¿Qué le espera ahora a Libia?
por: JOHAN GALTUNG
Según la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el Capítulo Final de la Libia de Gaddafi está siendo escrito en estos momentos. Como en los capítulos finales de Yugoslavia-Milosevic, Afganistán-Omar, Iraq-Sadam Husein y la Guerra contra el Terror-Bin Laden la cuestión es: eliminar al "malo".
No sabemos cuando exactamente se leerá ese "capítulo final", pero podemos tener en cuenta pasadas experiencias, adoptando un enfoque aparentemente trivial pero útil resumido en un dicho del filósofo Ruiz de Santayana: "quien no aprende de la historia está condenado a repetirla".
Después de la destrucción de los símbolos de Gaddafi previsiblemente habrá una ceremonia para celebrar la victoria de la OTAN. ¿Estarán allí quizás en un portaviones Sarkozy, Cameron, Berlusconi, Obama y algunos "bombarderos en jefe" clave en esta historia para declarar "¡Misión cumplida!" y prepararse para los prometidos contratos petroleros? Difícilmente. Es presumible que habrá cierto estilo europeo en la ceremonia, como en la reunión de más de 60 naciones en París el 2 de agosto donde se prometió liberar los activos congelados para entregarlos al Consejo Nacional de Transición. Otras reuniones servirán para elaborar una nueva Constitución, fijar fecha para elecciones libres y, si es capturado vivo, someter a Gaddafi a proceso en la Corte Penal Internacional de Occidente.
Antes, habrá una quema masiva de uniformes libios por parte de los "leales", quienes se vestirán con ropas civiles y se prepararán para una larga fuga. Después de un mes, un año, o quizás más, vendrán las bombas al costado del camino, los sabotajes de oleoductos y refinerías. Y saldrá quizás a la luz la incapacidad del Clan de Bengazi y sus adherentes para hacer frente al clan de Sirte y sus partidarios.
Hagamos emerger dos puntos básicos de la niebla de la historia.
Yugoslavia, Afganistán, Iraq y Libia son construcciones artificiales de arquitectos globales obsesionados con mapas mundiales que identifican con un color a los "Estados nacionales". Ellos creen que los ciudadanos de Estados con un solo color forman una "nación".
¿Cuándo aprenderán que esas naciones en realidad no existen? Y que la sangre de clanes-tribus-etnias-razas en altamente heterogéneas "culturas-nosotros" es más fuerte que el agua de las ideologías partidarias en homogéneas "culturas-yo". O que el sistema de "una persona-un voto" en elecciones libres y justas funciona mejor en homogéneas "culturas-yo" como Noruega, Alemania, Italia o Japón, mientras en heterogéneas "culturas-nosotros" 0148 la gente votará para que sus clanes-tribus-etnias-razas vayan al poder. Para mantener a ese Estado artificial sin que se desarme se debe pagar un precio: represión dura para contener a las fuerzas centrífugas y un dictador local o una ocupación extranjera.
Veamos un segundo pequeño punto: lo que es impuesto por la violencia tiende a llevar a la violencia y al gobierno represivo, no a la democracia. Pero, se preguntarán ¿no fue impuesta la democracia en Alemania-Italia-Japón después de la Segunda Guerra Mundial y sin embargo funcionó? Lo que ocurrió es que esos tres países eran homogéneos, dos de ellos incluso "culturas-yo" con una tradición de democracia electoral y gobierno de la mayoría. Aunque los tres tuvieron dictaduras y militarismo estas se originaron sin relación alguna con el propósito de mantener juntos a la fuerza a diferentes grupos étnicos. La guerra mundial hizo que se restaurara lo que había previamente allí.
¿Es entonces un caso perdido esta guerra contra el atroz Gaddafi? Si la meta es establecer una "democracia secular estable", sí, porque movilizará a los islamistas, los clanes y las tribus hacia la violencia y a conflictos sin fin.
Pero si un objetivo clave es el establecimiento de un banco central privado, no estatal, como ya lo hizo el clan de Bengazi, entonces no será un caso perdido para quienes la emprendieron. Si la meta fue liquidar al Banco Africano de Inversión en Sirte, Libia; al Fondo Monetario Africano en Nigeria; a una Federación Africana y una moneda africana en dinares de oro, entonces hay motivos para que celebren (el gobierno de Obama ha ya confiscado a esos propósitos 30.000 millones de dólares de Libia depositados en Estados Unidos).
[...] Mi libro de 1973 La Comunidad Europea tenía el subtítulo Una superpotencia en preparación y en otro libro mío, La caída del imperio estadounidense, de 2009, señalé a los europeos y a la OTAN como los probables sucesores de Estados Unidos. ¿Harán ellos el trabajo hasta que Estados Unidos se recupere y pueda ser de nuevo el sheriff del mundo para capturar a los "malos", vivos o muertos?
Probablemente no. Este cuarto azote imperial en el Medio Oriente y África del Norte después del Imperio Otomano, de Occidente (Italia-Inglaterra-Francia) y de Estados Unidos-Israel, será probablemente corto. Ellos ahora dicen "Libia no es Iraq" como antes acostumbraban decir "Iraq no es Vietnam". Sí, hay diferencias, pero también abrumadoras similitudes.
Quizás una Libia descentralizada, la promoción de la unidad de África, minimizar la importancia de sus 54 Estados y dársela a 500 "subestados" es una solución mucho mejor, con gobiernos por consenso entre muchas partes en lugar de "el ganador se queda con todo" como en el Lejano Oeste... (IPS)
Rolando Segura denuncia gran manipulación
mediática sobre agresión a Libia
Libia: fariseos y la destrucción de un pueblo
Por: Jorge Capelán y toni solo
La clase gerencial-intelectual de la izquierda neocolonial se hunde cada vez más en sus contradicciones con cada nuevo artículo que sus representantes publican sobre Libia. Ahora el turno le toca a Santiago Alba Rico en “Libia, el caos y nosotros” publicado en Acomodación este 20 de septiembre. Es uno de varios artículos que han aparecido apoyando la irrisoria idea de que ha habido una revolución popular en Libia. Es más que evidente que una mayoría del pueblo libio apoyó a la Jamahiriya y pelea ferozmente contra una minoría de libios sobornados y chantajeados por los gobiernos occidentales, apoyados por un gran número de mercenarios extranjeros y por las fuerzas de la OTAN. Es absurdo designar como revolución este golpe-insurrección por contrato.
