemigos, por lo que quieren utilizar a los radicales contra los enemigos de EEUU.

Desde antes del 11-S, el servicio de inteligencia norteamericano apoyaba a Al Qaeda y a los talibanes para lanzar a los uigures musulmanes contra el Gobierno chino, y a los talibanes contra los aliados rusos de Asia Central.

El objetivo de la presencia en Afganistán no es erradicar Al Qaeda, ni a los talibanes, con los que no tardarán en entenderse, sino estar en situación de golpear a Rusia y a China.


China tiene la economía más fuerte del mundo, disciplina social, abundante mano de obra y clase media en ascenso.

Rusia posee las mayores reservas mundiales de gas y de petróleo. Las dos superpotencias convergen en la Organización para la Cooperación Shan-ghai, creada en 2001 (con Kazakstán, Kirguistán, Tayikistán, y Uzbekistán

El viejo Gran Juego... tan repetido, tan brutal y tan terriblemente destructivo:

La esencia del nuevo imperialismo es reproducir el viejo Gran Juego de utilizar a una pequeña potencia para atacar al objetivo y hacer que los vecinos se peleen entre sí de forma que gane el aliado.

Se destruye a Pakistán, con el pretexto de bombardear a Al Qaeda. Curiosamente ni Bush, ni McCain, ni Clinton estuvieron de acuerdo en bombardear Pakistán, Obama, sí. ¿Por qué? Porque Pakistán es un aliado tradicional de China.

Esta depende de África para abastecerse de materias primas y de petróleo, especialmente de Sudán que le suministra el 8% de sus necesidades de crudo.

Hay que echar a China de África y aislarla, para que si se le priva de aprovisionamiento de energía vaya a buscarlo a Siberia Oriental, donde hay abundancia de materias primas y muy poca población.

El problema está en que Pekín y Moscú conocen el juego, y al mismo tiempo toda la estructura financiera anglo-estadounidense está en profunda crisis.

Obama domina el escenario ideológico que llevaría a una revolución sin precedentes, pero carece de aliados capaces de entenderla y el mundo ha sido ganado por la irracionalidad y el caos destructivo.

La esperanza es una quimera, por lo que ningún revolucionario consecuente la ofrece. El mundo nuevo, precisamente por serlo, surge cuando el viejo ha desaparecido por completo sin que pueda imaginar como será el que le suceda.

Los enlaces al Blog del autor- Eliseo Bayo:
http://eliseobayo.blogia.com
http://eliseobayo.blogia.com/2009/081301-descubro-y-acuso.-la-droga-como-instrumento-politico-para-destruir-la-civilizaci.php
http://eliseobayo.blogia.com/2009/090601-muy-honorables-familias-dirigen-el-trafico-de-drogas.-ii.php


HISTORIA de la TRILATERAL:
http://www.bibliotecapleyades.net/sociopolitica/historia_bilderberg/historia_bilderberg03.htm


¿Quién esta en la TRILATERAL?
http://www.elciudadano.cl/2009/10/31/la-comision-trilateral-domina-al-gobierno-de-obama

Trilateral.jpg (800×1134)

http://www.publico.es/internacional/282422/encubierto/agente/


http://www.orbitfiles.com/download/id4075913959.html



Link a un libro del autor DESCUBRO Y ACUSO:
http://www.scribd.com/doc/18751669/Eliseo-Bayo-Descubro-y-Acuso


El bazar de armas Obama




El complejo militar-industrial estadounidense es un gobierno aparte y el mandatario estadounidense ha decidido ser su presidente. No se trata sólo de continuar guerras, preparar otras, crear constantemente armamento más avanzado para reemplazar al “viejo”: Obama es su gran vendedor. 

El 20 de octubre 2010, envió al Congreso para su aprobación los términos de la exportación a Arabia Saudí de jets, helicópteros, misiles y más por el monto de 60.000 millones de dólares, la mayor venta de armas a un solo país en la historia de EE.UU.

El señor de la Casa Blanca se jactó en su discurso de recepción del Premio Nobel de la Paz de que su país era la única superpotencia militar del mundo, y se dedica a confirmarlo y aún a ensanchar la afirmación. 

Aunque la potencia del Norte es la abastecedora más importante de armas –opera un 30 por cierto del mercado mundial desde hace años, seguida por Rusia con el 23 por ciento–, “el gobierno de Obama está modificando las regulaciones del control de exportaciones para ampliar su participación en el mercado, según varios funcionarios”. 

En agosto de 2009 instó a flexibilizar las normas de vigilancia en la materia y en su Mensaje a la Unión del 27 de junio del año siguiente reiteró el pedido, a fin de contar con “otro factor que contribuya a duplicar nuestras exportaciones DE ARMAS en 2015”.

Washington también ocupa el primer lugar en cuanto a gastos militares: 

un 43 por ciento de lo que destinan a ese rubro todos los países del planeta, según estimaciones relativas a 2009 del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés). El 22 de diciembre pasado las dos cámaras del Congreso aprobaron el presupuesto más grande del Pentágono desde la Segunda Guerra Mundial: 725.000 millones de dólares para el año fiscal 2011, un 8 por ciento superior al de 2010, más del doble del que aprobó W. Bush en 2001 y casi la mitad de lo que el mundo entero invierte en la materia.

Obama también supera a su antecesor en otro aspecto: en 2009, primer año de su mandato, el Departamento de Estado autorizó exportaciones de las empresas privadas armamentistas por 40.000 millones de dólares, un 17 por ciento más que en 2008, último año del gobierno de W. (www.sfgate.com , 11/3/11). La mayor parte de esas ventas, nunca afectadas por la crisis económica, fue a países del sudeste asiático y del Medio Oriente.
El mejor aliado de gigantes como Boeing, Lockheed Martin y otras megaindustrias del ramo es precisamente Obama: 

“El presidente está mucho mejor dispuesto a exportar armas que cualquiera de los gobiernos demócratas anteriores”, señaló Loren Thompson, un conocido consultor en temas de defensa. O como observó el subdirector de la Asociación de Control de Armas, organismo no partidario que promueve la adopción de políticas eficaces de control de armamentos: “Hay un bazar de armas Obama” (//money.cnn.com, 24/2/2011).

El Departamento de Estado cumple sin descanso esta tarea. Muchos cables filtrados por Wikileaks revelan que los diplomáticos estadounidenses actúan como corredores del complejo militar-industrial. Un cable fechado en noviembre del 2009 describe cómo un miembro de la embajada en Brasilia presiona al gobierno de Lula para que adquiera cazas, reitera los puntos favorables de la oferta y califica la decisión de aceptar la propuesta como un “acelerador de la relación militar y comercial creciente” que mantienen los dos países.

Un caso típico se describe en otro cable dirigido al Departamento de Estado, procedente de Oslo esta vez. Recapitula los esfuerzos de la embajada estadounidense para persuadir al gobierno de Noruega de que compre jets JSF a la Lockheed Martin en vez adquirir el Gripen fabricado por la empresa sueca Saab AB. Es un verdadero manual para diplomáticos vendedores de armas que, entre otras cosas, aconseja consultar a la Lockheed Martin “para determinar los aspectos de la compra que conviene subrayar” y desarrollar “una estrategia mediática conjunta”.

No se puede ocultar que la mayoría de esas exportaciones no son inocentes: Washington ha logrado con ellas mutilar la influencia rusa en Europa del Este, extender su influencia en Asia y Medio Oriente y crear además una suerte de cerco militar alrededor de Rusia, Irán y China. El sueño imperial de EE.UU. sigue en pie y así, como se dice, se juntan el hambre con las ganas de comer.




MANIFIESTO PARA QUE OBAMA
DEVUELVA EL PREMIO NOBEL DE LA PAZ


Las esperanzas que en el mundo entero generó la elección del Presidente Barak Obama, han sido frustradas, al comprobarse, con el paso del tiempo, que mantiene la misma política de agresión y falta de respeto por el Derecho Internacional y los derechos humanos de su antecesor, Bush.  La promesa de cierre de Guantánamo ha sido incumplida, y el centro de tortura de Abu Graib, que EE.UU. hizo famoso, en Iraq, continúa operativo.

El crimen de estado se ha visto consagrado con la operación de invasión  del territorio de Pakistán por un comando terrorista, que ha allanado una vivienda y  perpetrado el asesinato de uno de sus ocupantes, cuyo cadáver se ha hecho desaparecer posteriormente. Según declaraciones del Presidente Obama: “Se ha hecho justicia”.

