Rolando Segura, enviado especial de Telesur a Libia:
¿Qué decidió el Club Bilderberg para Libia?
ROLANDO SEGURA / Enviado especial de Telesur a Libia – Por cuarta ocasión la más rancia aristocracia político-financiera-corporativa del mundo se reunió en Suiza, esta vez en la sureña ciudad turística St. Moritz.
Como es tradición, nada se conocerá acerca de los pactos globales sellados por el Club Bilderberg del 9 al 12 de junio, porque cada año desde 1954 el selecto clan de influyentes personalidades realiza su conferencia anual con puertas herméticamente cerradas.
Disciplinadamente los grandes medios de comunicación del mundo, salvo muy raras excepciones, respetaron las reglas del cónclave y ni siquiera se acercaron a indagar qué discutieron allí monarcas, presidentes de corporaciones, banqueros, políticos, economistas y dueños de grandes oligopolios mediáticos.
Una enorme lona blanca cubrió incluso el frente del lujoso Hotel Suvretta House en plenos Alpes suizos, donde compartieron pláticas y consensos una selecta lista de invitados de los más diversos sectores de 20 países y unas 10 organizaciones internacionales.
Esta vez asistieron desde el presidente ejecutivo de Google y el cofundador de Facebook hasta profesores de Harvard y el director general de la Organización Mundial del Comercio.
¨Cuando gente de ese poder, influencia y experiencia se reúne, dice el analista político Robert McAulay, se van a tener conversaciones a un nivel muy alto, y podría tener un impacto directo o indirecto en el futuro.¨
Entre los grandes ausentes al Bilderberg 2011 está el ex director del Fondo Monetario Internacional Dominique Strauss-Kahn.
Por ello, con sarcasmo el periódico británico The Guardian ha dicho que las empleadas del hotel suizo podrían respirar tranquilas.
Bilderberg se autoproclama como un foro internacional pequeño, flexible, informal y extraoficial en el cual pueden ser expresados diferentes puntos de vista en un ambiente de comprensión mutua.
Sin embargo periodistas, investigadores y activistas que intentan acercarse año tras año a estas reuniones, han concluido que se trata de un verdadero intento de ¨gobierno del mundo en la sombra¨
Para el intelectual francés Thierry Meyssan es algo mucho más serio y peligroso: el Bilderberg es una creación de la OTAN. (1).
Luego de tener acceso a los archivos del Bildelberg desde 1954 hasta 1966, a documentos posteriores y a uno de sus antiguos invitados, Meyssan asegura que el objetivo del selecto grupo ¨es convencer a los líderes y manipular a través de ellos a la opinión pública para llevarla a aceptar los conceptos y acciones de la alianza atlántica.¨
Thierry Meyssan insiste en que, incluso, la seguridad ¨no estará en manos de la policía del país donde se organiza el encuentro sino que será cuestión de los soldados de la OTAN.¨
Según el también director de la Red Voltaire ¨la cantidad de temas abordados en los encuentros anuales del Grupo de Bilderberg ha ido en aumento en los últimos años, en función de la actualidad internacional. ¨
Bilderberg 2011 está considerada como una de las conferencias del club más relevantes en los últimos tiempos y según The Guardian tendría en su agenda la preocupación ante un colapso económico de Europa. (2)
Otras fuentes dan por sentado que debatirían temas como el accidente nuclear de Fukushima, Internet y las Revoluciones en el mundo árabe.
Para los estudiosos de los secretos de los ¨bilderbergs¨ en sus reuniones anuales tramaron la Guerra de las Malvinas en 1982 y la de Irak en 2003.
Ahora con la guerra de Libia en marcha, el tema clasifica en un lugar destacado de las discusiones del Club.
Jim Tucker, periodista al tanto de los encuentros de la élite mundial desde hace más de 35 años aseguró esta semana que los ¨bilderbergs¨ están muy preocupados por la guerra en Libia. (3)
¨ Ellos quieren que Libia sea el punto de inicio para una guerra en el Medio Oriente, incluyendo toda el área, excepto Israel, que será protegido”, afirma Tucker convencido de que con un caos en la región pretendan aumentar la presión sobre los Estados Unidos hacia un ataque contra Irán.
Con otras palabras lo mismo había dicho en el mes de abril, Henry Kissinger, uno de los presidentes del Club Bilderberg y miembro permanente del grupo: la actitud de Gaddafi “puede tentar al régimen iraní a acelerar su desarrollo de un arma nuclear. Los Estados delincuentes tienen que seguir convencidos de nuestra determinación de luchar contra la proliferación nuclear.¨ (4)
Según Kissinger, EEUU tiene que lanzar una invasión por tierra en Libia y mantener la guerra durante al menos un año.
Paul Joseph Watson investigador, editor y escritor de Prison Planet asegura que el ex Secretario de Estado estadounidense hizo la anterior afirmación en la George Washington University’s Elliot School of International Affairs, pero luego volvió a reiterar su idea sobre Libia, en el Aspen Institute sobre “Valores y Diplomacia” en la Catedral Nacional y en la conferencia de Bretton Woods II, en Nueva Hampshire. (5)
Sin embargo, Jim Tucker asevera que ¨Bilderberg está tan nervioso como un pecador en la iglesia de la Fé¨, porque no están seguros de obtener el financiamiento para continuar la guerra.
¨Están muy molestos porque hace solo unos días hubo una gran oposición a la guerra. Alrededor de 140 votos lo cual es sorprendente dada la fuerza de los republicanos y los demócratas.´
Sucede que la guerra contra Libia estaría costando al contribuyente estadounidense unos dos millones de dólares por día.
Según documentos filtrados del Departamento de Defensa Estados Unidos para el mes de mayo ya habría gastado más de 660 millones de dólares, cuando las estimaciones del pentágono estaban cifradas en 750 millones, pero tal como van las cosas en un año el costo de la guerra podría acercarse a los mil millones de dólares. (6)
La última semana en el centro de estudios Security and Defence Agenda en Bruselas, el secretario de Defensa de Estados Unidos Robert Gates lanzó un ultimátum a la OTAN: “La paciencia norteamericana se está terminando”
“No se puede seguir dejando sobre los hombros de los contribuyentes norteamericanos” el 75 por ciento de los gastos de la Alianza Atlántica.
Para Gates Europa debe asumir sus responsabilidades económicas para evitar que la OTAN se vuelva “irrelevante”. ¿Cómo respondió a estos retos el grupo de influencia de la organización militar más poderosa del mundo? ¿Kissinger habrá convencido a todos de los ¨conveniencia¨ de lanzar una invasión terrestre en Libia?
Aunque los ¨bilderbergs¨ aseguran no proponer ni votar resolución final alguna, Willy Claes uno de sus más de 430 miembros permanentes y Secretario General de la OTAN de 1994 a 1995, reconoció el pasado año que quienes asisten a la conferencia están obligados, a aplicar las decisiones del cónclave en sus respectivas áreas de influencia. (7)
La realidad nos dará muy pronto pistas de cuáles fueron los pactos sobre Libia.
Notas:
1- Thierry Meyssan. Lo que usted ignora sobre el Grupo de Bilderberg. Enhttp://www.voltairenet.org/Lo-que-Usted-ignora-sobre-el-Grupo
2. Bilderberg 2011: All aboard the Bilderbus. Enhttp://www.guardian.co.uk/world/blog/2011/jun/03/bilderberg-2011-switzerland-st-moritz?INTCMP=SRCH
3- Entrevista Paul Joseph Watson a Jin Tucker. En: http://www.africanews.es/libia-entrevista-a-jim-tucker-bilderberg-2011/
4- Un miembro prominente del partido político más grande de Suiza, Dominique Baettig solicitó a autoridades federales arrestar a Henry Kissinger como un criminal de guerra si asistía Bilderberg 2011. Henrry Kissinger, Consejero de Seguridad Nacional y Jefe del Departamento de Estado en la administración Nixon y Ford de Presidente está acusado de crímenes de guerra en Indochina, Bangladesh, Chile, Chipre y Timor Oriental. Habría aprobado campañas de bombardeo personalmente causando miles de víctimas civiles con el empleo de armas químicas como el agente naranja. Mas información en:http://www.prisonplanet.com/prominent-swiss-politician-calls-for-arrest-of-kissinger-at-bilderberg.html
5- Paul Joseph Watson. Bilderberg Insider: Kissinger Pushing For US Ground Invasion Of Libya. En: http://www.prisonplanet.com/kissinger-calls-for-us-ground-invasion-of-libya.html
6- The billion dollar war? Libyan campaign breaks Pentagon estimates costing U.S. taxpayers $2 million a day. En: http://www.dailymail.co.uk/news/article-2001778/Libya-war-costs-US-taxpayers-2m-day-Gaddafi.html
7- Paul Joseph Watson. Former Nato Secretary-General Admits Bilderberg Sets Global Policy. En: http://www.prisonplanet.com/former-nato-secretary-general-admits-bilderberg-sets-global-policy.html
Las muertes de civiles en Libia:
¿quién mata a quién exactamente?
En Libia, donde las fuerzas apoyadas por la OTAN están intentando acabar con las ciudades que mantienen la resistencia contra los terroristas, los civiles están siendo asesinados, pero los países normalmente vocales respaldando una resolución de la ONU para proteger a ellos se han ido extrañamente tranquilo.
El primer ministro británico, David Cameron, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, realizó una visita a Libia esta semana para estudiar su obra entre la OTAN y las fuerzas ", mientras que en una sólida seguridad de la OTAN, las fuerzas especiales y helicópteros, a diferencia de Gadafi, que podría viajar libremente alrededor de Trípolidebido a su popularidad.
"Tenemos que seguir con la misión de la OTAN hasta que los civiles están protegidos y hasta que esta obra está terminada," dijo David Cameron en una rueda de prensa conjunta en Trípoli.
Sin embargo, las personas que hacen la matanza son los rebeldes fuerzas del Consejo Nacional de Transición, junto con la OTAN, ya que atacan Bani Walid y otras ciudades.
Por eso, Cameron y Sarkozy están en silencio.
"Para parafrasear a George Orwell en" Rebelión en la granja ", algunos civiles son más iguales que otros", comenta John Laughland del Instituto de Democracia y Cooperación.
La OTAN insisten en que sus ataques contra "objetivos", pero los objetivos son, obviamente, todos los civiles que no apoyan a los rebeldes por la OTAN.
"Es evidente que existen problemas reales en el terreno", opina analista de Medio Oriente James Denselow, agregando que la NTC se ha comprometido a mantener sus rebeldes en la cuenta, decir que este es un proceso que veremos a partir de ahora.
Sin embargo, no parece estar ocurriendo todavía. La Unión Africana afirma que los rebeldes de la OTAN-están a la caza y matar a los africanos negro en el supuesto de que Gaddafi reclutado como los llamados mercenarios.