Como lo ha expresado muy bien el partido Tudeh de Irán, que se opone al sistema de la Jamahiriya libia: “Consideramos que la política de ‘cambio de régimen’ de las fuerzas afiliadas a los imperialistas contrasta completamente con los supremos intereses del pueblo libio y de los pueblos del Medio Oriente y lo condenamos. De hecho, aun si las fuerzas opositoras al régimen dictatorial de Ghaddafi lograsen controlar el país o una parte significativa del mismo con el apoyo militar y bajo la cobertura de los aviones bombarderos y los misiles cruceros destructivos de los países imperialistas ¿cómo podría su poder y autoridad tener alguna legitimidad popular?” (http://www.solidnet.org/iran-tudeh-party-of-iran/1389-tudeh-party-of-iran-stop-bombing-libya)
LOS HERMANOS DE TUDEH comparten la falsa idea que la Jamahiriya libia fue una dictadura y que el dictador fue Muammar Al Ghaddafi. Ninguna dictadura habría sobrevivido a la agresión despiadada de la fuerza militar de la OTAN durante tantos meses. A pesar de ese error analítico, los hermanos de Tudeh entienden el concepto de la legitimidad. Y ven que una minoría oportunista y mercenaria no puede constituir un gobierno legítimo si llegan al poder en base del poderío militar de los países imperialistas de Norte América y Europa.
El artículo de Alba Rico afirma, “No voy a entrar en una polémica muy pugnaz que ha fracturado el campo anti-imperialista; sólo quiero dejar constancia de que el único lugar donde esa polémica no ha existido ha sido curiosamente el lugar donde se producían los acontecimientos.” Sin embargo, se mete de lleno en la polémica y lo hace mintiendo de manera descarada. El sentido y significado de los acontecimientos en Libia han dado lugar a fuertes y vigorosas discusiones en toda la región desde Argel hasta Ciudad del Cabo. Alba Rico da prueba de un dudosamente ingenuo sesgo hacia el mundo árabe en su perspectiva hacia el país agredido por la OTAN. Sin embargo, el significado fundamental de la agresión y el golpe-insurrección contrarrevolucionaria en Libia tienen que ver más que todo con su carácter de país africano.
Pero aún sin tomar en cuenta la dimensión africana del conflicto, Alba Rico está equivocado al sugerir que la mayoría de la izquierda en los países árabes o del Oriente Medio apoya al CNT. El partido Argelino por la Democracia y el Socialismo, partidos de izquierda de Iran como Tudeh, los partidos comunistas del Líbano y de Turquía, han adoptado posiciones que claramente cuestionan la legitimidad de esa banda de contrarevolucionarios, mercenarios y peones de los poderes extranjeros. EN ÁFRICA ES NOTORIO EL APOYO de movimientos a favor de la Jamahiriya libia y Muammar al Ghaddafi en todo el continente. Cuando Alba Rico habla del aislamiento de la Jamahiriya toma una posición totalmente eurocéntrica, ignora el amplio apoyo a ésta en África, Asía y América Latina, entre otras cosas, por la posición política de la Jamahiriya a favor del diálogo y una paz negociada, pero también por experiencias históricas y recientes de la solidaridad libia.
Sobre América Latina, Alba Rico se refiere desdeñosamente acerca de las posiciones de Nicaragua y Venezuela, ignorando de manera insidiosa la posición contundente del bloque conformado por todos los países del ALBA. Ignorando al movimiento de solidaridad en los Estados Unidos, Alba Rico elige también ignorar olímpicamente el incómodo hecho de que la izquierda negra en pleno se ha volcado a condenar la invasión imperialista de la OTAN desde el primer momento. En una operación de evidente mala fe, el autor llama a todos estos grupos, y a los demás grupos en todo el mundo, aún en el centro imperialista, que se han levantado en solidaridad con Libia, “occidentales”.
En fin, Alba Rico, igual que los escritores que comparten sus criterios, deliberadamente, deshonestamente y de una manera racista ignora los masivos crímenes de lesa humanidad cometidos por los asesinos, torturadores y violadores del CNT.
POR OTRO LADO, ESTA ES LA LISTA de países que rechazaron, se abstuvieron o no se presentaron a la votación para reconocer al CNT en la ONU. La rechazaron: Angola, Bolivia, Cuba, República Democrática del Congo, Ecuador, Guinea Ecuatorial, Kenia, Lesotho, Malawi, Namibia, Nicaragua, Sudáfrica, Suazilandia, Tanzania, Venezuela, Zambia y Zimbabue. Se abstuvieron: Arabia Saudí, Argelia, Antigua y Barbuda, Camerún, República Dominicana, El Salvador, Indonesia, Malí, Mauritania, Nepal, San Vicente y las Granadinas, Surinam, Trinidad y Tobago, Uganda y Uruguay. No participaron: Albania, Bielorrusia, Burundi, Camboya, Corea del Norte, Eritrea, Guinea, Guinea-Bissau, Haití, Guyana, Mozambique, Myanmar, Nigeria, Pakistán, República Centroafricana, Ruanda, Somalia, y toda la antigua Asia Central soviética.
Es irrisorio entonces hablar como si existiese un consenso contundente en contra de la Jamahiriya libia y Muammar al Ghaddafi. Lo que existe es un Bloque Occidental dominado por sus élites fascistas – la alianza militarista de la clase dominante política con la clase capitalista corporativa – que han ejercido enorme presión diplomática y económica sobre sus aliados para lograr el resultado deseado. Como Neville Chamberlain y Eduardo Daladier en Munich, Dmitri Medvedev de Rusia y Hu Jintao de China han sacrificado Libia como aquellos sacrificaron lo que fue Checoslovaquia para apaciguar la bestia militarista de la época, la Alemania Nazi.