La tortura es un modus operandi habitual de los Estados Unidos, como forma de extraer confesiones. Y la no injerencia, como principio básico del derecho internacional, hace tiempo que se ignora sistemáticamente por ese país. 

No deja de ser preocupante, al mismo tiempo, el que la CIA, de la mano de Israel, no sea ajena a las legítimas revueltas ciudadanas en el Norte de África, para sembrar el caos en función de sus intereses, con resultados impredecibles. Y que Obama haya embarcado a los EE.UU. en una nueva guerra por petróleo, ahora contra Libia, al amparo de la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad, que autorizaba a los Aliados a abrir un pasillo aéreo, para proteger a la población libia de unos supuestos ataques de su propio gobierno (de los que no existe foto ni prueba alguna). Esta Resolución  no contó con el apoyo de países de tanto peso específico como Alemania, Brasil, India, Rusia o China, por lo que no habría debido salir adelante. Y el “pasillo aéreo” se ha traducido en una “Operación Derribo de Libia”, con bombardeos indiscriminados sobre población civil, destrucción de infraestructuras, ataques a hospitales y centros infantiles y el asesinato de los tres nietos de Muahmar er Gadafi, de edades comprendidas entre 4 meses y 1 y 3 años,  y del padre de uno de ellos, entre otras actuaciones.
La Resolución tampoco autorizaba a los aliados a entrenar a mercenarios, ni a preparar un golpe de estado, ni a asesinar a la familia del Presidente (como han hecho) ni a éste, como pretenden desde el principio. Es decir: Se está vulnerando abiertamente.

Entre las atrocidades que se están cometiendo en Libia por parte de los mercenarios rebeldes, está el pago de 2.500 LYD por cada persona del ejército muerta (en función de la categoría pueden llegar a 10.000 LYD), y 700 LYD por cada muerto a cuchillo. A los muertos les cortan las cabezas, que son recogidas luego por un vehículo. La violación sistemática de las mujeres es otra de las normas, con atrocidades que no vienen al caso. En Misratah, 22 soldados del ejército libio fueron apresados por los rebeldes y conducidos a un matadero de animales en donde fueron degollados y decapitados. Todo esto patrocinado  por EE.UU y Europa.

 Libia, sin ser un país perfecto, no era comparable a los países de su entorno, aunque  tampoco puede medirse con parámetros occidentales. Pero era foco de prosperidad que en el PNUD, de la ONU, figura como el  de mayor renta per cápita y de mayor índice de desarrollo humano de toda África: esperanza de vida (75 años), escolarización, participación en las rentas del petróleo de la población, pleno empleo + 3 millones de puestos de trabajo para extranjeros que ahora huyen de los bombardeos, junto con los libios,  y a los que Europa cierra sus puertas.

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pregunta realizada a Chomnski hace pocos dias:


-¿Qué opina de la apelación de Obama a que se inicie ya la transición en Egipto?


-Cuidadosamente, Obama no dijo nada. Mubarak también estaría de acuerdo con que debe haber una transición ordenada. Un nuevo gabinete, algunos arreglos menores en el orden constitucional no es nada. Está haciendo lo que los líderes norteamericanos generalmente hacen.


Los Estados Unidos tienen un poder abrumador allí.


Egipto es el segundo país que más ayuda militar y económica recibe de Washington.
Israel está en primer lugar.
El mismo Obama se mostró muy a favor de Mubarak. En el famoso discurso en El Cairo, el presidente estadounidense dijo: “Mubarak es un buen hombre. Ha hecho cosas buenas. Mantuvo la estabilidad. Seguiremos apoyándolo porque es un amigo”.


Mubarak es uno de los dictadores más brutales del mundo. No sé cómo después de esto alguien pudo haberse tomado en serio los comentarios de Obama sobre los derechos humanos. Pero el apoyo ha sido muy grande.


Los aviones que están sobrevolando la plaza Tahrir son por supuesto estadounidenses...


Quien esta detras de la imagen OBAMA :http://joanfliz.blogspot.com/2009/06/quien-esta-detras-de-la-imagen-obama.html


La biografía oculta de los Obama: 
una familia al servicio de la CIA


De 1983 a 1984, Barack Obama trabajó como analista financiero en una sociedad llamada Business International Corporation, una empresa conocida como siendo una tapadera de la CIA.
Business International Corporation, la empresa tapadera de la CIA en la que trabajaba el futuro presidente estadounidense, organizaba conferencias en las que reunía a los más poderosos dirigentes y utilizaba a periodistas como agentes en el extranjero.
El trabajo que el propio Barack Obama realizó en esa empresa a partir de 1983 coincide con las misiones de espionaje por cuenta de la CIA que su madre,Stanley Ann Dunham, había realizado durante los años 1960, después del golpe de Estado en Indonesia, como trabajo para otras instituciones que también servían de pantalla a la CIA, como la East-West Center de la universidad de Hawai, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (United States Agency for International Development, USAID)  [1] y la Fundación Ford  [2].
Fue durante su trabajo en el East-West Center, en 1965, que la madre de Obama conoció a Lolo Soetoro, el padrastro de Obama, y se casó con él.
Soetoro fue enviado nuevamente a Indonesia en 1965 como oficial de alto rango encargado de servir de consejero al general Suharto y a la CIA en el sangriento derrocamiento del presidente Sukarno  [3]
El padre de Barack Obama había conocido a la madre, en 1959, en un curso de idioma ruso organizado en la universidad de Hawai. Barack Obama padre figuraba entre los seleccionados para participar en un intercambio entre [la región] Este de África y Estados Unidos, intercambio que debía incorporar 280 estudiantes africanos a diferentes instituciones universitarias estadounidenses.
Según un despacho de la agencia Reuters fechado en Londres el 12 de septiembre de 1960, aquella operación contaba simplemente con una «ayuda» proveniente únicamente de la Fundación Joseph P. Kennedy. Su objetivo era entrenar y adoctrinar a futuros agentes que debían ejercer su influencia en África, continente que por aquel entonces estaba convirtiéndose en un terreno de confrontación entre Estados Unidos, la Unión Soviética y China, potencias que trataban de ganarse a los regímenes de los países africanos que acababan de alcanzar la independencia o que estaban a punto de lograrla.
Durante la selección de los estudiantes que serían enviados a Estados Unidos, Masinda Muliro, vicepresidente de la Unión Democrática Africana de Kenia (Kenyan African Democratic Union, KADU), había denunciado las preferencias tribales a favor de la etnia kikuyu, mayoritaria, y de la minoritaria etnia luo. Aquel favoritismo privilegiaba a los simpatizantes de la Unión Nacional Africana de Kenia (Kenyan African National Union, KANU), cuyo líder, Tom Mboya, tenía un pasado como nacionalista y sindicalista. Fue Mboya quien decidió el envío de Barack Obama padre a la universidad de Hawai como estudiante. Obama padre, ya casado en Kenia, donde era padre de un hijo y estaba en espera de otro, se casó con Stanley Ann Dunham en la isla de Maui el 2 de febrero de 1961. Dunham ya tenía 3 meses de embarazo de Barack Obama en el momento de su unión con Obama padre, quien se convirtió en el primer estudiante africano incorporado a una universidad estadounidense.
También según la agencia Reuters, Muliro declaró que quería enviar a Estados Unidos una delegación para investigar a los estudiantes kenianos que habían recibido «regalos» provenientes de estadounidenses y «garantizar que los regalos que se hicieran a los estudiantes en el futuro [fuesen]administrados por personas sinceramente preocupadas por el desarrollo de Kenia».
Mboya recibió en aquella época una subvención ascendiente a 100 000 dólares proveniente de la Fundación Joseph P. Kennedy, en el marco del programa de invitación de estudiantes africanos, después de haber rechazado una propuesta similar de parte del Departamento de Estado. Resulta evidente que a Mboya le inquietaban las sospechas que la entrega de una ayuda oficial estadounidense podía provocar entre los políticos kenianos procomunistas, quienes ya sospechaban que Mboya estaba vinculado a la CIA. Así que el financiamiento del programa se garantizó a través de la Fundación Joseph P. Kennedy y de la Fundación de Estudiantes Afroamericanos. El padre de Obama no estuvo en el primer grupo enviado a Estados Unidos por vía aérea, sino en uno de los siguientes. Aquel programa de ayuda a los estudiantes africanos, organizado por Mboya en 1959, incluía estudiantes de Kenia, Uganda, Tanganyka, Zanzíbar, Rhodesia del Sur y del Norte (hoy Zambia y Zinbabue) y de Nyasaland (hoy Malawi).
La agencia de noticias Reuters reporta además que Muliro denunciaba por entonces que el favoritismo existente en la selección de los beneficiarios de la ayuda estadounidense «molestaba y amargaba a los demás estudiantes africanos». Muliro señalaba que «se daba preferencia a las tribus mayoritarias [los kikuyus y los luos] y que muchos de los estudiantes seleccionados por Estados Unidos no habían logrado pasar los exámenes de admisión mientras que otros estudiantes no seleccionados tenían mejores referencias».