Estas denuncias han sido confirmadas por los informes sobre derechos humanos que dicen que los rebeldes son culpables de homicidios ilegítimos y torturas.
Una carta de Gaddafi insta al Consejo de Seguridad de la ONU para proteger a Sirte de ser golpeado por la OTAN, y para hacer frente a los crímenes de las fuerzas de la OTAN.
Cameron y Sarkozy se apresuraron a acusar a Gaddafi de "matar gente" en el período previo a la imposición de la prohibición de vuelos de la OTAN zona. Pero esa retórica no está dirigida a la NTC.
Por otra parte, Gran Bretaña ha patrocinado un proyecto de resolución de la ONU para aliviar las sanciones contra Libia y contra la Corporación Nacional de Petróleo de Libia, en particular, en un intento codicioso para obtener el aceite a fluir de nuevo.
Héroes Cómicos e impostores |
La OTAN y sus crímenes de guerra en Libia:
Las sanciones contra el desafío
Por: James Petras
Ante el deterioro de la situación mundial y una ola de levantamientos populares romper con la hegemonía occidental, la OTAN contra-poderes atacado de la manera más decidida. De acuerdo con James Petras, la destrucción de un régimen independiente y laica, como Libia fue la intención de enviar el siguiente mensaje inequívoco "a quien corresponda": cualquier régimen independiente del Tercer Mundo puede ser derrocado, los regímenes coloniales títeres pueden ser forzados a un pueblo devastado , el colonialismo todavía está prosperando, y el dominio imperial está aquí otra vez.
La conquista y la ocupación de Libia es, ante todo, una victoria militar de la OTAN. Cada aspecto de la ofensiva militar fue encabezada y dirigida por la OTAN por aire, mar y las fuerzas de tierra. La invasión de la OTAN de Libia era básicamente una respuesta a la "primavera árabe": los levantamientos populares que se extendió desde el norte de África hasta el Golfo Pérsico. El asalto de la OTAN forman parte de un general de contraataque diseñado para contener y hacer retroceder los movimientos populares democráticos y anti-imperialista que había derrocado o estaban a punto de derrocar a Estados Unidos y el cliente dictadores.
Las consideraciones políticas y militares sobre todo en la motivación de la invasión de la OTAN: Todavía en mayo de 2009, los regímenes de EE.UU. y Europa se estaban desarrollando militar cerca bilateral, acuerdos económicos y de seguridad con el régimen de Gaddafi.Según el diario británico, el Independiente (04/09/2011), los documentos oficiales de Libia se encuentra en su Ministerio de Relaciones Exteriores describió cómo el 16 de diciembre de 2003, la CIA de EE.UU. y el MI6 británico colaboración establecida con el gobierno de Gaddafi. El MI6 siempre Gaddafi, con detalles sobre los líderes de la oposición libia exiliado en Inglaterra e incluso redactó un discurso para él, buscó un acercamiento con el mundo exterior.
EE.UU. La secretaria de Estado Clinton presentó Mutassin Gaddafi a la prensa en Washington durante una visita en 2009 diciendo: " Estoy muy contento de dar la bienvenida a Gadafi Ministro al Departamento de Estado.Valoramos profundamente la relación entre Estados Unidos y Libia. Tenemos muchas oportunidades para profundizar y ampliar nuestra cooperación y estoy muy ilusionado con la construcción de esta relación . "(examiner.com 26/02/2011).
Entre 2004-2010 el mayor de petróleo y las empresas petroleras multinacionales de servicios, incluyendo British Petroleum, Exxon Mobil, Halliburton, Chevron, Conoco y Marathon Oil se unió a los gigantes de la industria militar, como Raytheon y Northrop Grumman, Dow Chemical y Fluor y firmado enormes inversiones y ventas se ocupa de Libia ( examiner.com op cit).
En 2009, los EE.UU. Departamento de Estado otorgó una subvención de $ 1.5 millones para entrenar civil libia y las fuerzas de seguridad del gobierno. El presupuesto de la Casa Blanca para el 2012 incluye una beca para entrenar a las fuerzas de seguridad libias. General Dynamics firmó un contrato de $ 165 millones en 2008 para dotar a la élite brigada mecanizada de Libia (examiner.com IBI).
El 24 de agosto 2011 Wikileaks publicó EE.UU. cables de la embajada de Trípoli, que se describe la evaluación positiva de un grupo de destacados senadores republicanos han hecho de Estados Unidos y Libia en las relaciones durante su visita a finales de 2009. Estos cables destacó en marcha programas de formación de seguridad que implican la policía de Gadafi y militares, así como "su firme apoyo a la represión del régimen de los islamistas radicales, muchos de los cuales son ahora líderes de la OTAN, respaldado los EE.UU. las fuerzas rebeldes" que ahora ocupan Trípoli.
¿Qué causó el cambio de países de la OTAN abruptamente de una política de abrazar a Gaddafi para el lanzamiento de una brutal invasión de tierra arrasada de Libia en cuestión de meses? La clave está en los levantamientos populares, que amenazaba la dominación euro-estadounidense. La destrucción casi total de Libia, un régimen laico de mayor nivel de vida en África, estaba destinado a ser una lección, un mensaje de los imperialistas de las masas recién despertado del norte de África, Asia y América Latina: El destino de Libia espera cualquier régimen que aspire a una mayor independencia y preguntas el ascenso de euro-americana de energía.
Salvaje de la OTAN de seis meses blitz - más de 30.000 ataques aéreos y con misiles contra Libia, instituciones civiles y militares - fue una respuesta a aquellos que decían que los EE.UU. y la UE estaban en la "decadencia" y que "el imperio estaba en decadencia". El islamista radical y llevó monárquico "levantamiento" en Benghazi en marzo de 2011 fue respaldado por y sirvió como pretexto para los poderes imperiales de la OTAN de ampliar su contraofensiva en el camino de "neo-colonial de restauración".
La guerra de la OTAN y la falsa "levantamiento rebelde"
Nada es más evidente que el hecho de que toda la guerra contra Libia fue en todos los materiales estratégicos y de moda de la OTAN la guerra. El casting de la colección de trapo-etiqueta de los monárquicos, los fundamentalistas islámicos, Londres y sede en Washington, ex-patriotas y los funcionarios descontentos Gadafi como "rebeldes" es un caso puro de la propaganda de los medios de comunicación. Desde el principio los "rebeldes" dependía completamente del poder militar, político, diplomático y medios de la OTAN, sin la cual los mercenarios de facto no habría durado un mes, escondidos en Benghazi.
Un análisis detallado de las características principales de la conquista de Libia confirma este asalto como una guerra de la OTAN.
La OTAN lanzó ataques aéreos y la brutal destrucción de mar de la fuerza aérea de Libia, los barcos, los depósitos de energía, tanques, artillería y las armerías y miles de muertos y heridos de soldados, policías y milicias combatientes civiles. Hasta la invasión de la OTAN, el mercenario "rebelde" las fuerzas de tierra no había avanzado más allá de Benghazi y casi no podía "mantener" territorio después. El "rebelde" mercenarios "avanzado" sólo por detrás de la vuelta al reloj fulminante ataques aéreos de la ofensiva de la OTAN.
Bombardeos de la OTAN fueron los responsables de la destrucción masiva de infraestructuras civiles y militares libios defensiva, los puertos de los bombardeos, las carreteras, almacenes, aeropuertos, hospitales, plantas eléctricas y de agua y la vivienda de barrio, en una guerra de "terror" diseñado para "convertir" la leal base de masas contra el gobierno de Gaddafi. Los mercenarios no tienen un respaldo popular entre la población civil de Libia, pero la brutalidad de la OTAN debilitada oposición activa contra el "rebelde" mercenarios.
La OTAN ganó el apoyo clave diplomática para la invasión de obtener resoluciones de la ONU, la movilización de sus dirigentes cliente en la Liga Árabe, el reclutamiento de mercenarios entrenados EE.UU. 'legionarios' de Qatar y el apoyo financiero de la turba rica en el Golfo. OTAN forzada "cohesión" entre los clanes enfrentados de la auto-nombrado "rebelde" líderes mercenarios a través de su ("congelación") la incautación de los activos en el extranjero del gobierno libio por valor de miles de millones de dólares. Así, la financiación, armamento, capacitación y asesoría por "fuerzas especiales" estaban bajo el control de la OTAN.
OTAN impuso sanciones económicas, cortando los ingresos de Libia de las ventas de petróleo .. La OTAN realizó una campaña de propaganda intensiva desfilar la ofensiva imperial como un "levantamiento rebelde", disfrazando el bombardeo ampollas de un indefenso contra el ejército colonial como "intervención humanitaria" en defensa de la "pro-democracia los civiles". La masa central coreografía bombardeo mediático se extendió mucho más allá de los círculos liberales de costumbre, para convencer a "progresista" a los periodistas y los periódicos, así como los intelectuales a pintar a los mercenarios imperiales como "rebeldes" y condenar a los 6 meses de heroica resistencia del ejército libio y el pueblo contra la agresión extranjera. El patológicamente racista euro-propaganda publicado imágenes espeluznantes de las tropas del gobierno de Libia (a menudo descrita como "mercenarios negro") que reciben grandes cantidades de "Viagra" de Gadafi, mientras que sus propias familias y hogares, de hecho, en virtud de asalto aéreo y el bloqueo de la OTAN .
La principal contribución de los mercenarios "vencedores" en esta gran producción fue proporcionar oportunidades para tomar fotos de harapientos "rebeldes" agitando rifles en el Pentágono al estilo Che Guevara plantea paseando en las camionetas y detener brutalmente a los trabajadores migrantes africanos y los libios negro. El mercenario "libertadores", entró triunfalmente en las ciudades y pueblos de Libia, que ya se quemaron y devastados por la fuerza de la OTAN aire colonial. Huelga decir que los medios de comunicación "adorado" de ellos.
A raíz de la destrucción de la OTAN, el "rebelde" mercenarios mostró sus verdaderos talentos como escuadrones de la muerte: Se organizó la ejecución sistemática de los "presuntos partidarios Gadfafi" y el saqueo de casas, tiendas, bancos e instituciones públicas relacionadas con el régimen derrocado. Para "asegurar" de Trípoli y el tabaco a cualquier expresión de resistencia anti-colonial, el "rebelde" mercenarios de realizar ejecuciones sumarias - especialmente de los libios y negro al sur del Sahara los trabajadores africanos y sus familias. El "caos" en Trípoli, descrito por los medios de comunicación se debe a la "autodenominada liberación" las fuerzas que causan estragos. La única cuasi organizada en Trípoli, las fuerzas parecen ser los relacionados con Al Qaeda militantes, antiguos aliados de la OTAN.