YA ESTAMOS EN UNA GUERRA MUNDIAL declarada abiertamente por sucesivos administraciones de los Estados Unidos apoyados por sus aliados del Pacífico y de Europa. Y es natural para Alba Rico y los demás colaboradores acomodados de la guerra psicológica de la OTAN, la bestia militarista de nuestra época, sugerir que la ola de protestas en el norte de África constituye un fenómeno nuevo y exitoso. Al contrario, las revueltas populares en esos países no son nada nuevo. Han tenido protestas populares desde los tiempos coloniales. Todavía está por verse si de ellas resulta algo positivo en beneficio de los pueblos. La situación en Libia ha sido muy diferente de la de Egipto, Túnez y los demás países de la denominada (hasta por Barack Obama y John McCain) “primavera árabe”. Y es muy falso de parte de Alba Rico el pretender que él sabe qué fue lo que pasó en febrero en Libia. No lo sabe.
La información disponible ha sido totalmente confundida y sesgada. Lo único que sabemos es que hubo algún tipo de protesta mezclado con algún tipo de acción armada. De allí no sabemos nada con seguridad. Lo que sí sabemos es que casi inmediatamente se pasó a una fase de insurrección armada e intento de golpe de Estado que fue aprovechado desde su inicio por los gobiernos de la OTAN.
TODO INDICA QUE TUVO LUGAR un golpe-insurrección por contrato apoyado desde mucho antes por la OTAN y sus aliados en los gobiernos árabes represivos de la región. Gente como Alba Rico se contradice de plano al hablar de una insurrección popular que misteriosamente estaría necesitada del apoyo “democrático” de la OTAN. Ahora, hipócritamente, gente como Alba Rico y el palestino Ramzy Baroud plantean que no estaría mal si el CNT se liberara de la intervención extranjera para volver a ser verdaderamente libres (o independientes, como tal vez sí lo eran durante la Yamahiriya) y así poder completar la “revolución popular”. Es difícil encontrar algo que iguale semejante falta de seriedad.
De hecho, sería bueno que Alba Rico escarbase un poco en la historia de las revoluciones populares, para que se diese cuenta de que ninguna de ellas se llevó a cabo con la ayuda del colaboracionismo con las invasiones imperiales. Claro, que como el mismo autor lo explica, los “pueblos árabes” (como si la situación de Libia se pudiese reducir a la de un “pueblo árabe”) se encuentran ante desarrollos históricos que ni el mismo Marx pudo prever – tiempos orwellianos en los que, según Alba Rico, el imperio significa la independencia. Es una lástima que esta novísima teoría no sea en realidad tan nueva como Alba Rico se lo imagina: Ya ha sido esgrimida por incontables camadas de personalidades “progresistas” desde que el imperialismo en su sentido moderno de la palabra ha existido. Fue, en el fondo, la misma argumentación que hizo a los socialdemócratas europeos alabar los dones benéficos del colonialismo a inicios del siglo XX, y es la misma argumentación con la que se justificaron las dos guerras de Yugoslavia, la ocupación de Afganistán, la invasión a Irak, la fracasada misión de la ONU en el Congo, el golpe e “intervención humanitaria” de la MINUSTAH en Haití y, al mismo tiempo que en Libia, la colonialista intervención de Francia en Costa de Marfil.
PARA ESTOS BOMBARDEOS DE LIBIA, para estas masacres, para estos pogromos contra inmigrantes africanos, intelectuales como Alba Rico, para estas condiciones que “Marx jamás previó”, echan mano de los mismos argumentos de los “marxistas” iraquíes que en su día bendijeron las bombas de la OTAN y que hoy se encuentran nadando en alguna letrina recóndita de la historia. De poco o nada les sirve, como lo hace Alba Rico, el invocar a Sartre (debería darles vergüenza hacerlo), o llamar “occidentales” a los que se alzan contra el imperio. Cada ideología justificante del atropello imperial echa mano a su variante particular del diversionismo. No hay nada nuevo tras esas viejas mañas.
Es de un cinismo inmoral evidente el acusar a los que nos opusimos y nos oponemos consecuentemente a la intervención en Libia de proveer de argumentos a la OTAN, cuando fueron partidos como el NPA (Nuevo Partido Anticapitalista), el PCF (Partido Comunista Francés), el PG (Partido de la Izquierda, una escisión del PS) y Los Verdes en Francia, los que a coro se sumaron al apoyo de la intervención humanitaria. No fuimos nosotros sino los representantes de los dos principales sindicatos españoles CGT y CCOO los que calificaron la intervención como un “mal menor”. No fuimos nosotros sino el Partido de Izquierda sueco el que votó a favor de permitir el envío de cazas de combate a Libia. En fin, la lista de los que dieron su apoyo a ese crimen y a los crímenes que de él se derivan es larga, y en ella se encuentran los intelectuales que permitieron y permiten racionalizarlos.
LA BAJEZA MORAL Y LA PLENA COLABORACIÓN con la OTAN de este tipo de argumentación de parte de los narcisistas de la izquierda neocolonial llega al colmo cuando minimizan la agresión de la Alianza Atlántica contra el pueblo libio. Alba Rico alerta que la situación es muy compleja: “La OTAN misma es consciente de esta complejidad, como lo demuestra el hecho de que -tal y como recuerda Gilbert Achcar- ha bombardeado muy poco Libia con el propósito de alargar la guerra y tratar de gestionar una derrota del régimen sin verdadera ruptura con él”, escribe. Pero miente. Libia ha sido bombardeada sin merced para destruir toda su infraestructura. Es como decir que los sionistas solo bombardearon “un poquito” Gaza o Beirut. Las grandes ciudades de Libia han sido destruidas. Alba Rico sugiere que esto fue a propósito para alargar la guerra. Es obvio que argumenta así porque no puede reconocer que el motivo de los bombardeos constantes durante estos siete meses ha sido la resistencia de la mayoría del pueblo libio que rechaza el CNT. Primero (en las primeras horas) bombardearon los aeropuertos y lo que hubiese de fuerzas aéreas. Muy pronto bombardearon las unidades e instalaciones del ejército libio – algo para lo que ni siquiera tenían mandato. Luego, ante la firmeza de la gran mayoría del pueblo libio, llevaron adelante una campaña estilo sionista de eliminación “selectiva” de los dirigentes tribales defensores de la Jamahiriya, sin siquiera pararse a pensar que al bombardear sus viviendas también estaban asesinando niños, ancianos y mujeres. Como eso no dio resultado, pasaron a los bombardeos indiscriminados, igual que como lo hizo el ejército de ocupación italiano en Libia a inicios del siglo pasado. Mientras tanto, gente como Santiago Alba Rico estaba aplaudiendo esta invasión y esta intervención, erigiendo fachadas ideológicas para la desmovilización y hasta para el aplauso a los crímenes de los gobiernos occidentales.