El padre de Obama era amigo de Mboya y pertenecía a la etnia luo. Al ser asesinado Mboya, en 1969, Obama padre compareció como testigo en el juicio contra el presunto asesino. Incluso afirmó haber sido él mismo objeto de un intento de asesinato en plena calle después de su testimonio ante el tribunal.
El padre de Obama partió de Hawai en 1962 para estudiar en Harvard y se divorció de Dunham en 1964. Se casó nuevamente con una estudiante de Harvard, Ruth Niedensand, una estadounidense judía, y volvió con ella a Kenia, donde tuvieron dos hijos. Aquella unión también terminó en divorcio. Obama padre trabajó en el ministerio de Finanzas y en el ministerio de Transportes de Kenia, así como en una compañía petrolera. Murió en un accidente automovilístico, en 1982, y los principales políticos de Kenia asistieron a sus funerales, entre ellos Robert Ouko, quien se convertiría posteriormente en ministro de Transportes y sería asesinado en 1990.
Los documentos de la CIA indican que Mboya era un importante agente de influencia que trabajaba por cuenta de la CIA, no sólo en Kenia sino en todo el continente africano. Según un informe semanal secreto de la CIA (CIA Current Intelligence Weekly Summary), fechado el 19 de noviembre de 1959, Mboya tenía la misión de vigilar a los extremistas durante la segunda Conferencia Panafricana de Túnez (All-Africa People’s Conference, AAPC).
El documento de la CIA reporta que «serias fricciones [se habían] desarrollado entre el primer ministro de Ghana, Kwame Nkrumah, y el nacionalista keniano Tom Mboya quien [había] participado activamente en diciembre [de 1958] en la vigilancia sobre los extremistas durante la primera Conferencia Panafricana en Accra». La expresión «participado activamente» parece indicar que Mboya cooperaba con la CIA, cuyo informe fue redactado por sus agentes destacados en Accra y Túnez. Fue durante aquel período de «colaboración» con la CIA en Accra y en Túnez que Mboya asignó una beca de estudios al padre de Barack Obama y le ofreció la posibilidad de salir del país y de estudiar en la universidad de Hawai, donde encontraría a la futura madre del actual presidente de Estados Unidos y se casaría con ella.
En un informe semanal secreto de la CIA anterior, con fecha del 3 de abril de 1958, aparecen la siguientes frase: «[Mboya] sigue siendo uno de los dirigentes africanos más prometedores». En otro informe semanal secreto, fechado el 18 de diciembre de 1958, la CIA califica al nacionalista keniano MBoya de «joven vocero capaz y dinámico» durante su participación en los debates de la Conferencia Panafricana y lo describe como un opositor ante «extremistas» como Nkrumah, quien contaba con el apoyo de «los representantes chino-soviéticos».
En un documento desclasificado de la CIA sobre la Conferencia Panafricana de 1961, el conservadurismo de Mboya, al igual que el del tunecino Taleb Sliam, se define claramente como contrapeso ante la política de izquierda del clan Nkrumah. Los procomunistas habían sido electos a la cabeza del comité organizador de la Conferencia Panafricana durante la conferencia del Cairo, en 1961, a la que asistió Mboya.
En el informe de la CIA aparecen los nombres de varios de aquellos dirigentes, como el senegalés Abdoulaye Diallo, secretario general de la Conferencia Panafricana; el argelino Ahmed Bourmendjel; el angoleño Mario de Andrade; Ntau Mokhele de Basutoland (antiguo Lesotho); el camerunés Kingue Abel; Antoine Kiwewa, del Congo belga (la actual República Democrática del Congo); el ghanés Kojo Botsio; el guineano Ismail Touré, T. O. Dosomu Johnson, de Liberia; el maliense Modibo Diallo; el marroquí Mahjoub Ben Seddik, el nigerino Djibo Bakari; el nigeriano Tunji Otegbeya; Kanyama Chjume, de Nyassaland; el somalí Ali Abdullahi; el sudafricano Tennyson Makiwane y Mohamed Fouad Galal, de los Emiratos Árabes Unidos.
Los únicos participantes que recibieron la aprobación de la CIA fueron Mboya (quien, según todo indica, era un colaborador de la CIA); Joshua Nkomo, de Rhodesia del Sur; B. Munanka, de Tanganyka; el tunecino Abdel Magid Shaker y el ugandés John Kakongé.
Finalmente se produce la destitución de Nkrumah, después de un golpe de Estado orquestado por la CIA mientras que el líder realizaba una visita a China y Vietnam del Norte. Aquella operación se produce un año después de la que realizó la CIA contra el presidente Sukarno, otro golpe de Estado en el que participó la familia de Obama por parte de madre. Ciertos elementos hacen pensar que el asesinato de Mboya, en 1969, fue organizado por agentes chinos que actuaban por cuenta de las facciones gubernamentales que el presidente keniano, Jomo Kenyatta, había puesto a cargo de la lucha contra Mboya y, por consiguiente, de la eliminación de un político africano proestadounidense de primera línea. Todas las embajadas de Nairobi pusieron sus banderas a media asta como homenaje a Mboya, con excepción de la embajada de la República Popular China.

La influencia que Mboya ejerció sobre el régimen de Kenyatta se prologará durante mucho tiempo después de su muerte, aún en vida del padre de Barack Obama. En 1975 se produce el asesinato de Josiah Kariuki, socialista miembro del partido KANU (partido a cuya creación había contribuido junto con Mboya y con el padre de Barack Obama. Después de aquel asesinato, Kenyatta expulsa del gobierno a tres ministros rebeldes que «estaban personalmente vinculados a Kariuki o a Mboya». Dicha información se clasificó primeramente como secreta (nivel de clasificación Umbra) y aparece en varias notas de servicio de la CIA en el Medio Oriente, en África y Sudáfrica. Fue divulgada posteriormente a través de la red COMINT, el 24 de junio de 1975. La información de inteligencia que figura en ese informe, como lo demuestra su nivel de confidencialidad, proviene de escuchas efectuadas por el ministerio del Interior de Kenia. Nadie fue acusado nunca por el asesinato de Kariuki.
Las escuchas a las que fueron sometidas personas vinculadas a Mboya y Kariuki prueban que la NSA y la CIA mantuvieron bajo vigilancia al padre de Barack Obama, quien –como ciudadano extranjero en Estados Unidos– podía ser sometido ocasionalmente a escuchas de manera legal, escuchas de las que se encargan la NSA [la National Security Agency estadounidense] y el Government Communications Headquarters (GCHQ, servicio de espionaje electrónico del gobierno británico).
[1] «La USAID y las redes terroristas de Bush», por Edgar González Ruiz, Réseau Voltaire, 17 de agosto de 2004.
[2] «La Fundación Ford, fachada filantrópica de la CIA» y «Por qué la Fundación Ford subvenciona la oposición», por Paul Labarique, Réseau Voltaire, 5 y 19 de abril de 2004.
[3] «1965: Indonesia, laboratorio de la contrainsurgencia», por Paul Labarique, Réseau Voltaire, 25de mayo de 2004

La biografía oculta de los Obama: 
una familia al servicio de la CIA (2ª parte)
En la segunda parte de su investigación, Wayne Madesen aborda la biografía de la madre y del padre adoptivo del presidente Barack Obama. Sigue la trayectoria de ambos como agentes de la CIA, primeramente en la Universidad de Hawai, donde se elaboran algunos de los más oscuros proyectos de la CIA, y posteriormente en Indonesia, en momentos en que Estados Unidos preparaba una enorme masacre de simpatizantes comunistas. Las carreras de la madre de Obama y de su padre adoptivo forman parte del periodo que rodeó el comienzo de la globalización en Asia y en el resto del mundo. A diferencia de la dinastía Bush, Barack Obama supo esconder hasta ahora sus propios vínculos con la CIA y, sobre todo, los que tenía su familia. Madsen concluye con la siguiente interrogante: ¿Qué esconde aún Barack Obama?