Consecuencias de la conquista de la OTAN de Libia
De acuerdo a "rebelarse" tecnócratas mercenarios, la política de la OTAN de la destrucción sistemática de costos de Libia, al menos una "década perdida". Esta es una evaluación optimista de la duración de "reconstrucción" se llevará a Libia para recuperar los niveles económicos de febrero de 2011. Las compañías petroleras importantes ya han perdido cientos de millones en ganancias y en la última se espera que pierden miles de millones más, debido a la fuga, el asesinato y encarcelamiento de miles de experimentados expertos libios y extranjeros, trabajadores inmigrantes calificados y técnicos especialistas en todos los campos, sobre todo en vista de la destrucción de la infraestructura de Libia y sistemas de telecomunicaciones.
África subsahariana sufrirá una enorme revés con la cancelación de la propuesta de "Bank of Africa", que Gaddafi se estaba desarrollando como una fuente alternativa de financiamiento de la inversión y la destrucción de su sistema de comunicación alternativo para África. El proceso de re-colonización implican el dominio imperial a través de la OTAN y la ONU mercenario "mantenimiento de la paz" será caótico, dada la inevitable lucha entre fundamentalistas islamistas armados hostiles, los monárquicos, los tecnócratas neo-colonial, los caudillos tribales y de clanes, ya que tallar sus feudos privados. Dentro de las rivalidades imperiales y locales demandantes política a la riqueza del petróleo mejorará aún más el "caos" y degradar la vida civil, en una nación que se había jactado una vez que el mayor ingreso per cápita y nivel de vida en África. De riego y redes complejas de petróleo, desarrollado bajo Gaddafi y destruidos por la OTAN, seguirá siendo un desastre. Como el ejemplo de Irak ha demostrado claramente, la OTAN es mejor destruir que construir un estado moderno secular enraizada en una burocracia civil moderna, la educación universal pública y gratuita, el sistema judicial secular y los servicios modernos de salud. La política de EE.UU. de la regla y la ruina reina en gigante de la OTAN.
La motivación para la invasión
¿Qué motivó a la OTAN de iniciar una masiva, de seis meses de bombardeo de largo aérea de Libia, seguido por la invasión y los crímenes contra la humanidad? Las muertes de civiles y la destrucción generalizada de la sociedad civil libia por la OTAN va en contra de sus afirmaciones de que los ataques aéreos estaban destinadas a "proteger a los civiles" de la inminente Gaddafi dirigido por el genocidio, los "rebeldes", afirma que nunca fueron probadas. Bombardeo de infraestructura crítica económica de Libia nos permite concluir categóricamente que el asalto de la OTAN tiene poco que ver con la "racionalidad económica" o de cualquier tipo. La principal motivación para las acciones de la OTAN se encuentra en las políticas anteriores en relación con un resorte contra-ofensiva contra los movimientos populares de masas que derrocó a Estados Unidos y la Unión Europea títeres en Egipto y Túnez y estaban amenazando a los regímenes clientes en Yemen, Bahrein y otros lugares.
A pesar de que los Estados Unidos y la OTAN se dedicaban ya en varias guerras coloniales (Irak, Afganistán, Pakistán, Yemen y Somalia) y la opinión pública occidental ha estado exigiendo la retirada a la luz de los costos, los líderes occidentales imperial sentía demasiado en juego y calcula que las pérdidas podrían ser minimizados. Dominio aplastante de la OTAN en el aire y el mar hizo brevemente el trabajo de la débil Libia capacidad de defensa militar, lo que les permite a bombardear las ciudades, puertos e infraestructura vital con la impunidad y aplicar un bloqueo económico total.Se calcula que el bombardeo masivo que aterrorizan al pueblo libio en la sumisión y lograr una victoria colonial rápido sin ninguna pérdida militar de la OTAN, la principal preocupación de la opinión pública occidental, y permitir un triunfo "rebelde" ejército mercenario para marchar en Trípoli.
Las rebeliones populares árabes fueron la preocupación central y la fuerza motriz detrás de la destrucción de la OTAN de Libia. Estos levantamientos populares de masas había derribado los pilares de muchos años de dominio de EEUU-Israel-Unión Europea en Oriente Medio. La caída del dictador egipcio Hosni Mubarak y su homólogo tunecino Ben Ali hizo temblar las cancillerías imperiales. Estos levantamientos éxito tuvo el efecto dominó inmediato de inspirar movimientos similares en toda la región. Bahrein, que alberga la base naval clave para la Marina de EE.UU. en el Medio Oriente y en la vecina Arabia Saudita (los EE.UU. aliado estratégico clave en el mundo árabe), fue testigo de un levantamiento masivo prolongada de la sociedad civil, mientras que Yemen gobernado por el títere Ali Saleh , frente a los movimientos populares de masas y la resistencia militante. Marruecos y Argelia estaban experimentando las demandas populares por la democracia. El hilo común en los movimientos de los pueblos árabes se sus demandas para poner fin a la dominación de la UE, EE.UU. e Israel de la región, el fin de la corrupción masiva y el nepotismo, las elecciones libres y una solución al desempleo amplia difusión-a través de programas de empleo en gran escala. Como los movimientos anticoloniales creció en amplitud e intensidad sus demandas de radicalización política a la democracia social, de una sociedad democrática para una política exterior anti-imperialista. Demandas de los trabajadores se aplicaron por los ataques y pide que la persecución de la policía represiva y funcionarios de seguridad interna y los militares culpables de crímenes contra sus ciudadanos.
Los EE.UU., la UE e Israel fueron tomados por sorpresa - sus agencias de inteligencia tan profundamente arraigadas en las grietas de mal olor de las instituciones de sus clientes la policía secreta no pudo detectar las explosiones populares. Los levantamientos populares se produjo en un momento crítico e inoportuna, sobre todo para los EE.UU., donde el apoyo interno a las guerras de la OTAN en Irak y Afganistán se había reducido considerablemente dada la crisis económica y los principales recortes sociales para pagar por estas guerras. Por otra parte, en Irak y Afganistán las tropas de EE.UU. y la OTAN estaban perdiendo terreno: Los talibanes fueron, en efecto, el verdadero "gobierno en la sombra". Pakistán, a pesar de su títere generales y régimen de cumplimiento, frente a una abrumadora oposición popular a la guerra aérea contra sus ciudadanos en pueblos fronterizos y ciudades. Las huelgas de EE.UU. drone matar a militantes y civiles fueron contestadas con el sabotaje de transporte fundamental suministrar a las fuerzas de ocupación en Afganistán. Ante el deterioro de la situación mundial, las potencias de la OTAN, decidió que era necesario para contraatacar de la manera más decisiva y visible mediante la destrucción de un régimen independiente, secular, como Libia y así reafirmar su supremacía mundial, la lucha contra la imagen de la derrota y retirada y, sobre todo, reactivar el "la disminución del poder imperial".
El Imperial contra el ataque
Los EE.UU. a la vanguardia en su contraofensiva en Egipto, al apoyar la toma de poder por la junta militar encabezada por los leales Mubarak, que luego procedieron a dispersar y reprimir a los partidarios de la democracia y los movimientos de los trabajadores y poner fin a toda discusión sobre la reestructuración de la economía . Una dictadura colectiva favorable a la OTAN de los generales de la norma sustituida personal autocrático de Hosni Mubarak. Los poderes de la OTAN siempre de "emergencia" miles de millones de dejar flotar el nuevo régimen y "descarrilar" la marcha del pueblo egipcio hacia la democracia. En Túnez, un proceso similar se apoderó: La UE, especialmente Francia y los EE.UU., con el respaldo de una reorganización del régimen derrocado haciendo hincapié en un molde nuevo / viejo de los políticos neo-colonial. Les IMPLÍCITAS con los fondos, asegurando que el aparato policiaco-militar se mantuvo intacta a pesar del descontento de masas continuó con la política conformista del "régimen nuevo / viejo".
En Bahrein y Yemen, los poderes de la OTAN siguió una doble vía, no está seguro del resultado entre los grandes movimientos pro democracia y los autócratas pro-imperial. En Bahrein, el West llamado para una "reforma" y "diálogo" con la población de mayoría chií y una solución pacífica, sin dejar de armar y proteger a la realeza de Bahrein - al mismo tiempo que buscan una alternativa flexible, si el titular de títeres fue derrocado. La invasión respaldada por Arabia OTAN de Bahrein en apoyo de la dictadura y la posterior ola de terror con eficacia mostraron las verdaderas intenciones de Occidente. En Yemen, el potencias de la OTAN continuó apoyando el brutal régimen de Ali Saleh.
Mientras tanto, los poderes de la OTAN estaban explotando el descontento interno en Siria por el suministro de armas y apoyo diplomático a los fundamentalistas islámicos y sus minorías neo-liberales aliados en un esfuerzo por derrocar al Bashar al-Assad régimen. Miles de civiles sirios, policías y soldados han muerto en esta guerra a fuego lento civil, que la propaganda de la OTAN se presenta como un caso de terrorismo de Estado en contra de "civiles pacíficos", haciendo caso omiso de la matanza de soldados y civiles por parte de islamistas armados y la amenaza muy real a Siria población secular y las minorías religiosas.
La invasión y la contraofensiva de la OTAN de Libia
La destrucción y la invasión de Libia invertido siete años de alojamiento y la cooperación con Gaddafi. No hubo "incidentes" en Libia o en otros lugares que habían amenazado los intereses de los países de la OTAN económico y militar. Libia aún era un país independiente, siguiendo una agenda pro-africanos que habían encabezado y financiado la creación de un banco regional independiente y sistema de comunicaciones diseñado para evitar el control del FMI y del Banco Mundial.Estrechos lazos de Libia a las principales compañías de petróleo y de la OTAN a los bancos de inversión de Wall Street, así como sus programas en curso militar bilateral con los EE.UU. no es protegerse de los ataques de la OTAN. Libia fue destruido deliberadamente por una campaña de seis meses de bombardeos incesantes de la OTAN las fuerzas aéreas y navales para servir de ejemplo a los movimientos populares árabes: mensaje de la OTAN a los países árabes movimientos pro democracia era que estaba dispuesto a lanzar nuevas guerras ofensivas con las mismas consecuencias devastadoras como el pueblo libio sólo soportó, los poderes imperiales no estaban en declive y los independientes contra el régimen colonial, sufriría la misma suerte. Mensaje de la OTAN a la Unión Africana fue claro: No habrá ningún banco independiente regional organizado por Gaddafi o cualquier otra persona. No hay alternativa a los bancos imperiales, el FMI o el Banco Mundial.
A través de la devastación de Libia, Occidente estaba diciendo a los del Tercer Mundo que, contrariamente a los expertos que charlaban acerca de "la caída del imperio de EE.UU.", la OTAN estaba dispuesta a usar su fuerza militar abrumadora y genocida para establecer regímenes títeres, no importa cuán atrás , viciosa y regresiva de los títeres, porque en última instancia, obedecen a la OTAN y la respuesta a la Casa Blanca.