OTRO TEMA TERGIVERSADO POR los colaboradores de la guerra psicológica de la OTAN contra los pueblos del mundo es lo de los fondos soberanos del pueblo libio. Los propagandistas de los medios corporativos de la OTAN hablan del dinero de “Ghaddafi” para acentuar la caricatura de un dictador-payaso sangriento y corrupto – y encuentran eco en los representantes de la izquierda neocolonial.
Estos hablan como si una dictadura pudiese acumular un fondo de más de US$200 mil millones e invertirlo en claro beneficio del pueblo libio y de los pueblos africanos. Aplican un hipócrita doble rasero. Para ellos son democracias los estados que toleran el criminal sistema financiero norteamericano y europeo que chupa la riqueza de los pueblos para alimentar mejor a las élites. En cambio, tergiversan el manejo claramente a favor del pueblo libio y sus hermanos pueblos africanos por las instituciones de la Jamahiriya, por más imperfectas que sean, y lo llaman dictadura. Es importante señalar esta patética y estúpida contradicción de los intelectuales del Bloque Occidental.
Antiimperialismo es luchar contra el imperio occidental-sionista y atlantista que en nuestro tiempo histórico expresa la concentración última del poder militar, político y económico del sistema de privilegios y de opresión del capitalismo. Es luchar contra el obstáculo principal para la realización de todos los demás derechos de la humanidad y contra la principal amenaza para la existencia de la vida en el planeta.
Antiimperialismo también es defender a los estados nacionales en la medida en que sean espacios en los que palabras como democracia, socialismo, e independencia tengan un sentido y en la medida en que, por ser obstáculos a la libre expansión del saqueo imperial, sean objeto de agresiones. Antiimperialismo es defender y por encima de todo respetar los liderazgos que los pueblos han designado para sí mismos y dejar a estos pueblos la última palabra sobre la interpretación de sus experiencias históricas.
EL DILEMA QUE PLANTEAN INTELECTUALES como Alba Rico, entre defender un proyecto democrático, socialista o anticapitalista en abstracto, y la liberación del imperialismo, es un dilema falso ya que la legitimidad popular de un proyecto y la lucha por la independencia nacional se condicionan mutuamente. Poco y nada avanzan las aspiraciones revolucionarias de los pueblos del Oriente Medio con una Libia invadida y con un Mahgreb en llamas. Por el contrario, la guerra contra Libia ha significado el último clavo en el ataúd del orden del derecho internacional establecido en la Carta de las Naciones Unidas.
Con la resolución 1973 del Consejo de Seguridad – una razón que sólo movimientos totalmente carentes de visión política pueden aplaudir – se sancionó por decreto la doctrina de la Responsabilidad de Proteger y con ello se impuso el orden de la barbarie. Las Naciones Unidas ya se encontraban en crisis, es cierto, pero ese orden ya caduco no se hará más fácil de transformar con el asesinato del derecho internacional, especialmente en un mundo ya prácticamente multipolar pero controlado por la dictadura anacrónica de unas pocas potencias, la mayoría de ellas miembros de la OTAN.
ENTRE LOS DUDOSOS AVANCES APLAUDIDOS por la izquierda neocolonial se encuentra la ampliación de la discrecionalidad del ilegal Tribunal Penal Internacional a niveles con los que la administración Bush sólo llegó a soñar. El mensaje de la resolución 1973 es muy claro: de ahora en adelante, todo vale. Y lo que vendrá son más guerras que los falsos progresistas y los falsos radicales de siempre, una y otra vez azuzarán mostrando, al mismo tiempo, caras de inocencia y lamentación.
La reciente resolución 2009 demuestra contundentemente que la ONU está sujeta a una ingeniería virtual generada por la guerra psicológica de los países de la OTAN y sus aliados. El contenido de la resolución no tiene la más mínima conexión con la realidad en Libia. Esta situación se ha facilitado por el fracaso moral e intelectual de los fariseos de la izquierda neocolonial narcisista. Efectivamente, éstos se han aliado con los enemigos de la humanidad.
La agresión colonial contra Libia constituye una profunda ruptura que tendrá muchas secuelas previsibles e imprevisibles. Una de ellas será la marginación de viejos esquemas de producción intelectual y el desarrollo de diferentes expresiones de resistencia cultural, de producción intelectual basadas en la realidad de los pueblos. Algo positivo que el pueblo libio nos ha demostrado es el imperativo de respetar la sabiduría y la soberanía de las decisiones políticas de los pueblos.
El pueblo libio y su Jamahiriya luchan para resistir la re-colonialización de África por los grandes poderes globales. En este momento, la persona que simboliza esa lucha al lado de su pueblo es Muammar al Ghaddafi. Lo que nos toca hacer ahora es demostrar nuestra solidaridad y apoyar sin reservas la lucha del heroico pueblo libio.