En la primera parte de este trabajo especial, el Wayne Madsen Report (WMR) revelaba los vínculos entre Barack Obama, padre del presidente estadounidense, y el envío a Estados Unidos de 280 estudiantes originarios de Sudáfrica y de los países del este de África que ya habían alcanzado la independencia o que estaban a punto de hacerlo. Mediante la entrega de diplomas universitarios, Estados Unidos se estaba garantizando la simpatía de los felices elegidos y esperaba contrarrestar los planes similares de la Unión Soviética y China.
El padre de Barack Obama fue el primer estudiante extranjero inscrito en la Universidad de Hawai. Obama padre y la madre de Barack Obama, la Srta. Ann Stanley Dunham, se conocieron en un curso de lengua rusa, en 1959, y se casaron en 1961.
El programa de invitación de estudiantes africanos estaba en manos del líder nacionalista Tom Mboya, mentor y amigo de Obama padre y, al igual que él, originario de la tribu luo. Los documentos de la CIA citados en la primera parte de este trabajo demuestran la activa cooperación de Mboya con la CIA para impedir que los nacionalistas prosoviéticos y prochinos adquiriesen influencia sobre los movimientos nacionalistas panafricanos en los sectores político, estudiantil y obrero.
Uno de los más encarnizados oponentes de Mboya era el primer presidente de la República de Ghana, Kwame Nkrumah, derrocado en 1966 durante una operación montada por la CIA. Al año siguiente, Barack Obama y su madre se reunieron con Lolo Soetoro en Indonesia. Soetoro había conocido a Ann Dunham en 1965, en la Universidad de Hawai, cuando el joven Barack tenía sólo 4 años.
Así que Barack y su madre se instalaron en Yakarta en 1967. En 1965, el general Suharto había llamado a Lolo Soetoro para que se incorporara al alto mando militar y ayudara a la planificación, con ayuda de la CIA, del genocidio de indonesios y de chino-indonesios procomunistas a través de todo el país. Suharto consolidó su poder en Indonesia en 1966, el mismo año en que Mboya ayudaba a la CIA a encontrar entre los nacionalistas panafricanos el apoyo necesario para derrocar al presidente Nkrumah en Ghana.
El East-West Center de la Universidad de Hawai y el golpe de Estado de la CIA contra Sukarno

Ann Dunham conoció a Lolo Soetro en el East-West Center de la Universidad de Hawai. Ese centro estaba vinculado desde hacía mucho con las actividades de la CIA en la zona Asia/Pacífico.
En 1965, año en que Dunham conoció a Lolo Soetoro y se casó con él, se produce el nombramiento de un nuevo decano en el East-Western Center. Se trata de Howard P. Jones, quien había sido embajador de Estados Unidos en Indonesia durante 7 años que fueron capitales para aquel país, entre 1958 y 1965. Jones estaba presente en Yakarta cuando Suharto y sus oficiales, actuando por cuenta de la CIA, planificaron el derrocamiento de Sukarno, acusado, al igual que el PKI (Partido Comunista Indonesio) de ser un aliado de China  [1].
El 10 de octubre de 1965, siendo ya el decano del East-West Center, Jones publicó en el Washington Post un artículo en defensa de Suharto sobre la cuestión del golpe de Estado contra Sukarno. ElWashington Post lo invitaba a comentar aquel golpe de Estado, descrito como un «contragolpe de Estado» cuyo objetivo era retomar el poder de manos de los comunistas. Jones declaraba que Suharto no había hecho sino responder a un golpe de Estado comunista contra Sukarno dirigido por el teniente coronel Untung, «un capitán de batallón relativamente desconocido, destacado en la guardia presidencial».
Jones, cuyas palabras reflejan el contenido de los informes de la CIA provenientes de la embajada de Estados Unidos en Yakarta, continuaba su artículo afirmando que el supuesto golpe militar comunista del 30 de septiembre de 1965 «estaba muy cerca de tener éxito, después del asesinato de 6 oficiales del alto mando. Hubiese tenido éxito si el ministro de Defensa Nasution y varios generales no hubiesen reaccionado lo bastante rápido como para organizar un espectacular contragolpe». Por supuesto, lo que Jones no informó a los lectores del Washington Post fue que Suharto tuvo muchísimo apoyo de la CIA.
Ni Sukarno ni el gobierno indonesio, al que pertenecían líderes de segunda y tercera importancia en el PKI, reprocharon aquellos asesinatos a los comunistas. No se puede descartar la hipótesis de que los asesinatos fuesen una operación bajo bandera falsa organizada por la CIA y Suharto y destinada a poder enfilar las acusaciones hacia el PKI. Dos días después del golpe de Suharto, personas que participaban en una manifestación orquestada por la CIA incendiaron el cuartel general del PKI en Yakarta. Al desfilar ante la embajada estadounidense, que incluía también una estación de la CIA, los manifestantes gritaban: «¡Viva Estados Unidos!»
Untung declaró, por su parte, que él cuando se dio cuenta de que Suharto y la CIA estaban preparando un golpe de Estado para el día del desfile del ejército indonesio, el 5 de octubre de 1965, Sukarno y él mismo, con algunos militares leales, decidieron adelantarse a los golpistas. Jones respondió que veía en aquella versión «la tradicional propaganda comunista». Suharto se había comprometido en contra de Sukarno el 1º de octubre. Jones repitió que no había «ni una onza de verdad en la acusación que se hacía a la CIA de haber actuado contra Sukarno». Los historiadores han comprobado lo contrario.
Jones acusaba a los comunistas de aprovechar los problemas de salud de Sukarno para excluir a cualquier candidato que pudiese reemplazarlo. El objetivo de los comunistas, según Jones, era imponer como sucesor de Sukarno a D. N. Aidit, el jefe del PKI. La muerte de Sukarno no se produjo hasta 1970, cuando se encontraba en prisión domiciliaria.
Un documento de la CIA, anteriormente clasificado como documento secreto y no fechado, menciona que «Sukarno [quería] volver a la configuración anterior al golpe. Se [negaba] a acusar al PKI y al Movimiento del 30 de Septiembre [del teniente coronel Untung]; [llamó] más bien a la unidad del pueblo indonesio y [evitó] el deseo de venganza. Pero no [logró] impedir que el ejército prosiguiera sus operaciones contra el PKI; [actuó] en el sentido de esas operaciones al nombrar al general Suharto a la cabeza del ejército». Suharto y padre adoptivo de «Barry» Obama Soetoro, Lolo Soetoro, ignoraron los llamados a la calma de Sukarno, como rápidamente habrían de comprobarlo los indonesios.

Los documentos de la CIA mencionan la masacre perpetrada por Suharto contra las poblaciones chino-indonesias a través de la descripción del partido Baperki: «Los simpatizantes del partido de izquierda Baperki, muy implantado en las zonas rurales, son mayoritariamente de origen chino-indonesio.» Una nota desclasificada de la CIA, fechada el 6 de octubre de 1966, demuestra la extensión del control y de la supervisión que ejerció la CIA durante el golpe de Estado de Sukarno.
Numerosos agentes se desempeñaban como intermediarios con las unidades de Suharto que ocupaban posiciones en los alrededores del palacio presidencial, en Bogor, y de diversas embajadas en todo el país, como el consulado de Estados Unidos en Medan. Ese consulado vigilaba a los simpatizantes de la izquierda en aquella ciudad de la isla de Sumatra y, según un memorando de la CIA fechado el 2 de octubre de 1965, puso en conocimiento de la agencia que «el cónsul soviético disponía de un avión listo para evacuar a los ciudadanos soviéticos de Sumatra». La nota del 6 de octubre recomendaba también impedir que Untung tuviese demasiado apoyo entre las poblaciones del interior de la isla de Java.