Invasión de la OTAN y la destrucción de una república moderna y secular, como Libia, que había usado su riqueza petrolera para desarrollar la sociedad libia, fue un duro mensaje a los movimientos populares democráticos.Cualquier régimen independiente del Tercer Mundo se puede deshacer, los regímenes coloniales títere puede ser impuesta a un pueblo devastado, el fin del colonialismo no es inevitable, el gobierno imperial está de vuelta.
Invasión de la OTAN de Libia envía un mensaje a los combatientes de la libertad en todas partes: hay un alto costo para la independencia, actuando fuera de los canales imperiales, aunque sólo hasta cierto punto, puede llevar a la destrucción rápida. Por otra parte, la guerra de la OTAN en Libia demuestra a todos los regímenes nacionalistas que hacer concesiones a Occidente económicos, políticos y militares-como los intereses de los hijos de Gadafi y su entorno neo-liberal había perseguido alojamiento completo --- no ofrece seguridad. De hecho, las concesiones pueden haber alentado la penetración imperial. Estrecha sus lazos de Occidente con las autoridades libias facilitaron sus deserciones y prometió una fácil victoria sobre Trípoli. Los poderes de la OTAN cree que con un levantamiento regional en Benghazi, un puñado de desertores del régimen de Gaddafi y su control militar de la vía aérea y marítima, Libia sería una victoria fácil en el camino a un retroceso generalizado de la primavera árabe.
La "cobertura" de una orquestada regional entre militares y civiles "levantamiento" y la masa imperial campaña propagandística en contra de los medios de comunicación del gobierno libio fue suficiente para convencer a la mayoría del oeste de los intelectuales de izquierda para tomar una lanza por el mercenario "rebeldes": Samir Amin Samir , Immanuel Wallerstein, Lowy, Juan Cole y muchos otros apoyaron la mercenaria "rebeldes" ... demuestra la irrelevancia y la quiebra de los restos de la vieja izquierda.
A largo plazo, las consecuencias a gran escala de la Segunda Guerra Natos
La invasión y conquista de Libia marca una nueva fase en la unidad de imperialismo occidental para reafirmar su primacía en el mundo árabe-islámico. La actual ofensiva es claramente evidente en las crecientes presiones, sanciones, y armado de la oposición siria a Bashar al-Assad, el proceso de consolidación de la junta militar egipcio y la desmovilización del movimiento pro-democracia en Túnez. ¿Qué tan lejos "hacia atrás" el proceso puede ser empujado depende de la revitalización y el reagrupamiento de los movimientos pro-democracia, actualmente en decadencia.
Por desgracia, la victoria de la OTAN en Libia fortalecer los argumentos de las alas militarista de los EE.UU. y la UE la clase gobernante que afirman que la "opción militar" da resultados, que la única política que "los árabes anti-colonial" entienden es la fuerza. El resultado de Libia se fortalecería la posición de los políticos que favorecen un continuado a largo plazo la presencia de EE.UU. y la OTAN en Irak y Afganistán y promover una ofensiva militar contra Irán y Siria. Israel ya ha aprovechado la victoria de la OTAN contra Gaddafi a través de la expansión de grandes asentamientos de colonos en Cisjordania, el aumento de los bombardeos y misiles sobre Gaza, una de las principales navales y del ejército se acumula en la región del Mar Rojo al lado Egipto y la postura de confrontación con Turquía.
A principios de septiembre, los miembros de la Unión Africana, especialmente en Sudáfrica, aún no han reconocido que el mercenario "de transición" régimen impuesto por la OTAN en Libia. Aparte de que el pueblo libio, el África subsahariana será la gran perdedora inmediata en el derrocamiento de Gaddafi. La generosa ayuda de Libia, subvenciones y préstamos, compró los Estados africanos un cierto grado de independencia de las duras condiciones del FMI, el Banco Mundial y los bancos occidentales. Gaddafi fue un importante patrocinador y partidario de la integración regional - incluyendo la Unión Africana. Sus programas de gran escala de desarrollo, especialmente el petróleo y el agua los proyectos de infraestructura y construcción, cientos de miles de empleados subsahariana trabajadores inmigrantes africanos y especialistas que remiten miles de millones a sus países de origen, ayudando a la balanza de pagos y la reducción del déficit y la pobreza en el país. En lugar de positiva contribución económica de Gadafi, África se enfrenta ahora a Trípoli transformado en un puesto de avanzada colonial, fortaleciendo comando militar de EE.UU. en África y un nuevo impulso para fortalecer los lazos militares con el imperio.
Sin embargo, más allá de las celebraciones de hoy en día de su éxito militar imperial en Libia, la guerra sólo agrava el debilitamiento de las economías occidentales, desviando los escasos recursos nacionales para librar guerras prolongadas sin victorias decisivas. Curso recortes sociales y los programas de austeridad severas han minado los esfuerzos clase dominante para avivar falsas celebraciones chovinistas masa de "conquistas democráticas más de los tiranos". La agresión descarada contra Libia ha aumentado las preocupaciones de Rusia, de seguridad chinas y venezolanas. Rusia y China vetará cualquier Seguridad de la ONU sanciones del Consejo de Siria. Venezuela y Rusia están firmando nuevos miles de millones de dólares militar acuerdos de cooperación, el fortalecimiento de la defensa militar de Caracas a raíz de la invasión de Libia.
Para toda la clase gobernante y la masa euforia medios de comunicación, la "victoria" sobre Libia, lo grotesco y lo penal en la destrucción de la sociedad secular de Libia y la brutalidad en curso de los libios negro, no resuelve la profunda crisis económica en la UE y Estados Unidos. No afecta a cada vez las ventajas competitivas de China frente a sus competidores occidentales. No termina de EEUU e Israel aislamiento frente a una inminente en todo el mundo el reconocimiento de Palestina como un Estado independiente. La ausencia de la izquierda la solidaridad intelectual occidental de naciones independientes del Tercer Mundo, evidente en su apoyo a la imperial basado en mercenarios "rebeldes" es más que compensado por la aparición de una nueva generación de radicales de activistas de izquierda en el sur de África, Chile , Grecia, España, Egipto, Pakistán y otros países. Estos jóvenes, cuya solidaridad con los regímenes anti-colonial se basa en su propia experiencia con la explotación, la "marginación" (desempleo) y la represión en el país.
¿Es demasiado esperar que un Tribunal de Crímenes de Guerra podría organizarse para procesar a los líderes de la OTAN por crímenes contra la humanidad, de genocidio contra el pueblo de Libia? ¿Puede el vínculo entre la brutal costosas guerras imperiales en el extranjero y la austeridad en aumento y la decadencia interna conducen a la reactivación de un movimiento pacifista anti-imperialista basada en la retirada de las tropas imperiales en el extranjero y las inversiones públicas nacionales para el empleo, la salud y la educación para la clase media y trabajadora?
Si la destrucción y la ocupación de Libia marca un momento de la infamia por la potencias de la OTAN, sino que también establece una nueva conciencia que un pueblo puede luchar y resistir a los 6 meses de intensos bombardeos, masiva de todos los poderes de la OTAN.Tal vez, cuando su ejemplo heroico se vuelve clara y la niebla de la propaganda de los medios se levantó una nueva generación emergente de combatientes puede reivindicar la batalla de Libia, como una continuación de la lucha por la emancipación definitiva de los pueblos afro-árabes e islámicos del yugo del imperialismo occidental.
La Guerra en Libia es ilegal
según el derecho internacional
El imperialismo yanqui/europeo
sufre más derrotas en Libia
Por: Humberto Gómez García
Ante la imposibilidad de controlar la nación Libia y lograr el apoyo del bravo pueblo a su agresión colonialista y ante las derrotas militares que vienen sufriendo en los campos de batalla, los gobiernos de los imperialismos norteamericano, inglés, francés, italiano, español, entre otros, acordaron extender por tres meses más su criminal agresión de destrucción y devastación a la sufrida nación árabe a través de su brazo asesino la OTAN.
La tarea sucia de asesinar a mansalva y en masa al pueblo libio corresponde a los cobardes pilotos y marinos de las flotas que bloquean Libia y violan el cielo de ese país. El secretario de la alianza, Anders Forgh Rasmussen, para justificar la acción criminal que durará 90 días más –extensivos por otro tanto “si es necesario “proteger a los libios”– señaló cínicamente que hasta el momento las misiones criminales han tenido “un éxito extraordinario en la protección de civiles”, eso pese a que los títeres mamarrachos del festinado Consejo Nacional de Transición (CNT) fue insólitamente reconocido por la ONU, siguiendo el organismo internacional las órdenes del gobierno norteamericano.
Nada dijo el criminal internacional secretario de la OTAN Forgh, que hasta el momento la cifra de muertos por los bombardeos y la acción de las hordas asesinas de los mercenarios libios alcanza la insólita cifra de cerca de 60 mil muertos en 8751 ataques aéreos y bombardeos desde barcos.
FIEROS COMBATES Y GRANDES DERROTAS VIENEN COSECHANDO LOS AGRESORES
Fallaron estruendosamente los análisis de los ambiciosos gobernantes yanqui/europeos y de sus cuestionables sistema de inteligencia y estrategas militares al pensar que lo de Libia sería un simple paseo, que con un puñado de aventureros y mercenarios iban a lograr el fácil derrocamiento del régimen de Gadfdafi y trastrocar la revolución verde de la Jamahiriya; una vez más subestimaron un pueblo con altos niveles de organización y preparación militar combativa.
Varios fueron los errores estratégicos cometidos hasta ahora en el plano militar. El más evidente fue que pensaron que podían hacer con Libia lo que hicieron con Yugoeslavia, es decir, que el solo hecho del bombardear el país, castigarlo implacablemente asesinando a miles de sus hijos sin desembarcar ejércitos –lo que tendría un altísimo costo político en cada uno de los países agresores, estremecidos por la crisis capitalista y las masas trabajadoras en las calles–, confiando en chusmas mercenarias que presenta su aparato mediático como “rebeldes”, tratando de conformar con ellos un ejército para enfrentar al gobierno revolucionario. Si se suspenden por dos o tres días los bombardeos de la OTAN, Gaddafi y el ejército revolucionario barrerían en pocas horas a esos grupos indisciplinados, sin la menor noción de lo que es un ejército ni de lo que es preparación militar. En el caos general que reina en las filas de los rebeldes mataron a siete de su misma gente por error, dos jugando con una bazuca y otros cinco en otros vehículos en colisiones. Los rebeldes, esperando órdenes para atacar, disparan a camellos, al aire, transitan por la autopistas como si estuviesen paseando.