Balas sobre Trípoli:
"los medios de comunicación alimenta la agresión de la OTAN”
martes 27 de septiembre de 2011
El Gobierno Libio, el respaldo de su pueblo y la oposición de las tribus a la OTAN hace imposible un gobierno marioneta del CNT
Mientras que la Gran Yamahiriya ya tiene un nuevo gobierno nacional apoyado por las tribus, la intelectualidad patriótica y las fuerzas armadas, los fantoches del llamado “CNT” se ven en la incapacidad de constituir un gobierno ni siquiera de fachada. Los jefes de las tribus rechazan dar su apoyo a semejante engendro nacido de los cuarteles de la OTAN y las oficinas de los gobiernos agresores. Mientras tanto crecen las disputas entre las fracciones pro OTAN y analistas señalan que Jalil o Jibril pueden ser los siguientes en ser asesinados como lo fue Yunes por los terroristas de Al Qaeda que, reforzados por el nuevo apoyo que les da la CIA, se sienten eufóricos para establecer un emirato fascista en todo el norte de África. Ver análisis del destacado arabista Gilles Munier al diario argelino
Libia: Abdel Jalil podría ser
la próxima víctima después de Younes
Entrevista realizada por Gilles Munier Ramdane Belamri (El Khabar, Argelia -27/9/11)
Gilles Munier, un periodista independiente y escritor, vivió gran parte de su juventud en Argelia y Marruecos, donde su familia el apoyo al FLN. Se incorporó a la vida militante en Argel en 1962 y 1970, el apoyo a la lucha del pueblo palestino, y ha profundizado su comprensión del Islam por Malek Bennabi. Él es el autor de laGuía de Irak (Juan Picollec Ed. 2000), Los espías del oro negro (Alfeo-Koutoubia, 2009) y coordinó la traducción al francés de Zabib y el Rey (Ed. du Rocher , 2003), novela escrita por Saddam Hussein que se reunió en cinco ocasiones. Trabaja hoy en mensual Asia África y escribe el blog de Francia e Irak Noticias.
El Khabar: ¿Dónde está Libia? En su opinión, a un futuro de paz, como proclamó Nicolas Sarkozy, o la guerra de clanes entre los miembros de la CNT, y entre la CNT y la AQMI?
Gilles Munier: Por desgracia, el futuro de Libia es oscuro e incierto. La guerra entre los clanes de la CNT entre la CNT y el Grupo Islámico de combate, tras la cual se cierne la AQMI, se inició con la intervención de la OTAN. Estas luchas han surgido en el asesinato del general Younis. ¿Quién será la próxima víctima: Abdeljalil Mustafá, presidente de la CNT?Djibril Mahmoud, su N º 2? Ali al-Issawi, Ministro de Relaciones Exteriores? Gente como Abdel Hafiz Ghoga, el abogado de derechos humanos de activistas, o salafistas Sheikh Ali Salabi que también forman parte de la CNT tiene legitimidad, obviamente, más que los agentes occidentales.
Recientemente, mientras que la CNT ha anunciado la formación de un próximo gobierno"crisis" , los jefes de los combatientes en el campo Misrata creado una Unión de los Batallones de la Revolución . Hoy en día, los jefes de los consejos militares de Trípoli y Benghazi - los miembros de la lucha contra el Grupo Islámico Libio (LIFG) - no se siente responsable ante el Ministro de Defensa de la CNT, designado de entre los miembros de la tribu de General de Younis para calmar su deseo de venganza. Es un error poner el Grupo Islámico Combatiente Libio y el AQMI en la misma bolsa. El primero no está subordinado a otro, pero hay puentes entre las dos organizaciones que se encuentran, según lo declarado por Abdelkrim Belhadj, comandante militar de Trípoli "en el mismo lugar al mismo tiempo" . Lo cierto es que los servicios secretos occidentales se han beneficiado de la guerra de Libia para establecer contactos con las organizaciones islámicas, las listas de sus miembros en la preparación para su uso o eliminación. Activistas LIFG sabemos por experiencia que no tienen ninguna ilusión de estar de vuelta en el pensamiento occidental. Su destino dependerá del momento del país junto a desestabilizar. Después de que Libia y Siria, ¿quién? Argelia puede ser. La reciente declaración atribuida a Sarkozy - "un año de Argelia, tres en Irán" - y las palabras " off "hecha por embajadores de Francia en el Estado de Argelia - "país patético", "monolítico" ... etc ... -, amablemente distribuido por la revista pro-Israel valores actuales sugieren. El suministro de armas a los rebeldes Berberists Jebel Nefoussa en Libia, ciertamente no era inocente.
El Khabar: En el frente de seguridad, ¿cree usted que Gaddafi podría resistir mucho tiempo?
Gilles Munier: Gaddafi no tiene medios para resistir a la cabeza de duración. El equilibrio de poder es muy desigual. Pero, sea cual sea el caso, la lucha de los libios se opuso a la ocupación de su país por la OTAN va a continuar. Si los occidentales son capaces de detener o matar a Gaddafi, otros líderes le siguen. En Trípoli, la resistencia se organiza, el pro-CNT abrazo de las paredes. El "Sarkozy circo", con sus 160 CRS-ropa, ha puesto su tienda un par de horas en Libia por razones de seguridad. No es muy glorioso para un"ganador" ! Esto es una reminiscencia de George W. Portador de Bush avión, declarando que ganaron la guerra en Irak ... El resto es historia.
El Khabar: Exactamente, ¿se deduce que durante años la situación en Iraq, podemos comparar las guerras del Golfo y el de Libia?
Gilles Munier: Sí y no. En Irak, una intervención militar occidental fue masiva de tierras y el aire.El país sometido a embargo por 13 años, estaba de rodillas. La caída de Bagdad después de que el uso de los americanos de una nueva arma -probablemente neutrones - en la batalla del aeropuerto. La oposición está financiada por la CIA llegó a la vanguardia del ejército de ocupación. Saddam Hussein fue detenido y ejecutado, pero la resistencia no ha parado. Las bajas civiles en los cientos de miles de personas.De acuerdo con EE.UU. e iraquíes estadísticas oficiales, más de 2.600 civiles, policías y militares iraquíes, así como 35 soldados de EE.UU. murieron en Irak el año pasado. Esto no impide que el primer ministro Nuri al-Maliki, declaró que Irak "es la región más segura en el mundo árabe" ! De hecho, el aceite fluye. Los ingresos de Irak son uno de los cuatro países más corruptos del mundo. Los iraquíes muestran todos los viernes en demanda de mejores condiciones de vida y unas elecciones verdaderamente democráticas en la indiferencia de los medios de comunicación occidentales. La etiqueta de los medios de comunicación"revolución árabe" que se asigna de acuerdo a los intereses occidentales.