Un informe semanal ya desclasificado de la CIA sobre Indonesia, fechado el 11 de agosto de 1967 y titulado «El nuevo orden en Indonesia», muestra que en 1966 Indonesia reestructuró su economía para cumplir las condiciones del FMI para la obtención de ayuda. En ese informe, la CIA se regocijaba por el nuevo triunvirato instalado en el poder en Indonesia en 1967: Suharto, el ministro de Relaciones Exteriores Adam Malik y el sultán de Jogjakarta  [2], quien era también ministro de Economía y Finanzas. La CIA se felicitaba también por la prohibición del PKI pero reconocía que ese partido«reunía sin embargo numerosos partidarios en el este y el centro de Java».
Es precisamente en esa región donde Ann Dunham Soetoro concentraría posteriormente sus actividades por cuenta de la USAID (Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional), del Banco Mundial y de la Fundación Ford, organismos que actuaban todos como pantallas de la CIA. La misión de Ann Dunham Soetoro era «conquistar los corazones y las mentes» de los granjeros y artesanos javaneses.
Una nota desclasificada de la CIA fechada el 23 de julio de 1966 presenta claramente al partido musulmán Nahdatul Ulama (NU), la formación política más poderosa de Indonesia, como un aliado natural de Estados Unidos y del régimen de Suharto. El informe demuestra que Suharto contó con la ayuda de la CIA para derrocar a los comunistas durante el periodo de contragolpe, específicamente en los lugares donde el NU estaba mejor implantado: en el este de Java, el norte de Sumatra y en varias zonas de la isla de Borneo. Otra nota desclasificada de la CIA, fechada el 29 de abril de 1966, menciona al PKI: «Los extremistas musulmanes han superado al ejército en muchos aspectos al perseguir y asesinar a los miembros del [PKI] y de otros grupos afiliados que les servían de cobertura.»
Dunham y Barry Soetoro en Yakarta y las actividades secretas de la USAID
Ya embarazada de Barack Obama, Dunham abandonó sus estudios en la Universidad de Hawai en 1960. El padre de Barack Obama abandonó Hawai en 1962 para ir a estudiar en Harvard. Dunham y el padre de Barack Obama se divorciaron en 1964. En el otoño de 1961, Dunham se inscribió en la Universidad de Washington y comenzó a criar a su hijo. Se reincorporó a la Universidad de Hawai entre 1963 y 1966. Después de unirse a Dunham en marzo de 1965, Lolo Soetoro salió de Hawai para Indonesia el 20 de julio de 1965, tres meses antes de las operaciones de la CIA contra Sukarno.
Resulta evidente que Soetoro, promovido al grado de coronel por Suharto, regresó a Yakarta para participar en el golpe de Estado contra Sukarno, acción que provocó la muerte de un millón de civiles indonesios.
El presidente Obama preferiría que la prensa ignorara ese pasado. Y eso precisamente fue lo que hizo la prensa durante la campaña de las primarias y durante la elección presidencial de 2008.
En 1967, luego de su llegada a Indonesia con Obama junior, Dunham impartió clases de inglés en la embajada de Estados Unidos en Yakarta, que incluía una de las más importantes estaciones de la CIA en toda Asia, con importantes filiales en Surabaya, en el este de Java, y en Medan, en la isla de Sumatra. Jones dejó su cargo de decano de la Universidad de Hawai en 1968.
En realidad, la madre de Obama impartía clases de inglés por cuenta de la USAID, organización de gran envergadura que servía de pantalla para las actividades secretas de la CIA en Indonesia y en todo el sudeste asiático, en países como Laos, el sur de Vietnam y Tailandia.
El programa de la USAID se conoce con el nombre Lembaga Pendidikan Pembinaan Manajemen. Aunque su propio hijo y la gente que se relacionó con ella en Hawai describen a Dunham como una persona de mentalidad libre, «hija de los años 60», las actividades que realizó en Indonesia contradicen la tesis de que fuera una «hippie».
Los estudios de ruso que Dunham había hecho en Hawai parecen haber sido de mucha utilidad para la CIA en Indonesia. En una nota desclasificada, con fecha del 2 de agosto de 1966, el autor de dicha nota, el secretario general del Consejo de Seguridad Nacional Bromley Smith relataba que, al igual que Japón. Europa Occidental, Australia, Nueva Zelanda, Malasia y Filipinas, la Unión Soviética y sus aliados de Europa Oriental habían acogido bien la noticia del golpe de Suharto ya que creaba una Indonesia no alineada que «representaba un contrapeso en Asia ante la China comunista». Varios archivos demuestran que, al igual que Ann Dunham, varios agentes de la CIA destacados en Yakarta, antes y después del golpe de Estado de 1965, hablaban ruso.
Durante su estancia en Indonesia, y posteriormente en Pakistán, Dunham Soetoro trabajó para la Fundación Ford, el Banco Mundial, el Banco Asiático de Desarrollo, el Banco Rakyat (el banco público indonesio perteneciente al gobierno) y para la USAID.
La USAID estuvo implicada en varias operaciones secretas de la CIA en sudeste asiático. El 9 de febrero de 1971, el [diario] Washington Star publicó que, según los responsables de la USAID en Laos, el arroz que la USAID enviaba al ejército de Laos se revendía al ejército de Vietnam del Norte en el propio Laos. El informe revela que Estados Unidos toleraba la reventa del arroz de la USAID porque el ejército de Laos evitaba así los ataques de Vietnam del Norte y de sus aliados comunistas del Pathet Lao.
La USAID y la CIA utilizaban el abastecimiento de arroz para obligar a las tribus meo de Laos a unirse a Estados Unidos en la guerra contra los comunistas. Estaba previsto que la USAID destinara fondos a la ayuda para los civiles heridos y la creación de un sistema de seguro médico en Laos, pero aquellos fondos fueron desviados y utilizados con fines militares.
En 1971, el Centro de Estudios Vietnamitas de la Universidad de Illinois en Carbondale, financiado por la USAID, fue acusado de servir de pantalla a la CIA. Se sospechó también que los proyectos financiados por la USAID a través del Consorcio de Universidades del Midwest para Actividades Internacionales (Midwest Universities Consortium for International Activities, MUCIA), que incluye las universidades de Illinois, Minnesota, Indiana y Michigan, eran en realidad proyectos secretos de la CIA.
Entre esos proyectos se encontraban los programas de «educación agraria» en Indonesia y otros proyectos en Afganistán, Malí, Nepal, Nigeria, Tailandia y Vietnam del Sur. Aquellas acusaciones se produjeron en 1971, cuando Dunham trabajaba para la USAID en Indonesia.
En un artículo publicado el 10 de julio de 1971, el New York Times acusaba a la USAID y la CIA de haber «perdido» 1 700 millones de dólares destinados al programa CORDS (Civil Operations and Revolutionary Development Support). Aquel programa era parte de la Operación Fénix, en el marco del cual la CIA torturó y asesinó a numerosos civiles, patriarcas y monjes budistas en las aldeas de Vietnam del Sur  [3]. Sumas de dinero provenientes de la USAID fueron entregadas también a Air America, una compañía aérea perteneciente a la CIA en el sudeste asiático.
En Tailandia, el financiamiento de la USAID al Programa de Desarrollo Rural Acelerado (Accelerated Rural Development Program) servía de pantalla a las operaciones de lucha contra la insurrección comunista. De la misma manera, en 1971, durante los meses anteriores al desencadenamiento de la tercera guerra indo-pakistaní, los fondos de la USAID destinados a los proyectos de trabajos públicos en el este de Pakistán fueron utilizados para consolidar posiciones militares en la frontera con la India. Aquellos desvíos de fondos violaban la ley estadounidense que prohíbe la utilización de fondos de la USAID en programas de carácter militar.
En 1972, en una entrevista concedida a Metromedia News, el doctor John Hannah, director de la USAID, reconoció que la CIA utilizaba la USAID como pantalla de sus operaciones secretas en Laos. Hannah afirmaba que la USAID servía de pantalla únicamente en Laos. Pero se comprobó que la USAID también servia de pantalla en Indonesia, Filipinas, Vietnam del Sur, Tailandia y Corea del Sur. Los proyectos de la USAID en el sudeste asiático tenían que obtener la aprobación del SEADAG (Southeast Asian Development Advisory Group), un grupo que elaboraba proyectos públicos en Asia, obligado en realidad a acatar la opinión de la CIA.
En 1972 se comprobó que el programa Food for Peace, administrado por la USAID y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, recibió un financiamiento con objetivos militares para la realización de proyectos en Camboya, Corea del Sur, Turquía, Vietnam del Sur, España, Taiwán y Grecia. En 1972, la USAID solamente envió dinero a las zonas meridionales de Yemen del Norte, con vistas a armar a las fuerzas noryemenitas contra el gobierno de Yemen del Sur, dirigido en aquel entonces por socialistas contrarios a la hegemonía estadounidense en la región.
Entre las instituciones afiliadas a los trabajos de la USAID en Indonesia se hallaba la Fundación Asia (Asia Foundation), creada con ayuda de la CIA en los años 1950 para contrarrestar la expansión del comunismo en Asia. La pensión del East-West Center en la Universidad de Hawai era financiada por la Fundación Asia. El padre de Obama vivió en aquella pensión cuando llegó de Kenya, después de haber gozado de los beneficios del programa de ayuda a los estudiantes africanos que organizaba uno de los más influyentes agentes de la CIA en África, Tom Mboya.
Dunham también estuvo en Ghana, en Nepal, en Bangladesh, en la India y en Tailandia en el marco de varios proyectos de microfinanciamiento. En 1965, el padre de Barack Obama dejó Harvard y regresó a Kenya con su nueva esposa estadounidense. El padre de Obama retomó entonces contacto con su viejo amigo, el «golden boy» de la CIA Tom Mboya, y con otros políticos de origen luo, la tribu del padre de Obama. Philip Cherry dirigió la estación de la CIA en Nairobi desde 1964 hasta 1967.
En 1975 [Philip Cherry] fue nombrado jefe de la estación de la CIA en Dacca, la capital de Bangladesh. El embajador estadounidense de aquella época en Bangladesh, Eugene Booster, acusó a Cherry de estar implicado en el asesinato del primer presidente de Bangladesh, Sheik Mujiur Rahman, y en la muerte de otros miembros de su familia. La ejecución de la familia presidencial de Bangladesh probablemente fue ordenada por el secretario de Estado Henry Kissinger. Bangladesh era también una etapa en el itinerario que seguía Ann Dunham, por cuenta de la CIA, en el marco de varios proyectos de micro y macrofinanciamiento.
Los bancos de la CIA y Hawai
Ann Dunham se quedó en Indonesia cuando el joven Barack Obama regresó a Hawai, en 1971. Puso a su hijo en manos de su abuela materna, Madelyn Dunham. Esta última fue la primera mujer que ocupó el cargo de vicepresidente del Banco de Hawai en Honolulu. Diferentes pantallas de la CIA utilizaban por entonces el Banco de Hawai para transferir fondos a los dictadores asiáticos en el poder, como el presidente de Filipinas Ferdinando Marcos, el presidente de Vietnam del Sur Nguyen Van Thieu y el general Suharto, presidente de Indonesia.
En efecto, el Banco de Hawai se encargaba de lavar el dinero de la CIA como medio de disimular el apoyo de la CIA a sus líderes políticos preferidos en la región Asia-Pacífico.
En Honolulu, una de las sociedades bancarias más utilizadas por la CIA para el lavado de dinero era la BBRDW (Bishop, Baldwin, Rewald, Dillingham & Wong). En 1983, la CIA aprobó la liquidación de la BBRDW, sospechosa de ser parte de una operación de inversiones fraudulentas que seguía el esquema piramidal o esquema de Ponzi. El senador Daniel Inouye –miembro del Comité de Inteligencia del Senado estadounidense (US Senate Select Committee on Intelligence) y uno de los mejores amigos del ex senador de Alaska Ted Stevens– declaró en aquel entonces que el papel de la CIA en la BBRDW era «insignificante». Se descubrió después que Inouye había mentido.
En realidad, la BBRDW estaba ampliamente implicada en el financiamiento de las actividades secretas de la CIA en toda Asia, como las de espionaje industrial en Japón, las de ventas de armas a las guerrillas anticomunistas de los muyahidines afganos, y también en Taiwán.
Entre los dirigentes de la BBRDW se hallaba John C. «Jack» Kindschi. Antes de jubilarse, en 1981, Kindschi fue jefe de la estación de la CIA en Honolulu. El diploma universitario que el presidente de la BBRDW, Ron Rewald, exhibía en la pared de su oficina era falso, fabricado por los expertos de la CIA. La agencia llegó incluso a agregar el nombre de Rewald en los archivos de ex estudiantes.
La CIA reescribió el pasado de la BBRWD para hacer creer que aquel banco estaba presente en Hawai desde la época de la anexión del archipiélago por parte de Estados Unidos  [4]. El presidente Obama lucha en estos momentos contra una serie de acusaciones de que sus diplomas y notas obtenidos son falsos, al igual que su número de seguridad social en Connecticut y otros datos que realzan su currículum. ¿Será el descubrimiento de los documentos falsificados de la BBRDW lo dio origen a las interrogantes que hoy están saliendo a la luz sobre el pasado de Barack Obama?
La BBRDW se hallaba en el barrio de negocios de Honolulu, cerca de la sede del Banco de Hawai, donde se encontraban a su vez las cuentas enmascaradas de la CIA que administraba Madelyn Dunham, la abuela de Barack Obama. El Banco de Hawai se ocupó de las numerosísimas transacciones financieras secretas que realizaba la BBRDW.
Obama-Soetoro y «los años que vivimos en peligro»  [5] en Yakarta
Es evidente que Ann Dunham Soetoro y su esposo indonesio, Lolo Soetoro, padre adoptivo del presidente Obama, estaban muy estrechamente vinculados a las actividades de la CIA tendientes a neutralizar la influencia chino-soviética en Indonesia durante «los años que vivimos en peligro» después del derrocamiento de Sukarno. El Wayne Madsen Report descubrió que durante aquel mismo periodo varios agentes de alto rango de la CIA fueron nombrados, tanto de forma oficial como no oficial, en diferentes puestos enmascarados en Indonesia.  La cobertura la proporcionaban la USAID, los Cuerpos de Paz (Peace Corps) y la USIA (US Information Agency).
Uno de los agentes de la CIA más cercanos a Suharto era Kent B. Crane, quien había estado entre los agentes de la CIA nombrados en la embajada de Estados Unidos en Yakarta. Crane estaba tan estrechamente vinculado con Suharto que después de «su jubilación» de la CIA, parece haber sido uno de los pocos hombres de negocios «privados» en obtener del gobierno de Suharto un pasaporte diplomático indonesio.
La empresa de Crane, el Crane Group, vendía armas de pequeño calibre a las fuerzas militares de Estados Unidos, Indonesia y otros países. Crane fue consejero de Relaciones Exteriores del vicepresidente de Estados Unidos Spiro Agnew. Posteriormente el presidente estadounidense Ronald Reagan lo nombró embajador de Estados Unidos en Indonesia, nominación que no llegó a concretarse debido a sus sospechosos vínculos con Suharto. En su lugar se nombró a John Holdridge, cercano a Kissinger. Al terminar su mandato en Yakarta, Holdridge fue reemplazado por Paul Wolfowitz.
Los protegidos de Suharto, entre ellos Mokhtar y James Riady del Lippo Group, se vieron acusados de haber inyectado, a través de contribuciones extranjeras ilegales, más de un millón de dólares a las cuentas de la campaña electoral de Bill Clinton en 1992.
El presidente Barack Obama ha pospuesto por dos veces su visita oficial a Indonesia. ¿Será porque teme el interés que ese viaje pudiera despertar por los vínculos de su madre y de su padre adoptivo con la CIA?