EL DILEMA DEL SER O NO SER DE LOS GUERRERISTAS: DESEMBARCAR TROPAS O NO
Al complejo militar/industrial norteamericano y sus lacayos de la OTAN se le plantea el dilema de si desembarcan fuerzas militares “multinacionales” –de hecho, tienen fuerzas mercenarias, empezando por Alkaeda, quien lo iba a imaginar, los supuestos destructores de los Torres Gemelas, los inspiradores de la ‘Guerra Preventiva’ de Busch, son de los principales aliados de USA/OTAN en la cruzada anti Libia–, y de Canadá, Inglaterra, USA, Qtar, Colombia y otros países. Ese dilema es muy serio porque estratégicamente tienen la guerra perdida, el 80% de Libia está bajo la resistencia verde incluyendo las ciudades de Tarhuna, Sabha, Beni Walit, Sirte, Zwiyah, también el 70% de Trípoli está bajo el control verde y el 50% de Misratah. Fuertes enfrentamientos en Benghazi, bastión del CNT, entre las tribus Warfala, Obey y los civiles contra los imperialistas agresores.
Los chiflados estrategas militares de la OTAN, que sólo sirven para asesinar pueblos, evalúan que tienen contra ellos el tiempo, que está a favor de Gaddafi y el pueblo libio en armas; que la no decisión de desembarcar tropas militares especializadas le permitió al Coronel y al gobierno reagrupar sus fuerzas, replegarse donde lo indicara la realidad de la guerra y donde eran más débiles y fortalecerse en aquellas regiones que resultaran inexpugnables, Sirte por ejemplo, donde la Jamahiriya victoriosa golpea fuerte a las fuerzas terrestres de la OTAN, siembra caos entre éstas en pleno desierto y en sus retirada desordenada y desesperada no encuentran espacios ni sitios para esconderse de la contra ofensiva del ejército y guerrilleros voluntarios que defienden el gobierno de la jamahiriya y la dignidad del pueblo de Libia.
SOLIDARIDAD INTERNACIONAL CON LIBIA Y SU PEUBLO
¿Invadirá, finalmente, la OTAN, desembarcará personal militar?
Es posible, pero han perdido un tiempo precioso, irrecuperable. Libia, su gobierno y su líder Gaddafi han demostrado una infinitamente mayor fortaleza política y militar que Irak y Afganistán, donde se entronizó el invasor yanqui, aunque en ambos países vienen recibiendo fuerte golpes. Pero si bien la mayoría de las naciones árabes han tenido una infame conducta de dejar sola a Libia, no ha sido así en el África negra donde el apoyo a Libia y la condena a la agresión militar USA/OTAN ha sido reiterada. Pero, más allá de eso, la solidaridad popular del internacionalismo árabe y africano en general se está dejando sentir, por ejemplo los militantes del partido Baas iraquí, dirigido por el ex vicepresidente de Irak, Izzat Ibrahim Al Duri y que dirige el Frente Yihad de Liberación, que lucha por expulsar de Irak a los invasores imperialistas norteamericanos, han anunciado que se incorporan a la guerra popular de liberación nacional que se libra en Libia contra los imperialismos. De igual manera voluntarios argelinos y yemenitas, tribus tuaregs de Níger y Mali asimismo han llegado clandestinamente a Libia para ayudar al pueblo libio en esta hora grave para la Patria de Omar al Mukhtar.
Igualmente, la solidaridad internacional no cesa. El comandante Chávez y el gobierno revolucionario y socialista de Venezuela y los países de la ALBA: Cuba, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Antigua y Barbuda, Dominica y San Vicente y las Granadinas, lanzan las banderas de la paz, el cese de los bombardeos y que sean los libios quienes decidan su destino. En la ONU votaron contra el reconocimiento del CNT, solicitaron un retraso en la votación. “La banca correspondiente a Libia en Naciones Unidas no debe ser ocupada por una facción o gobierno transitorio ilegítimo impuesto por una intervención exterior”, señaló una carta del bloque regional firmada por el embajador permanente de Venezuela ante Naciones Unidas, Jorge Valero.
El diplomático expresó que el tema debía discutirse con profundidad en el Comité de Credenciales, porque en Libia se necesita un gobierno legítimo, “sin intervención extranjera”, y que “refleje el deseo libre y soberano del pueblo libio”.
En toda América Latina y el Caribe crece la solidaridad con el pueblo libio y contra la agresión imperialista. Nacen páginas web, agencias de noticias impulsadas por grupos populares y movimientos sociales bajo la consigna de: ¡Libia y su pueblo no están solos, los apoyan los pueblos del mundo! ¡Cese ya de los bombardeos a Libia, fuera las manos ensangrentadas del imperio yanqui/europeo! ¡Detengamos con la movilización popular mundial, el genocidio y los crímenes de guerra en Libia! (25-09-11) (Humberto Gómez director de la página web: www.revistacaracola.com)
APRENDA LA GUERRA DE 4 ª GENERACIÓN SE REALIZA! LIBIA
Libia y Martin Luther King
La colonización de Libia y la izquierda occidental:
entre el otanismo y el internacionalismo
La izquierda occidentalista justifica por acción o por omisión los planes colonialistas de la OTAN y sus masacres. Frente a esta izquierda está surgiendo una izquierda auténticamente internacionalista
La izquierda occidentalista –de la que forman parte tanto fragmentos mayoritarios de la izquierda institucional europea como corrientes de la extrema izquierda antisistema– va descubriendo sucesivamente la existencia de regímenes “delincuentes”, sus correspondientes dictadores y las recetas para eliminarlos a medida que la propaganda de guerra de los medios de prensa imperialistas focaliza su atención sobre un determinado país no occidental como cobertura para sus planes colonialistas. El occidente imperialista ha planificado una recolonización descarada, por vía militar, del continente africano, repitiendo el modelo de la Conferencia de Berlín de 1885, donde las potencias europeas occidentales se repartieron África casi al completo y permitieron que únicamente Etiopía existiera como país independiente. En aquella época, la mayoría de partidos socialistas (“marxistas”) occidentales acabaron sucumbiendo a la propaganda colonialista y justificaron las políticas de conquista y esclavitud colonial con unas argumentaciones pretendidamente de izquierdas. Hoy, la izquierda occidentalista se adhiere a la misma posición y justifica por acción o por omisión las políticas colonialistas, los crímenes y las invasiones militares de occidente.
Afortunadamente, la intervención imperialista en Libia está haciendo resurgir a una izquierda internacionalista, solidaria y comprometida que parecía prácticamente desaparecida en occidente y que, por fin, emerge frente a las aberrantes complicidades de la izquierda occidentalista con el colonialismo y los crímenes de las potencias dirigentes de la OTAN. La izquierda internacionalista se consolida progresivamente a través de la solidaridad internacionalista con la resistencia patriótica y anticolonialista en Libia dirigida por el coronel Gadafi –independientemente de la opinión que se pueda tener de su trayectoria histórica, de sus errores y sus aciertos–, la defensa de la soberanía nacional de los países objetivos del colonialismo y la denuncia del imperialismo y sus innumerables crímenes.
La izquierda occidentalista cómplice del colonialismo otánico
El otanismo y el atlantismo son las formas propias del colonialismo en el siglo XXI, variantes de un eurocentrismo expansionista que promueve la exportación de los derechos humanos y la democracia en versión occidental –el llamado imperialismo “humanitario”– como coartada para la devastación y la colonización de un determinado país en el que hay en juego intereses importantes. Una parte sustancial de la izquierda occidental –y también la izquierda de otras latitudes, que comparte similares puntos de vista– colabora directa o indirectamente con estos fines aportando justificaciones cosechadas entre su patrimonio ideológico. Se trata de la izquierda occidentalista-otanista, cuyos mensajes han sido ampliamente dominantes en los conflictos neocoloniales de los últimos años, principalmente Yugoslavia, Irak y ahora Libia, ahogando en muchas ocasiones a una izquierda internacionalista occidental que se encontraba todavía muy débil y dispersa, al estar sometida a los ataques conjuntos de los medios imperialistas y la izquierda otanista.
Los medios imperialistas utilizan para sus fines técnicas publicitarias clásicas basadas en consignas sencillas y mensajes esquemáticos, repetitivos y claros. Para justificar la necesidad de atacar un país determinado se simplifica la naturaleza de su régimen personificándolo en la figura de su dirigente, que es convertido en una mezcla de demonio sanguinario y siniestro personaje de películas de western americano. El régimen o el dirigente a destruir pierde así toda connotación política para convertirse en una figura semi-religiosa: la personificación del Mal absoluto. De esta manera se le ofrece a la opinión pública occidental un sencillo pack que le permita comprender fácilmente los motivos de la campaña contra el nuevo enemigo de la libertad, sin tener que entrar en espinosas consideraciones económicas, históricas o políticas que podrían crear dudas peligrosas sobre los verdaderos intereses en juego. La cuestión central es ocultar la agresión real de las potencias imperialistas contra un país independiente fabricando una imagen mitológica, la lucha del Bien –la OTAN y/o los rebeldes– contra el Mal –el demonio de turno–. Esta imagen es perfectamente asequible a una población saturada cotidianamente con productos de la industria del entretenimiento norteamericana y afín –como los innumerables productos cinematográficos de propaganda occidentalista–, donde las culturas no occidentales son presentadas como inferiores que deben ser “educadas” por occidente, o bien como entes potencialmente terroristas cuya única razón de existir es un odio obsesivo contra los valores de la democracia y la libertad encarnados en Estados Unidos y sus amigos europeos.
La izquierda occidentalista se mueve a sus anchas en este escenario de criminalización de otras culturas y de demonización semi-religiosa e irracional de cada nuevo enemigo de la libertad, ya que eso le permite no tener que justificar su postura abiertamente pro-colonialista, escudándose en las imágenes potentes creadas por la propaganda de guerra otanista. Para ello elabora sus propios packs ideológicos basados en un productos similares a la ideología neocolonialista otánica, pero con un envoltorio y una campaña publicitaria especializada que, beneficiándose de los mensajes dominantes de los medios imperialistas sobre el próximo demonio a destruir, se dirige a un segmento concreto de “consumidores”: sus propios seguidores o personas potencialmente solidarias con la lucha anticolonialista de los pueblos oprimidos.
La izquierda occidentalista promueve los valores morales y políticos surgidos del mundo occidental imperialista, a los que considera en última instancia superiores a cualquiera del resto del mundo, aunque para expresar la adhesión a estos valores emplee un vocabulario radical y de extrema izquierda. La izquierda occidentalista se transforma en izquierda otanista por el hecho de coincidir con la OTAN en la necesidad de destrucción de los gobiernos y Estados etiquetados como “delincuentes” por el imperialismo.