En Libia, fue el bombardeo de la OTAN, suministros de armas, maletas euros y la intervención en el terreno de las fuerzas especiales francesas y británicas y las compañías militares privadas, que han permitido a los opositores al progreso y a Trípoli. La CNT se le prometió destinar 35% de petróleo de Libia a Francia? Yo lo dudo. Él va a comprar los aviones Rafale y la planta de energía nuclear rechazado por Gaddafi? En Irak, los compinches de Bush se han llenado los bolsillos y los de Sarkozy en Libia esperando a que alguien devuelva el favor. En cuanto al coste de la operación para el francés, Alain Juppé, no le importa, "es una inversión en el futuro", dijo.
La resistencia libia se inmola,
mientras busquemos la vacuna
contra el virus Sarkobama
Cuando se descubre una vacuna contra un mal que mata millones el alivio llega a cientos de millones. Hoy la resistencia libia lucha por su independencia y sin que ellos lo sepan y que nosotros los agradezcamos, lo hacen por los pueblos donde se piensa aplicar el modelo del que Obama dijo, en discurso público, demuestra de lo que son capaces de hacer, como un logro presentado al mundo.
La vacuna no pasa por gastar millones en armamento. Hay que armar redes propias, en servers que no dependan de Google, ni de Facebook, ni de Twitter que ya sabemos censuran, dan datos personales o de última bajan la llave y apagan todo. La vacuna contra el Sarkobama pasa por destruir a verdades su pata Gran Hermano, la cadena global, las corporaciones mediáticas, que en el tema Libia demostraron en qué andan, para lo de Libia, para lo doméstico de cada país y para toda la agenda Bilderberg. Mienten en Libia y en todo lo demás.
Nos ponen a Khadafi delante como el árbol que tapa el bosque. En 1845 un intento anglosajón de navegar libremente por ríos interiores argentinos durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas, tan cuestionado como Khadafi, provocó un enfrentamiento que se conoció como la Guerra del Paraná. También trajeron mercenarios como Garibaldi y su tropa saqueadora y violadora de la ciudad de Gualeguaychú y como en Libia trajeron tecnología militar de avanzada.
Si bien vencieron las defensa de Vuelta de Obligado y remontaron el río Paraná hacia el norte, la ida y la vuelta fue un apocalipsis victoriano que transformó una supuesta victoria festejada en París y Londres en una derrota que marcó derecho internacional sobre navegación de ríos interiores. En este caso la resistencia argentina fue antídoto y países como Brasil con el río Amazonas y Venezuela con el Orinoco se beneficiaron de la nueva jurisprudencia.
Cada día que resiste Libia debe ser un día para revelar y rebelarse del montaje de mentiras burdas, obvias, de diarios como El País, El Mundo, cadenas como Al Jazeera, BBC, CNN, poniendo los mismos títulos, sin cuestionar nada, sin trabajo de investigación, sólo el show televisivo de mostrar rubios corresponsables entre forajidos en 4X4 disparando a ninguna parte o las imágenes de la toma de Trípoli, en Qatar:
Estas son las bombas de racimo que intentaban acusar a las víctimas de que las estaban arrojando a pesar de que el ejército libio no voló ningún avión desde el principio del conflicto.
Solo la organización armada las está utilizando en Libia, mientras los medios internacionales, los expertos, las organizaciones humanitarias callan. Libia y los libios no se merecen esta agresión.
Libia y los libios no se merecen esta agresión
Libia: Libre y Verde
Desd Bani Walid interior - 24/09/2011
Sirte y Beni Walid, aún resisten frente al CNT
Muerte de Yunes: Se ha podido comprobar que le faltan varios dedos, le sacaron un ojo, le abrieron el estómago, le quemaron.
Mussa Ibrahim, portavoz del gobierno Libio ha declarado:
Las organizaciones Humanitarias de la ONU se han negado a ayudar a los civiles libios.
Llamamos a los medios internacionales, les mostramos nuestros muertos civiles y se niegan a publicarlo.
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Libia está en llamas, los misiles de la OTAN están matando a los civiles en nombre de "protección" por favor que los seres humanos de todo el mundo se indignen y exijan que pare esta barbarie genocida
La izquierda y la polémica sobre Libia.
Internacionalismos de geometría variable
Iohannes Maurus
Es difícil desde las categorías habituales de la izquierda (lucha de clases binaria, representación de la clase obrera por un partido, socialismo etc.) comprender las revoluciones árabes y los propios movimientos sociales que, bajo distintas formas, están produciéndose hoy en Europa, en España y en Grecia, pero también en Gran Bretaña. Unos movimientos sociales de nuevo tipo que probablemente seguirán extendiéndose y que tienen muchos puntos en común con lo que ya pudimos presenciar en las diversas crisis políticas latinoamericanas: en el caracazo, el diciembre argentino, las luchas por el agua en Bolivia etc. Son luchas que, a pesar de la distancia geográfica y cultural y de los distintos discursos políticos en que se traducen responden a una misma situación: el dominio tendencialmente absoluto del capital financiarizado sobre las economías de los distintos países y las vidas de sus habitantes. No es de extrañar, por lo tanto, que los aparatos de propaganda del Imperio hayan hecho hasta ahora todo lo posible por ocultar las conexiones efectivas entre los distintos polos de una enorme marea de resistencias que amenaza al sistema capitalista en su conjunto. Más sorprendente y hasta lamentable es que estas conexiones hayan resultado indescifrables para un amplio sector de la izquierda latinoamericana y europea.