Durante los años 1970 y 1980, Dunham se ocupaba de proyectos de microcrédito en Indonesia por cuenta de la Fundación Ford, del East-West Center y de la USAID. Entre las personas que trabajaban por entonces en la embajada de Estados Unidos se encontraba el doctor Gordon Donald Jr., quien participó en la protección de los edificios de la embajada durante las violentas manifestaciones contra Estados Unidos que se produjeron en el periodo del golpe contra Sukarno.
Dentro de la Oficina de Relaciones Económicas, Donald era responsable del microfinanciamiento de la USAID destinado a los campesinos indonesios, el mismo programa en el que Dunham trabajó en colaboración con la USAID durante los años 1970, después de haber impartido clases de inglés en Indonesia, también por cuenta de la USAID. En el libro Who’s Who in the CIA, publicado en 1968 en Alemania Occidental, se describe a Donald como un agente de la CIA que también estuvo destacado en Lahore, Pakistán, ciudad en la que Dunham haría posteriormente una estancia de 5 años, en una suite del hotel Hilton, en la realización de proyectos de microfinanciamiento por cuenta del Banco Asiático de Desarrollo.
Entre las personas que trabajaban en Yakarta, el Who’s Who in the CIA menciona también a Robert F. Grealy, quien se convertiría posteriormente en director de relaciones internacionales para la zona Asia-Pacífico en J. P. Morgan Chase y, más tarde, en director de la Cámara de Comercio para Estados Unidos e Indonesia. El presidente de J. P. Morgan Chase, Jamie Dimon, fue mencionado recientemente como posible sustituto de Richard Geithner, el secretario del Tesoro, cuyo padre, Peter Geithner, trabajaba para la Fundación Ford y tenía la última palabra en la atribución de los fondos destinados a los proyectos de microfinanciamiento de Dunham.