En el caso de Libia, la izquierda otanista es favorable a la eliminación de Gadafi y la destrucción del régimen que representa, bien sea apoyando abiertamente la intervención de la OTAN como justificación del imperialismo humanitario, bien sea recurriendo a la acción de unos supuestos “revolucionarios” libios que luchan por la democracia y la libertad frente a la tiranía y que, como se ha demostrado, es una coalición formada por ex funcionarios occidentalistas y corruptos del régimen de Gadafi aliados a los integristas islámicos y mercenarios de Qatar, Pakistán, Egipto y de Al Qaeda, teledirigidos por la OTAN.
La izquierda otanista está constituida por una mayoría significativa de la izquierda institucional europea, partidos ecosocialistas, renombrados intelectuales de izquierda, algunos llamados anticapitalistas, trotskistas y también algunos seguidores de Lenin –que curiosamente han roto con la política leninista de apoyar los movimientos de liberación nacional–. Además encuentra eco en otras partes del mundo: entre otros, la mayoría de partidos trotskistas y también hasta algún partido comunista árabe que coinciden en convertir en héroes del pueblo a las hordas criminales de integristas torturadores y asesinos, y ni siquiera se molestan en condenar las matanzas de la OTAN.
La izquierda occidentalista hunde sus raíces en un eurocentrismo arraigado en siglos de un salvaje colonialismo occidental sobre los pueblos oprimidos, que encontró apoyos entusiastas en las capas más progresistas de la sociedad del siglo XIX. Es interesante recordar al respecto la profunda reflexión que el escritor palestino Edward W. Said plasmó en Cultura e imperialismo:
«Durante muchas décadas de expansión imperial, en el corazón de la cultura europea latía un inocultable y latente eurocentrismo. Artistas y escritores de vanguardia, la clase obrera, las mujeres, mostraban un fervor imperialista que aumentaba en intensidad y febril entusiasmo al ritmo en que crecía la brutalidad y el insensato control de las potencias europeas y norteamericana sobre los pueblos sometidos. El eurocentrismo penetró la médula misma del movimiento obrero, de las mujeres y de la vanguardia artística: nadie significativo quedó fuera de su alcance».
Este eurocentrismo frecuentemente ha generado un grotesco complejo de superioridad sobre otros ensayos y experiencias políticas alternativas alejadas de los moldes occidentales, normalmente despreciados o poco comprendidas debido a que han sido observadas desde el microscopio occidentalista. Además comporta la defensa de un occidentalismo mesiánico “de izquierdas”, que se acentúa al tiempo que la influencia social y la base de una buena parte de la izquierda occidentalista –especialmente los grupos más radicales– se reduce alarmantemente por el hecho de estar circulando, con velocidad creciente, por los raíles de la dinámica grupuscular, endogámica y atomizadora que suele preceder a las fases de desintegración.
Libia y la doble moral de una parte de la izquierda
La actitud frente a los acontecimientos de Libia ha consagrado una doble moral impune entre una parte de la izquierda, y desgraciadamente no sólo entre la occidental.
Prosiguen con implacable determinación asesina las operaciones militares imperialistas en Libia y se suceden con «normalidad» los criminales bombardeos otánicos contra la población. Las matanzas, las mutilaciones y las torturas salvajes perpetradas por los mercenarios del Consejo Nacional de Transición, de Al Qaeda y del ejército de Qatar han producido miles de víctimas, la inmensa mayoría mujeres, niños y otros civiles inocentes. Al mismo tiempo, en Libia, los medios de comunicación imperialistas han alcanzado un grado de manipulación y desinformación que ha superado con creces incluso las anteriores guerras precedentes, donde las «fosas comunes de Milosevic» o las «armas de destrucción masiva de Saddam» fueron las coartadas fabricadas para el imperialismo humanitario en Yugoslavia e Irak.
Ante esta barbarie monstruosa, ¿cuál es la actitud de la izquierda occidentalista y de otras corrientes de la extrema izquierda que han defendido encendidamente otras causas políticas? Pues ni más ni menos, una actitud que oscila entre la hipocresía y la complicidad de la izquierda occidentalista, y una incomprensible falta de solidaridad entre parte de otra izquierda a la que se le supone de naturaleza diferente.
Hemos visto a organizaciones políticas, artistas e intelectuales pretendidamente de izquierdas rasgarse las vestiduras ante los «bombardeos del dictador Gadafi contra su propia población» –otra mentira fabricada por el imperialismo–, firmando llamamientos grandilocuentes y comunicados incendiarios contra la «tiranía», y movilizándose en apoyo de la «revolución libia». En cambio, tras varios meses de bombardeos de la OTAN todos estoshooligans de los «revolucionarios libios» que estaban emocionalmente destrozados por «la «represión de la tiranía de Gadafi contra su propio pueblo», ahora ni siquiera mueven un dedo o incluso apoyan medidas que permiten las matanzas y mutilaciones de miles de libios, la mayoría civiles inocentes, a manos de los ejército otánicos y las bandas de fanáticos asesinos integristas.
Hemos visto a una izquierda que defiende el laicismo o el ateísmo radical en su casa, pero en Libia apoya a los mercenarios islámicos extremistas que quieren destruir el régimen laico de Gadafi. Una izquierda ultrafeminista en occidente, pero defiende a fuerzas políticas tan “revolucionarias” que pretenden devolver a la mujer a la edad media, al tiempo que ataca al gobierno libio gobierno que promovía la igualdad de género. Una izquierda que en España es ultra republicana y se pelea por demostrar quién odia más a la monarquía española, y en cambio en Libia apoya a los «revolucionarios» seguidores de la monarquía corrupta y neocolonialista suprimida por Gadafi, aliados también a las siniestras monarquías feudales árabes. Una izquierda que en occidente defiende la expropiación de las riquezas y las nacionalizaciones, pero se opone radicalmente a un gobierno libio que nacionalizó el petróleo y otros recursos en la práctica, no sólo en palabras. Una izquierda que se estremece de emoción ante las fiestas de la “diversidad cultural y étnica” de colectivos de emigrantes típicas de occidente, pero en cambio condena al régimen de Gadafi que promocionó las diversas etnias de Libia poniendo fin a la supremacía de la tribu de Bengasi. Una izquierda que dice estar a favor de la educación y la salud gratuitas y universales, y en cambio arremete contra un gobierno que trataba de garantizar tales derechos a su población.
Hemos visto una izquierda que en occidente tiene el antirracismo como religión, pero en cambio tolera que los mercenarios otánicos reivindiquen Libia «sólo para los blancos» y persigan, quemen vivos y asesinen a los trabajadores negros extranjeros por el color de su piel. Una izquierda que defiende los «papeles para todos» y ataca a un régimen que dio la nacionalidad a decenas de miles de trabajadores africanos. Una izquierda que dice estar a favor de la “auténtica democracia” y de la democracia directa, pero se horroriza ante la perspectiva de que en Libia existieran formas de participación directa. Una izquierda que dice estar contra la OTAN y ataca a uno de los pocos dirigentes que se opuso al establecimiento del Africom, la OTAN africana dirigida por Estados Unidos. Una izquierda que defiende el derecho de autodeterminación, pero sólo si es en su propio país o en lugares donde las potencias otánicas tienen intereses claves. Una izquierda que defiende la “justicia” como un principio universal, pero que tolera los intentos de asesinato de Gadafi sin ningún tipo de juicio y el asesinato de varios de sus familiares por las bombas de la OTAN. En fin, una izquierda que defiende que los derechos humanos tal y como se entienden en occidente son principios universales inviolables y sagrados, pero no mueve un dedo cuando conoce que los mercenarios otánicos torturan y asesinan en masa, como jaurías de bestias salvajes, no sólo a partidarios de Gadafi sino también a ciudadanos libios inocentes y a los trabajadores negros.
Hemos visto también recientemente a buena parte de la izquierda mundial –en este caso especialmente a la izquierda no occidental– rasgándose las vestiduras contra el presidente Hugo Chávez al que se le acusaba de «violar el derecho internacional» acerca de la política seguida por el gobierno bolivariano respecto a supuestos miembros de las guerrillas de las FARC y algún activista colombiano de izquierdas. Se han derrochando ríos de tinta, se han convocando movilizaciones, se han llenando miles de páginas de encendidas protestas airadas y listas de notables intelectuales izquierdistas y premios Nobel, y se han constituido asociaciones para protestar airadamente contra las decisiones del gobierno venezolano; en cambio una parte de esta izquierda que casi quería quemar en la hoguera a Chávez y a su gobierno –por fortuna, otra parte sí que está activamente pronunciándose a favor del pueblo libio– permanece ahora en el más absoluto silencio respecto un suceso que afecta a la vida de millones de personas y a la soberanía nacional de un país agredido por la OTAN, suceso que a todas luces es miles de veces más grave que la supuesta injusticia cometida contra algunas personas concretas por más que sean luchadores revolucionarios. ¿Acaso en Libia no se está pisoteando miles de veces más el «derecho internacional» que se considera sagrado para un grupo de ciudadanos colombianos, con el resultado de miles de muertos y la devastación del país? ¿Dónde están ahora los defensores heroicos del «derecho internacional violado», especialmente los intelectuales de renombre?
¿Tiene derecho a defenderse un país agredido?
¿Tiene derecho a defenderse un país y un gobierno que es atacado bárbaramente por fuerzas extranjeras, sin declaración previa de guerra y tras una campaña de mentiras y difamaciones? Según la izquierda occidentalista, no tiene ningún derecho a defenderse.
Si pusiéramos como modelo de derrocamiento por fuerzas invasoras, en coordinación con elementos internos, de un gobierno y un régimen legítimo surgido de la voluntad popular que promueve reformas sociales, reconocido por las instituciones internacionales y protegido por el derecho internacional, la inmensa mayoría de la izquierda occidental evocaría instantáneamente la rebelión de sectores civiles y militares de extrema derecha contra la República española y el gobierno del Frente Popular en julio de 1936, seguida de la inmediata invasión de los ejércitos fascistas de Hitler y Mussolini.
Pues bien, una situación probablemente mucho peor está sucediendo en Libia en estos momentos: un gobierno legítimo, miembro de la onU, protegido por este derecho internacional y reconocido por la llamada “comunidad internacional”, un gobierno que además había realizado una política de reformas sociales, está siendo derrocado y su población civil aniquilada impunemente por unas fuerzas militares extranjeras en coordinación con elementos locales insurrectos extremistas, amparándose en la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Esta resolución –ya de por sí un atentado a la soberanía nacional y totalmente unilateral, puesto que se basaba en informaciones de los medios de comunicación occidentales que se han demostrado completamente manipuladas– ni permitía armar a los llamados “rebeldes”, ni el derrocamiento del gobierno libio, ni el asesinato de Gadafi y sus familiares, ni tampoco el bombardeo indiscriminado de la población civil, tan sólo establecía la creación de una zona de exclusión aérea y un bloqueo de armas a Libia.