Del lado árabe, la relación entre los distintos procesos estuvo siempre bastante clara. Entre los puntos de referencia de muchos manifestantes tunecinos y egipcios estaban la revolución bolivariana de Venezuela o la revolución cubana: el paralelismo histórico era perceptible. Del lado latinoamericano, sin embargo, no se vieron, en general, estas revoluciones populares espontáneas y autoorganizadas con la misma simpatía. La reacción fue de desconfianza, cuando no de miedo, no fuera a ser que detrás de los dirigentes árabes derrocados estuvieran situados los gobernantes latinoamericanos de izquierda, en alguna lista secreta de los responsables de la CIA. La teoría de la conspiración pudo más que el análisis de las luchas de clases efectivas que se desarrollaban en Túnez, Egipto y un gran número de países árabes, así como en la propia Europa. La reacción defensiva, prevaleció sobre la percepción de una coyuntura revolucionaria, por otra parte evidente Si los déspotas iban cayendo uno tras otro y el proceso revolucionario se contagiaba como un reguero de pólvora, tenía que haber sido orquestado por algún poder oculto. A nadie se le pudo ocurrir que existe un espacio geopolítico y de civilización específicamente árabe, con estructuras y coyunturas sociales y políticas afines en el que el contagio es relativamente fácil. En el poco francófono Egipto, se podían ver carteles de "Mubarak, dégage" (Mubarak, lárgate) en buen francés de Túnez, en el Bengasi liberado, una señora canta el himno nacional...tunecino que honra a los mártires de la independencia. Hay una intertextualidad de las revoluciones árabes, como la hubo - y la hay- de las latinoamericanas. Sin embargo, para un sector de la izquierda acostumbrado por la guerra fría a pensar en términos de bloques, la improbable conspiración del imperio contra regímenes amigos e incluso vasallos como el de Ben Ali o el de Mubarak podía ser la antesala de un ataque contra los gobiernos revolucionarios de América Latina. Frente al bloque del Imperio, sólo cabía la desconfianza ante las nuevas revoluciones, tanto más cuando sus protagonistas no eran "obreros organizados y conscientes", sino en gran medida trabajadores precarios, estudiantes y miembros de las clases medias urbanas depauperadas por la economía financiarizada a través del arma implacable de la deuda con su cohorte de liquidación de derechos sociales y de servicios públicos.
La teoría de la conspiración, sin embargo, pareció encontrar una confirmación cuando un sector importante del pueblo libio se alzó contra el déspota local y dirigente de una supuesta "revolución". Esta fingida postura "revolucionaria" nunca impidió a Muammar el Gadafi matar comunistas y otros militantes de la oposición ni establecer pactos con personajes como Berlusconi y los dirigentes de la Unión Europea sobre "la gestión de las fronteras de la UE", cuyo contenido real da escalofríos. Gadafi no mostró grandes reparos ante la invasión de Iraq, ni se negó nunca a ayudar a norteamericanos y británicos en su "guerra contra el terror", haciendo que sus expertos servicios policiales sometieran a "minuciosos interrogatorios" a los prisioneros que les entregaban. Por no hablar de las medidas de política interior, como la entrega del petróleo libio a empresas occidentales. Nada, sino esta identificación con una revolución de pacotilla y el miedo a ser los siguientes en la lista, justifica la solidaridad que, desde el primer momento, el presidente Hugo Chávez manifestó hacia el tirano libio acosado por la insurrección de buena parte de su pueblo. Gadafi dio, sin embargo, al Imperio la oportunidad que le hacía falta para entrar en la región e intentar interferir en los procesos revolucionarios en curso: lo hizo reprimiendo con brutalidad a la población insurrecta y forzándola a defenderse por las armas, lo que nunca se había producido en las demás revoluciones árabes. Francia y en menor grado el Reino Unido aprovecharon esta oportunidad inesperada para recuperar ante los pueblos árabes algo de influencia, pues precisamente las revoluciones de Túnez y de Egipto habían derribado a sus protegidos en la zona. Para intervenir en Libia, naturalmente, tuvieron que metamorfosear de nuevo a Gadafi y, en pocos días hacer del "amigo de occidente un poco extravagante" del que hablaba Aznar un déspota que oprime y asesina a su población.
La ayuda a la población insurrecta contra el déspota respetó la plantilla de las intervenciones habituales de la OTAN: bombardeos de objetivos civiles y militares, violación de la carta de las Naciones Unidas y de la propia Carta Atlántica al proponerse un "cambio de régimen" como objetivo de una operación destinada a "proteger a las poblaciones" y el largo etcétera que conocemos desde la guerra de Yugoslavia y las guerras del Golfo, pasando por Afganistán. El coste para la insurrección libia de esta "ayuda" mediante el bombardeo humanitario es evidente. También es enorme el riesgo de que la revolución Libia quede secuestrada por quienes le han ayudado a triunfar. Algo de sobra conocido para quien conozca la historia de Cuba o la de Filipinas, países en los que los Estados Unidos "ayudaron" a las poblaciones locales a liberarse de los españoles para después recolonizar en grados diversos ambos países. A pesar de este coste y de este riesgo, tiene razón Santiago Alba y tienen razón nuestros amigos y compañeros árabes en sostener que todo habría sido peor si se hubiera permitido a Gadafi aplastar la revuelta, pues el pedigrí represivo del amigo de Aznar y Berlusconi no deja lugar a ninguna duda. Por no hablar del terrible ejemplo que habría dado a los demás tiranos árabes.