Los inconfesables 
proyectos de la CIA en Hawai

Mientras se hallaba en Pakistán, Ann Dunham recibió la visita de su hijo Barack en 1980 y 1981. Barack Obama también estuvo entonces en Karachi, en Lahore y en la ciudad india de Hyderabad. Durante aquel mismo periodo, la CIA intensificaba sus operaciones en Afganistán desde territorio pakistaní.
El 31 de enero de 1981, el director adjunto de la Oficina de Investigación e Informes de la CIA (ORR, Office of Research and Reports) transmitió al director de la CIA, Allen Dulles, una larga nota, clasificada como secreta, código NOFORN  [6], y actualmente desclasificada. En dicha nota se presenta el informe sobre una misión de búsqueda de datos de inteligencia realizada entre el 17 de noviembre y el 21 de diciembre de 1957 en el Extremo Oriente, el sudeste asiático y el Medio Oriente.
El jefe de la ORR mencionaba en aquella nota su encuentro con el equipo del general retirado Jesmond Balmer, por entonces alto responsable de la CIA en Hawai, sobre el pedido que había formulado el jefe del US Pacific Command para «la recogida de numerosa información que exige largas investigaciones». El jefe de la ORR mencionaba entonces las investigaciones realizadas por la CIA para reclutar en la Universidad de Hawai «estudiantes que hablen chino (…) capaces de desempeñar misiones de inteligencia». Abordaba después los debates que se habían desarrollado en Baguio, entre el 26 y el 29 de noviembre de 1957, en un seminario de la Organización del Tratado del Sudeste Asiático sobre contraespionaje. El Comité Económico había discutido primeramente sobre los«fondos para el desarrollo económico» destinados a combatir «las actividades de subversión ejercidas por el bloque chino-soviético en la región», antes de «estudiar todas las posibles reacciones a su puesta en marcha».
Las delegaciones tailandesa y filipina hicieron muchos esfuerzos por lograr que Estados Unidos financiara un fondo de desarrollo económico que habría emprendido en la región otros proyectos de la USAID, como aquellos en los que tanto trabajaban Peter Geithner y la madre de Barack Obama.
Existe una importante masa de literatura sobre los aspectos geopolíticos de las operaciones secretas de la CIA realizadas desde la Universidad de Hawai. No sucede lo mismo con los elementos más tenebrosos de la búsqueda de información de inteligencia y las operaciones como MK-ULTRA, que no se han asociado sistemáticamente a la Universidad de Hawai.
Varias notas desclasificadas de la CIA fechadas el 15 de mayo de 1972 mencionan la implicación del Departamento de Defensa ARPA (Advanced Research Projects Agency) y de la Universidad de Hawai en un programa de la CIA para estudios del comportamiento. Esas notas fueron redactadas por el entonces director adjunto de la CIA Bronson Tweedy, el director del PRG (Program Review Group) de la US Intelligence Community y el director de la CIA Robert Helms. Las notas tienen como tema «las investigaciones realizadas por el ARPA sobre la inteligencia».
La nota del director del PRG aborda una conferencia en la que participó, el 11 de mayo de 1972, el teniente coronel Austin Kibler, director de estudios del comportamiento en el ARPA. Kibler supervisaba las investigaciones del ARPA sobre modificación del comportamiento y vigilancia remota. Los memos del director del PRG mencionan a varios altos responsables: Edward Proctor, director adjunto de la CIA a cargo de la inteligencia; Carl Duckett, director adjunto de la CIA a cargo de ciencias y tecnologías, y John Huizenga, el director del Office of National Estimates  [7].
En 1973, luego que el entonces director de la CIA, James Schlesinger, ordenara una investigación administrativa sobre la totalidad de los programas de la CIA, la agencia presentó toda una serie de documentos sobre diversos programas, lo que se designó con la expresión «joyas de familia». La mayoría de aquellos documentos fueron publicados en 2007.
En ese mismo momento se supo que Helms le había ordenado al doctor Sidney Gottlieb que destruyera los documentos vinculados a las investigaciones que estaba realizando. El doctor Gottlieb dirigía el proyecto MK-ULTRA, un programa investigativo de la CIA sobre modificación del comportamiento, lavado de cerebro e inyección de drogas.
En un memo del agente de la CIA Ben Evans para el director de la CIA William Colby, fechado el 8 de mayo de 1973, Duckett expresaba su opinión: «Sería inoportuno que el señor Director se declara al tanto de ese programa», refiriéndose así a los experimentos que realizaba Gottlieb para el proyecto MK-ULTRA.
Después de la publicación de las «joyas de familia», varios miembros de la administración del presidente estadounidense Gerald Ford, entre ellos el jefe de gabinete de la Casa Blanca Dick Cheney y el secretario de Defensa Donald Rumsfeld, se aseguraron de que no se hiciera ninguna revelación sobre los programas de modificaciones del comportamiento y sicológicas, entre los que figuraban los proyectos MK-ULTRA y ARTICHOKE.
Varios memos del 15 de mayo de 1972 mencionan el proyecto SCANATE, que comenzó aquel mismo año. Se trata de uno de los primeros programas de investigación de la CIA sobre la guerra sicológica, particularmente sobre el uso de sustancias psicotrópicas con fines de vigilancia remota y de manipulación sicológica. Se mencionan Kibler, del ARPA, y «su subcontratado». Más tarde se sabría que se trataba del Stantford Research Institute (SRI), situado en Menlo Park, California.
Helms envió un memo a personajes como Duckett, Huizenga, Proctor y el director de la agencia de inteligencia del Departamento de Defensa (Defence Intelligence Agency, DIA). Este último heredaría posteriormente el proyecto de la CIA denominado «GRILL FLAME» sobre la vigilancia remota. Helms insistía en el hecho que el ARPA venía apoyando «desde hace cierto número de años» las investigaciones sobre el comportamiento y las potenciales aplicaciones que pudieran ser útiles para la labor de inteligencia, «con la participación del M.I.T., de Yale, de la Universidad de Michigan, de la UCLA, de la Universidad de Hawai y de otras instituciones o grupos de investigación».
La colaboración de la Universidad de Hawai con la CIA en materia de guerra sicológica aún prosigue hoy en día. La doctora Susan Brandon, actual directora del programa de estudio del comportamiento del Centro de Contraespionaje y de Inteligencia (Defence Counterintelligence and Human Intelligence Center, DCHC) en el seno de la DIA, obtuvo su doctorado en psicología en la Universidad de Hawai. Brandon parece haber estado implicada en un programa secreto, resultado de la colaboración de la APA (American Psychological Association), la RAND Corporation y la CIA, programa destinado a«mejorar los procedimientos de interrogatorio».
El objetivo de esas investigaciones tenía que ver con la privación de sueño y la percepción sensorial, la aplicación de dolores intensos y de completo aislamiento, métodos aplicados a los prisioneros de la base aérea de Bagram, en Afganistán, y de otras prisiones secretas  [8].
Brandon fue también asistente del director del Departamento de Ciencias Sociales, del Comportamiento y Educativas en el Buró de Ciencia y Tecnología de la administración de George W. Bush.
O sea, los vínculos entre la CIA y la Universidad de Hawai no disminuyeron a fines de los años 1970; el ex presidente de la Universidad de Hawai entre 1969 y 1974, Harlan Cleveland, fue invitado a dar una conferencia en el cuartel general de la CIA, el 10 de mayo de 1977.
Antes de asumir funciones en la Universidad de Hawai, Cleveland fue secretario del Buró de Asuntos vinculados a las Organizaciones Internacionales (Bureau of International Organization Affairs) de 1965 à 1969.
Un memo del director de formación de la CIA, fechado el 21 de mayo de 1971, indica que la CIA reclutó a un oficial de la Marina que estaba comenzando el segundo curso de estudios en la Universidad de Hawai.
La familia Obama y la CIA
Existen muchísimos documentos sobre los vínculos de George H. W. Bush con la CIA y sobre las actividades que su padre y sus hijos, como el ex presidente George W. Bush, realizaron por cuenta de la CIA.
Por su parte, Barack Obama logró disimular sus propios vínculos con la agencia, al igual que los de sus padres, su padre adoptivo y su abuela (muy poco se sabe sobre su abuelo, Stanley Dunham.
Se supone que dirigió un comercio de muebles en Hawai después de servir en Europa durante la Segunda Guerra Mundial). A diferencia de los demás miembros del gobierno federal, los presidentes y vicepresidentes de los Estados Unidos no son objeto de ninguna investigación sobre sus antecedentes antes de entrar en funciones.
Ese trabajo de verificación queda en manos de la prensa. En 2008, los periodistas fallaron lastimosamente en cuanto a su deber de informar al público cuando investigaron sólo muy superficialmente sobre el hombre que iba a hacer entrada en la Casa Blanca. Los vínculos de sus padres con la Universidad de Hawai y el papel de esa universidad en los proyectos MK-ULTRA y ARTICHOKE plantean la siguiente interrogante:
«¿Qué esconde aún Barack Obama?»