Nadie en su sano juicio entre la izquierda occidental en 1936 le negaría el derecho la República española –que, a diferencia de Libia, era una metrópoli colonial que poseía el Marruecos español, el Sáhara y la Guinea española– la lucha armada contra la invasión fascista. Y al igual que en 1936 la gran prensa burguesa mundial acusaba a los republicanos de cometer multitud de atroces crímenes manipulando la información y mintiendo, se utiliza hoy la misma técnica contra el régimen de Gadafi. Las diferentes corrientes de la izquierda occidental que en 1936 se movilizaron para ayudar a la República española y condenaron la participación de Hitler y Mussolini, hoy en gran parte permanecen sordas y mudas, impávidas ante las matanzas de los nuevos caudillos nazi-otanistas. Si en 1936 las bombas incendiarias de la Legión Cóndor alemana contra Madrid y Gernika levantaban a una opinión pública mundial indignada y a los partidos de izquierdas, hoy ni siquiera hay interés en condenar los mucho más mortales bombardeos de la Legión Cóndor otánica contra los Gernikas libios.
¿Por qué hoy la inmensa mayoría de la izquierda occidental no sólo se niega a apoyar, sino que incluso socava la lucha patriótica anticolonial del pueblo libio y ni siquiera mueve un dedo por las víctimas de las matanzas nazi-otánicas? Sencillamente, porque la izquierda otanista considera a estas víctimas como los “daños colaterales” necesarios para implantar en Libia los valores que defiende; porque para esta izquierda son más tolerables los crímenes de los políticos atlantistas y los regímenes imperialistas herederos de aquellos que cometieron genocidios contra decenas de millones de indígenas y esclavos negros; porque es una postura políticamente correcta silenciar los millones de crímenes del imperialismo y los de Sarkozy, de Obama, Cameron y otros asociados menores, y cebarse en los crímenes –reales o supuestos– que se le atribuyen al demonio de turno, en este caso Gadafi.
¿Era Gadafi un agente del imperialismo en Libia?
La izquierda occidentalista promueve el derrocamiento de Gadafi con el argumento de que era un agente del imperialismo en Libia.
Hasta hace pocos años Libia fue duramente aislada y bloqueada por los regímenes imperialistas, sufriendo un estancamiento económico y el aumento de problemas sociales. Para romper el aislamiento, desaparecido el antiguo bloque soviético con el que tenía buenas relaciones, se optó por una retirada política mediante concesiones y reformas liberales que pusieron a parte de la economía y el petróleo en manos occidentales y se desarrolló la corrupción entre sectores del régimen. La cooperación parece que alcanzó incluso a los servicios de inteligencia, que habrían trabajado –según algunas informaciones de la prensa imperialista, muy poco fiable– con la CIA y el MI6 en la persecución del terrorismo islámico. Gadafi fue recibido con honores por todos los jefes de Estado occidentales, incluyendo Sarkozy, Berlusconi y Obama entre otros.
Pero Gadafi no fue un agente del imperialismo como afirma la izquierda otanista. Hay evidencias de peso que muestran que varias corrientes políticas se desarrollaron en el interior del régimen de la conocida como Jamahiriya Árabe Popular Socialista. Estas corrientes desarrollaron intereses contrapuestos y sus propios calendarios políticos: desde los más afines a posiciones “socialistas” o, para entendernos, defensores de la igualdad y los derechos sociales –entre ellos el propio Gadafi– así como de independencia nacional y panafricanismo, hasta los sectores más liberales y pro-occidentales, muchos de los cuales se desmarcaron del régimen y formaron parte de la conjura que preparó Francia para desencadenar la rebelión al servicio de la OTAN. El régimen libio, además, se estableció sobre una sociedad tribal relativamente frágil debido a las posturas tradicionalmente pro-colonialistas y monárquicas de la tribu de Bengasi y la potencial influencia desestabilizadora del islamismo radical, constantemente reprimido. Esta sociedad tribal, además, tenía sus canales de poder político y de participación directa en el régimen libio, resultando de todo ello una compleja interacción con las diferentes corrientes políticas del régimen y con el propio Gadafi, que al parecer en determinados momentos quedó en minoría frente a algunas decisiones políticas importantes, como la de disolver ministerios corruptos.
No obstante, a ojos de gran parte del pueblo libio, la figura de Gadafi seguía manteniendo un elevado valor simbólico como referente vivo de la independencia del país. Además, como suele suceder en otras experiencias revolucionarias –sobre todo cuando las revoluciones atraviesan dificultades económicas– es muy posible que la juventud de las ciudades fuera también mucho más receptiva a los valores, ideas y modelos culturales occidentales, procedentes de la globalización imperialista. De todo ello resulta un régimen y una sociedad libia mucho más compleja de lo que la ridícula qaesquematización occidental pretende. La deserción de los sectores más liberales y pro-occidentales del régimen libio –según parece tras la decisión de Gadafi de revertir algunas políticas neoliberales– y las dificultades sociales provocadas por el bloqueo imperialista y las políticas neoliberales, fue aprovechada por el imperialismo–en el contexto de la controvertida “primavera árabe” que sacudió algunos regímenes del norte de África– para preparar la insurrección de Bengasi, que ya había sido decidida por Sarkozy desde mucho antes, tras comprar a desertores de Gadafi y a las hordas asesinas de integristas islámicos. Sarkozy recibió rápidamente el apoyo cómplice de Obama, Berlusconi, Zapatero y Cameron –que no querían perder su parte del botín– entre la incomprensible inhibición de Rusia y de China, que perdían una posición estratégica en el mediterráneo.
Es curioso ver con qué facilidad la extrema izquierda etiqueta de «agente del imperialismo» a cualquiera que se le antoje, según el capricho ideológico de cada uno. Para algunos, Fidel Castro sería un agente del Partido Demócrata estadounidense por algunas declaraciones positivas que hizo sobre Kennedy, Carter o sobre Obama al principio de su mandato, o un agente del “imperialismo chino” por el comercio que tiene Cuba con este país. Para otros, Lenin y los bolcheviques eran agentes del imperialismo alemán ya que fueron los alemanes quienes pusieron un tren a disposición de Lenin para que éste entrara secretamente en Rusia con la esperanza de que los bolcheviques crearan dificultades al gobierno ruso. Más adelante, Lenin y Trotsky de nuevo fueron acusados de agentes del imperialismo alemán por negociar separadamente la paz con Alemania en 1918 cediéndoles una tercera parte del territorio ruso como indemnizaciones de guerra. Volvieron los bolcheviques y Lenin a ser agentes del imperialismo alemán cuando negociaron secretamente el Tratado de Rapallo en 1922 que, entre otros acuerdos, estipulaba la posibilidad de que el ejército alemán se entrenara secretamente en territorio soviético.
La lista de «traiciones» para la izquierda otanista sería interminable, tanto como el interés que exista en impedir los movimientos de solidaridad con pueblos concretos, pero eso no responde las preguntas necesarias: ¿era Gadafi un agente del imperialismo? ¿Acaso el imperialismo derrocó a Franco, Salazar, Sukarno, Pol Pot, Pinochet, el Sha de Persia, las dictaduras argentinas, las monarquías despóticas y sanguinarias de Qatar, Bahrein, Arabia Saudí, los tiranos Batista, Somoza y tantos otros semejantes? ¿Por qué en Libia y en Siria se produce la injerencia occidental, y no en las monarquías árabes o en Yemen donde ha habido fuertes insurrecciones populares con decenas o cientos de muertos? ¿Tiene la izquierda otanista alguna respuesta creíble?
Conclusión
La invasión otanista de Libia forma parte de la larga cadena de agresiones y genocidios que el imperialismo viene perpetrando a diestro y siniestro desde que la Unión Soviética –cuya sola existencia hacía imposible que se cometieran estas monstruosas barbaridades– comenzó su declive y dejó de existir. Así, la primera guerra del golfo contra Irak, las guerras de Yugoslavia, la invasión de Afganistán, el genocidio del Congo, la segunda guerra contra Irak, la colonización francesa de Costa de Marfil y finalmente la guerra contra Libia –sin contar un buen número de conflictos menores, como los sucesos del Tíbet o la intervención silenciosa en muchos países de África–, muestran la senda por la que ha decidido avanzar el imperialismo moderno. Algunos han denominado a esta política la “guerra infinita” y otros la “balcanización” del planeta. Son conceptos que definen muy bien las formas que adopta el imperialismo moderno para conquistar un país. Pero su esencia real es que se trata pura y simplemente de una política de conquista colonial.
Mientras Libia se convierte en un inmenso cementerio colectivo y sus pueblos y ciudades son reducidos a escombros, la izquierda occidentalista se muestra impasible ante las matanzas de la OTAN o incluso apoya los designios del imperialismo para Libia y el resto del continente africano con sus irracionales y fantásticas argumentaciones pseudo-izquierdistas. Los regímenes que el imperialismo instaura en los países que conquista generan un grave deterioro de las condiciones de vida, privatizaciones salvajes, empobrecimiento masivo, retroceso brutal de los derechos sociales y de la igualdad de género, odios interétnicos y, además, convierten el país en protectorados del atlantismo dirigidos por las embajadas occidentales que instalan bases militares de la OTAN. Pero eso, para la izquierda occidentalista, no tiene ninguna importancia.
Por fortuna, frente a las repulsivas manifestaciones de fervor neocolonial de la izquierda otanista, comienza a emerger la izquierda internacionalista y solidaria en occidente, sumándose a los posicionamientos inequívocamente anticolonialistas de los gobiernos de Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador así como el de Zimbabwe, Sudáfrica y la Unión Africana –por ahora–, además de un gran número de intelectuales africanos anticolonialistas. Esta tendencia se refuerza por las voces valientes de intelectuales y organizaciones políticas de la izquierda occidental que se oponen a la barbarie otanista. Esta izquierda defiende que el futuro de Libia debe decidirlo el pueblo libio sin que intervenga la injerencia imperialista. No sólo eso: también ha tomado conciencia de que Libia, como preámbulo probable de Siria, de toda África y de Oriente Medio, está siendo invadida por el neocolonialismo otanista y que Gadafi –independientemente de la opinión que merezca o de sus aciertos y errores pasados– ahora mismo está liderando la lucha patriótica de liberación nacional y por ello merece la solidaridad internacionalista.
Si la defensa que hizo la Segunda Internacional socialdemócrata de la participación en la I Guerra Mundial y su pasividad o justificación de la esclavización de los pueblos colonizados provocó la ruptura de Lenin y los internacionalistas, hoy la actitud ante el neocolonialismo y la opresión de los pueblos oprimidos debería mostrar la diferente naturaleza de los partidarios del otanismo y los partidarios del internacionalismo, de la pseudo-izquierda occidentalista y neocolonialista, y de la izquierda comprometida y solidaria. Para ello, la izquierda internacionalista debería rechazar entrar en oscuras transacciones con la izquierda otanista basándose en estrechos cálculos electoralistas, y en un pragmatismo que daña la solidaridad con los pueblos oprimidos a cambio de mezquinas perspectivas de vida en las entrañas institucionalistas del propio país.