La situación de Libia y la de las demás revoluciones árabes es compleja, pero ¿acaso hay un solo proceso revolucionario que no lo sea? ¿acaso ha habido una sola revolución cortada por un patrón preexistente? La propia revolución cubana fue vista en sus primeros momentos por la izquierda como una simple revolución democrática y antiimperialista burguesa...En este momento, tanto en Túnez, como en Egipto o en Libia existen gobiernos que ya no representan enteramente a la dictadura, pero que tampoco son expresión de la voluntad del pueblo insurgente. El Consejo Nacional de Transición, alianza inestable de oportunistas prooccidentales, islamistas más o menos radicales y tránsfugas del régimen de Gadafi no representa la revolución libia, cuyos verdaderos protagonistas, los shabab (jóvenes) que resistieron contra Gadafi no han dicho aún su última palabra. Cierto es que estamos en las primeras fases de esos procesos revolucionarios y que existe una enorme incertidumbre, pero esto, más bien, sería una razón para que los países que ya han pasado por trances semejantes y han conseguido realizar importantes transformaciones presten su apoyo a estos procesos y dentro de ellos a las fuerzas de izquierda que, por fin, están renaciendo en el mundo árabe. No dice otra cosa mi querido amigo y camarada Santiago Alba, y, por decirlo, ha sido tachado de "agente de la CIA" o de émulo del filosofastro Bernard-Henri Lévi. Siempre se descubre algo: no sabía yo que la CIA contratara a defensores públicos del comunismo y de los procesos revolucionarios anticapitalistas y antiimperialistas del mundo entero, ni que tuviéramos que dar la bienvenida a Bernard-Henri Lévi al bando de quienes combatimos el imperio del capital. Que el sectarismo no nos ciegue: ni la CIA es tan tonta, ni Bernard-Henri Lévi se ha caído del caballo...camino de Damasco.
Desde el Perú canto coral a Tupac Amaru
para Mohamar al Gadafi
Todos los seres humanos honestos deberíamos preguntarnos: ¿Acaso las más de 20.000 misiones aéreas de la OTAN contra Libia, no son la negación misma de esa imposición de Zona de Exclusión, acaso los cerca de 68 mil muertos y más de 142 mil heridos y 1 millon de desplazados no son acaso una violación a los derechos humanos del pueblo Libio?
Carta del Presidente Chávez leída hoy en la ONU por el canciller Maduro
Caracas 26 de septiembre del año 2011
Señor presidente de la Asamblea General
Distinguidos representantes de los pueblos del mundo.
Señoras y señores…
Dirijo estas palabras a la Asamblea General de Naciones Unidas, a este gran foro donde se encuentran representados todos los pueblos de la tierra para expresar las verdades de la Venezuela Bolivariana, las verdades,y reafirmar nuestro compromiso irrenunciable con la justicia y la igualdad, esto es con la paz, la paz, la paz, la paz.
No buscamos la paz de los cementerios como decía Kant con ironía sino una paz asentada en el más celoso respeto al derecho internacional. Lamentablemente la ONU, a lo largo de toda su historia, en lugar de sumar y multiplicar esfuerzos por la paz entre las naciones ha terminado avalando algunas veces, por acción y otras por omisión, las más despiadadas injusticias.
Siempre hay que recordar que en el preámbulo de la Carta de Naciones Unidas se habla de salvar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra, pura letra muerta. Desde 1945 para acá las guerras no han hecho sino crecer y multiplicarse inexorablemente, veamos una vez más hacia Libia destruida y ensangrentada por voluntad de los poderosos de este mundo.
Quiero hacer un llamado a la reflexión de los Gobiernos del mundo. Desde el 11 de septiembre del año 2001 comenzó una guerra imperialista que no tiene precedentes históricos, una guerra permanente a perpetuidad. Debemos mirar de frente la aterradora realidad del mundo en que vivimos, necesario es formular un conjunto de inquietudes a partir de los peligros y amenazas que nos asechan.
¿Por qué Estados Unidos es el único país que siembra el planeta con bases militares? ¿A qué le teme para tener tan escalofriante presupuesto destinado a aumentar cada vez más su poderío militar? ¿Por qué ha desencadenado tantas guerras llevando la soberanía de otras naciones que tienen los mismos derechos sobre sus destinos? ¿Cómo hacer valer el derecho internacional contra su insensata aspiración de hegemonizar militarmente al mundo en garantía de fuentes energéticas para sostener su modelo depredador y consumista? ¿Por qué la ONU no hace nada para detener a Washignton? Si respondiéramos con absoluta sinceridad a estas interrogantes comprenderíamos que el imperio se ha adjudicado el papel de juez del mundo, sin que nadie le haya otorgado tal responsabilidad y que por tanto la guerra imperialista nos amenaza a todos.
Washington sabe que el mundo multipolar es ya una realidad irreversible. Su estrategia consiste en detener a toda costa el ascenso sostenido de un conjunto de países emergentes negociando grandes intereses con sus socios y secuaces para darle a la multipolaridad el rumbo que el imperio quiera. Pero esto no es todo, se trata de una reconfiguración del mundo que se sustenta en la hegemonía militar yanqui.
La humanidad se está enfrentando a la amenaza cierta de la guerra permanente en cualquier escenario, y Libia lo demuestra: el imperio está dispuesto a crear las condiciones políticas para ir a la guerra. En la visión imperial del mundo se está invirtiendo el célebre axioma de clausewitz, la política es la continuación de la guerra por otros medios.
¿Qué hay en el trasfondo de este nuevo armagedón? El poder omnímodo de la cúpula militar financiera que está destruyendo al mundo para acumular cada vez más ganancias, la cúpula militar financiera que está subordinando de facto un conjunto de Estados. Téngase en cuenta que el modo de existir del capital financiero es la guerra, la guerra que arruina a los más y enriquece, hasta lo impensable, a unos pocos.
El canciller venezolano, Nicolás Maduro,
lee una carta del presidente Chávez ante la ONU
El canciller venezolano, Nicolás Maduro,
lee una carta del presidente Chávez ante la ONU
Los niños libios están llorando!
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Denuncia urgente: Armas de la OTAN sirven para atacar y desestabilizar Argelia: Lanzagrandas RPG7 lanzadas en el pasado mes de junio por la OTAN en los Montes Nafusa a los bereberes traidores en lucha contra la Libia revolucionaria han sido utilizadas por los terroristas de Al Qaeda para atacar el aeropuerto Ferhat Abbas en Jijel (Argelia). Crece la indignación del pueblo argelino no solamente contra la OTAN que desestabiliza el norte de África sino contra el débil gobierno de Buteflika que ha mostrado una posición vacilante en relación al ataque a Libia. Se confirma nuevamente la alianza entre el imperialismo y su criatura, Al Qaeda, para destruir países independientes y movimientos progresistas.
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