El Jefe del contraterrorismo de EE:UU. ha “tomado la dirección” para determinar quiénes serán asesinados por los drones de EE.UU.
Altos funcionarios de Obama elaboran 
la “Lista de asesinatos”


Los funcionarios estadounidenses conocedores de primera mano de cómo determina el gobierno qué personas hay que colocar en las listas de la CIA y del Pentágono para ‘asesinatos selectivos’ han confesado su preocupación por las implicaciones y la naturaleza del proceso. En conversaciones con Associated Press, un funcionario involucrado –que pidió garantías de anonimato– dijo que algunos de los que realizan la política se muestran recelosos de “lo fácil que ha llegado a ser matar a alguien”, según las reglas establecidas bajo el gobierno de Obama y orquestadas por el máximo consejero de contraterrorismo, John Brennan.

Brennan, el primer funcionario de la Casa Blanca que admitió públicamente, el mes pasado, la existencia de un programa clandestino de asesinatos por medio de drones en lugares como Pakistán y Yemen, ha acumulado poderes inigualables al consolidar el proceso de toma de decisiones en un grupo selecto y estrictamente controlado de personas, según la información de AP.


El informe cita a funcionarios que describen que “bajo el nuevo plan, el personal de Brennan compila lista de potenciales objetivos y comunica los nombres a organismos como el Departamento de Estado en una reunión semanal en la Casa Blanca”. “Anteriormente los objetivos se discutían en reuniones dirigidas por el jefe del Estado Mayor Conjunto, el almirante Mike Mullen, y Brennan solo era una voz más en el debate. Finalmente, Brennan presentaba el caso al Presidente, pero acababan participando más funcionarios en la discusión”.


Los grupos por los derechos humanos y las libertades civiles han apelado a la Casa Blanca para que informe al público del proceso legal por el cual los nombres llegan a la lista de objetivos, pero es probable que ese informe no resuelva sus preocupaciones.


“El programa de asesinatos selectivos va más allá de la ley al exigir una autoridad sin precedentes para el poder ejecutivo”, escribió Josh Bell de ACLU [Unión Estadounidense por las Libertades Civiles] después de saber que la Casa Blanca volvió a retrasar los requerimientos de catalogación como reacción a una solicitud según la FOIA [Ley de Libertad de Información] de antecedentes relacionados con el programa. “La entrega de información de cómo funciona el programa es el primer paso en el proceso de ajustarlo a la Constitución”, dijo.
Glenn Greenwald, en Salon.com, respondió a la información de AP señalando que “Reuters describió previamente el proceso secreto utilizado para determinar qué seres humanos, incluidos ciudadanos estadounidenses, son objetivos de la CIA de ejecución sin procesamiento y son apuntados en una lista de asesinato o captura por un panel secreto de altos funcionarios gubernamentales” sin “informe público” ni “ninguna ley que establezca su existencia o las reglas”, un verdadero panel de la muerte, aunque inventado por la Casa Blanca en lugar de establecido por la ley. Y ahora John Brennan tiene aún más poder sobre el proceso, y menos controles, cuando emite esos decretos de sentencia a la muerte”.
Y el periodista Jeremy Scahill, elocuente crítico del programa estadounidenses de asesinatos, twitteó con notable sarcasmo:
Me siento mucho más cómodo ahora que John Brennan decidirá quién será asesinado por EE.UU.
21 de mayo de 2012
* * *
Associated Press informa: [con énfasis de Greenwald]:
El jefe de contraterrorismo de la Casa Blanca, John Brennan ha tomado la dirección de la selección de los terroristas que serán objetos de ataques de drones o incursiones, estableciendo un nuevo procedimiento para los objetivos de los militares y de la CIA.
El esfuerzo concentra el poder del uso de fuerza letal de EE.UU. fuera de las zonas de guerra en un pequeño equipo de la Casa Blanca.


El proceso, que tiene cerca de un mes, significa que el personal de Brennan consulta al Departamento de Estado y otras agencias sobre quién debe ser incluido en la lista de objetivos, haciendo menos relevante el papel del Pentágono, según dos funcionarios estadounidenses actuales y tres antiguos informados de la evolución de cómo el gobierno persigue a los terroristas…


El empeño de Brennan le otorga una mayor influencia más temprano en el proceso, antes de hacer la recomendación final al presidente Barack Obama. Algunos funcionarios de fuera de la Casa Blanca expresaron la preocupación de que la desviación de una mayor parte del proceso de toma de decisiones a la oficina de Brennan podría convertirla en un pseudo cuartel general militar, confiando la suerte de los objetivos de al Qaida a un pequeño grupo de altos funcionarios…


Algunos de los funcionarios que implementan la política se muestran igualmente recelosos de “lo fácil que ha llegado a ser matar a alguien”, dijo uno de ellos. EE.UU. apunta a agentes de al Qaida por motivos como haberlos oído en una conversación interceptada conspirando para atacar a un embajador estadounidense en ultramar, dijo el funcionario.


Grupos de derechos humanos y grupos por las libertades civiles han pedido que la Casa Blanca haga público el proceso legal por el cual los nombres llegan a la lista de objetivos.
“Seguimos creyendo, con base en la información disponible, que el propio programa (de drones) no es solo ilegal sino también peligroso”, dijo Hina Shamsi, director del Proyecto Nacional de Seguridad de ACLU. “Es peligroso marcar todo el planeta como un campo de batalla”.
La limitación del grupo de personas que deciden las personas de la lista de captura/asesinato significa que menos personas tendrán esa responsabilidad, dijo Mieke Eoyang de Third Way, un think tank demócrata centrista.


“Como principio general, si la gente piensa que alguien está controlando su trabajo tiene más cuidado”, dijo Eoyang. “Los grupos pequeños pueden ser víctimas los centros de pensamiento".
* * *
Glenn Greenwald: El nuevo poder de John Brennan
¿Recordáis la era de Bush cuando pequeñas cosas como la Ley Patriota, las escuchas telefónicas sin mandato judicial y las comisiones militares eran “Ataques Radicales e Ilegales que Pisotean Nuestra Constitución y Nuestros Valores”? Ahora, todas esas cosas están completamente normalizadas –las controversias sobre esas políticas son reliquias extrañas y obsoletas de una era más inocente– y ahora tenemos cosas como Zares de la Sentencia de Muerte no elegidos.


Sobra decir que todo esto tiene lugar de forma totalmente secreta, sin un marco legal y sin supervisión de ningún tipo. Por cierto, incluso después de que hizo que Brennan defendiera el programa de drones de la CIA, el gobierno de Obama sigue insistiendo ante un tribunal federal en que el programa es demasiado secreto incluso para confirmar su existencia. Es solo un pequeño grupo de funcionarios del Estado Nacional de Seguridad que dicen, en las tinieblas, a quien quieren matar, y entonces –una vez que el presidente lo aprueba– se hace. Es el cambio con el que nos ha obsequiado el Premio Nobel de la Paz 2009: “Algunos de los funcionarios que lo implementan se muestran igualmente recelosos de 'lo fácil ha llegado a ser matar a alguien'”.

Fuente: http://www.commondreams.org/headline/2012/05/22-2
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