La izquierda crítica y valiente, que no tiene miedo a desafiar las mentiras imperialistas y lo políticamente correcto, puede ser la base de la reconstrucción del internacionalismo, el anticolonialismo y la solidaridad. Estos son los elementos sin los cuales es imposible que la izquierda occidental resucite como alternativa creíble ante unos trabajadores occidentales influenciados por décadas de un nacionalismo imperialista y un eurocentrismo brutalmente alienante contra los pueblos oprimidos, hechos históricos que permiten entender el apoyo que encuentran las formaciones de extrema derecha y racistas entre amplios sectores obreros y populares de occidente: el colonialismo en el exterior con su nacionalismo imperialista retroalimenta las tendencias racistas, reaccionarias y fascistas en el interior, y provoca la división de la clase obrera. La izquierda internacionalista, si quiere convertirse en alternativa para los trabajadores occidentales, deberá en primer lugar romper este círculo vicioso.
Humilacion y Asesinato de Negros en Africa:
Debemos difundir por todo el mundo que la OTAN está cometiendo el Genocidio étnico de la ONU en Libia y se esfuerza en ocultar sus crímenes
Los Buitres sobre Libia
Por: Carlos Maldonado
(Barómetro Internacional)
Un clásico del cine occidental en la corriente judeo-cristiana retransmitida aún en estos tiempos en época de Semana Santa, es la cinta “El Manto Sagrado” cuyo protagonista fue el connotado actor Robert Mitchum.
En una escena de este film, tres soldados romanos, al pie de la cruz del agonizante nazareno, se juegan a los dados la herencia del manto púrpura que Herodes, en señal de burla por aquello de “rey de los judíos”, según la trama, había colocado en hombros de Jesús cuando fue llevado ante él por los romanos para que decidiera su suerte.
El espíritu de la acción buitrera de la soldadesca romana en aquella escena es tan actual que por ello algunas acciones de potencias “democráticas” de hoy me vuelven a recordar la cinta.
Libia ha sido despedazada y su despojo repartido entre las tres potencias insignes en su desmembramiento: Estados Unidos, Inglaterra y Francia, dejando las migas para los buitres más pequeños como el mal llamado Consejo Nacional de Transición que aglutina a la caterva de traidores y asesinos de sus propios hermanos y otros países, que si bien no participaron directamente en el asesinato del pueblo libio, si prestaron armas, dineros y logística. Aún aquellos que vergonzantemente apoyaron dentro del Consejo de Seguridad el “bloqueo aéreo” a la aviación libia, eufemismo tras el cual se enmascaró no solo el su desarme sino el ataque colosal y mortífero posterior que, quienes sabemos de que son capaces los imperialistas luego de estudiar y sufrir en carne propia sus “incursiones humanitarias”, sabíamos que lo sufrirían los libios.
Las risas grotescas de los soldados romanos al pie de la cruz jugándose la posesión del manto, son comparables a las risas sardónicas de los imperialistas que ahora en comitiva llegan a Trípoli a saludar a los jerarcas del CNT con quienes firman las transferencias de las riquezas libias a las arcas imperiales; los jugosos contratos de la “reconstrucción” y, por supuesto, las cláusulas que permitirán ubicar sus bases militares en el otrora suelo patrio por el cual el “león del desierto” peleó denodadamente hasta su captura por parte de las huestes italianas.
A pesar de toda la propaganda triunfalista, el pueblo libio sigue peleando por su independencia y no cejará hasta ver su patria liberada de colono-imperialistas y traidores. Y, si eso lleva años, décadas, pues allí lo veremos siempre en resistencia. De eso, nuestra América está plagada de ejemplos heroicos que se han ido acrisolando por más de 500 años de sometimiento. En ese interín quizá comprendamos que solo seremos libres de la tiranía capitalista hasta que entendamos que junto a los libios tiene que haber chilenos, guatemaltecos, venezolanos, cubanos, angoleños, franceses, rusos, afganos, en fin cualquiera que sienta a Libia como su propia patria peleando junto a ellos y que en nuestras luchas los libios también son bienvenidos pues su patria también es América y el mundo. Y, eso, no solo en el campo militar sino en todos los frentes.
Cuando realmente hagamos nuestra la consigna que Carlitos Marx lanzó a todos los trabajadores: ¡Proletarios del mundo, uníos!, estaremos en capacidad real de derrocar la tiranía mundial que nos sojuzga hoy. El internacionalismo humano, más allá que el proletario, nos debe unir a los humanos pues si no somos capaces hacer nuestro el sufrimiento de nuestros hermanos en cualquier parte del mundo, fuera de sus creencias, no podremos ser revolucionarios y por tanto, incapaces de transformar las condiciones actuales.
La categoría más linda que todo revolucionario debe tener, parafraseando al Che, es la compasión. Sin ella, es imposible cambiar el mundo.
La gente urge de educación y ciencia para entender su realidad, pero más que ello de compasión para cambiarla. Y, detener la destrucción que se está expandiendo aceleradamente.
La situación actual de Libia
...Y os cobraremos las bombas que os arrojamos
Por: XOSÉ CURRÁS
Sienta mal el desayuno, cada día, al leer las noticias sobre la masacre que está cometiendo la OTAN en Libia. Y eso que los Media convencionales, con honrosas excepciones, solo hablan del gran futuro que les espera a los libios una vez que han desalojado del poder a Muammar Al Gaddafi. Sobre Libia se extiende un silencio administrativo. Negativo. Judicial. Sepulcral, en suma. El silencio ausente de las calles desiertas de niños, de las bombas sobre las viviendas, sobre los civiles, el de las fuentes que manaban agua del Gran Río Verde, el de las universidades, el del caótico tráfico de Trípoli.
Da pena pensar que el país más próspero de África, que logró ponerse a la cabeza de aquel continente en todos los parámetros que miden la calidad de vida de una comunidad a pesar de los 20 años de bloqueo de sus ingresos, haya retrocedido 50 años, gracias a las bombas humanitarias que los países civilizados -entre ellos, España, nuestro Estado español- arrojamos sobre sus ciudades, sus gentes y sus infraestructuras.
Y siento dolor por el silencio de la izquierda, con honrosas excepciones, como las del PCPE, EQUO (en parte, por lo menos) o las de los votos de BNG e IU en el Congreso. Un clamoroso silencio de algunos de sus máximos representantes en la opinión publicada, que todavía creen que la OTAN, los EUA, los emires y sultanes de Qatar, Yemen o Arabia Saudí, van a abrir el camino de la revolución comunista en Libia por la vía de eliminar al 'dictador', y que las 'masas populares' van a tomar el poder en un abrir y cerrar de ojos y conseguir hacer efectiva la revolución. Algunos, a golpe de argumentación de sueños, todavía creen en los pajaritos preñados.
Quienes no se callan son los más directamente implicados. La OTAN acaba de ampliar 90 días su 'misión' en Libia. Una acción a la que el pueblo libio, por boca de sus representantes, los consejos tribales y de clanes, no los convocó. Solo habla con un CNT escondido en un buque en Bengazhi, que no gestiona otra cosa que muertes, violaciones, saqueos y destrucción a manos de los mercenarios a los que ya ni pagan, porque el territorio está en manos del Gobierno Legítimo. Y en los frentes se batalla no se gobierna, se muere.
En la hasta no hace mucho próspera Libia falta de todo. Falta la vida de cerca de 100.000 personas, que si los 'rebeldes' calculan en 20.000 los muertos, lo lógico es pasar de la cantidad de 50.000 que dice el Legítimo Gobierno de la Al Jamahiriya. Si en el Estado español hubiesen bombardeado y matado al 1,5% de la población, aquí habrían muerto 675.000 personas en seis meses. ¿Qué diríamos? ¿Qué diría el mundo de esta masacre y de sus responsables? Pues todos nos quedamos callados. Callados como muertos.
Brad Sherman, congresista norteamericano, miembro del Subcomité de Asuntos Exteriores sobre la No Proliferación del Terrorismo, en una carta dirigida a Mahmud Jibril, 'primer ministro' del CNT, carta que circula en algunos medios de internet y que tiene visos de ser cierta, conmina al libio a detraer de las cuentas congeladas de la 'familia Gaddafii y del Gobierno libio el dinero necesario (¡todo!) para afrontar el coste de las acciones militares que se hacen en beneficio del pueblo libio, coste que debe ser transferido en su totalidad al tesoro americano.
El argumento final de dicha carta es todavía más maquiavélico: luego de formar, transportar y armar a milicianos de Al-Qaida, exige el congresista que les entreguen a Abbel Hakim Al Hasidi, líder de Al-Qaida en Libia, porque está acusado de matar soldados americanos en Irak y Afganistán. El que haya matado al pueblo libio, al que la OTAN tenía obligación de defender, es lo de menos. El documento no me parece apócrifo, fruto de una guerra informativa que Libia ha perdido desde que inventaron lo de que «Gaddafi bombardeaba a la población civil», masacre que aún hoy, siete meses después, no han sido capaces de probar. Con todos los infiltrados que en el mundo son, con los precedentes de Wikileaks, la carta puede ser real.
Mas las noticias que circulan de boca a boca por Libia hablan de un pacto del líder con los EUA para detener la guerra y la destrucción. Dejarían fuera a Francia, Gran Bretaña y demás atacantes. Las empresas petroleras americanas tendrían acceso al 50% del petróleo. Los pragmáticos libios aceptarían esto o seguirían siendo masacrados. Y los más pragmáticos y negociantes yanquis saben que es imposible controlar miles de kilómetros de tuberías que transportan el crudo del sur a Ras Lanuf, Tubruk o Al Brega. Un simple agujero de 5 metros en la conducción paraliza la extracción y la venta. La vigilancia multiplicaría el precio del petróleo por 2, por 3 o por más y no sería rentable.
Aparte del control del petróleo, si los países europeos implicados no consiguen que les «devuelvan el dinero gastado humanitariamente» en Libia, el euro se vería seriamente resentido. Sobre todo en su cotización frente al dólar. Y frente al yuán, porque China no gasta, ahorra, ve, observa y luego vende. Y pronto va a pedir que les paguen las exportaciones en su moneda o en yuán-oro. El euro sería residual...
La izquierda española está esperando a que caiga el 'dictador'. Ha cerrado los ojos a la cruda, muy cruda realidad, de las docenas de miles de muertos, de la absoluta destrucción de un país. Nosotros, desde el colectivo Ojos para la Paz en Libia, no estaremos esperando a que cuatro 'cantantes' se pongan al frente. Saldremos a la calle. Eso, «a la calle, que ya es hora de pasearnos a cuerpo y gritar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo».
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