Libia y nuestra propaganda de guerra
Los ciudadanos de
nuestros países democráticos deben alzarse y hacer oír sus voces para tratar de
evitar a Siria la pesadilla de la intervención militar de las fuerzas de la
OTAN bajo mandato de la ONU o de las “coaliciones de voluntarios” que han
padecido y que continúan padeciendo los pueblos de Afganistán, de Iraq, de
Somalia y de Libia. Indignada por la visión unilateral generalizada por los
periodistas sobre las guerras cada vez más destructivas y sanguinarias que se
desarrollan ante nuestros ojos, Anne Morelli, profesora de la Universidad Libre
de Bruselas y Presidenta de “Mujeres por la Paz”, reacciona por medio de este
hermoso y generoso texto (Silvia Cattori).
Los principios
generales de la propaganda de guerra siempre son similares. Tratan de hacer que
nos unamos a una causa belicista por medio de declaraciones primero pacifistas
y después resignadas : nos vemos “obligados” por el Otro a hacer la
guerra. Él la ha provocado y nosotros vamos a comprometernos en ella por unas
causas nobles : la protección humanitaria de los civiles, la democracia,
la lucha contra el militarismo desenfrenado de nuestro enemigo ...
Por supuesto,
nuestro enemigo comete sistemáticamente atrocidades, mientras que nuestro
ejército está compuesto de gentilhombres, todo lo más susceptibles de un
“abuso” involuntario. Además, nosotros no arriesgamos nada con esta
guerra : la aplastante superioridad de nuestros ejércitos nos garantiza
unas “pérdidas cero”, mientras que nuestros enemigos están condenados desde un
principio a la derrota. Finalmente, quien se oponga a esta guerra corta, moral
y ferozmente victoriosa solo puede ser un agente del enemigo.
Reuní estos
principios que rigen la propaganda, previa y contemporánea a todas las guerras
desde el inicio del siglo XX, en un pequeño volumen [1]. Con cada nueva edición
tengo que añadir a este mismo esquema ejemplos de patrañas que se han utilizado
para movilizar a la opinión pública en los conflictos más recientes :
Afganistán, Iraq... Y cada vez formulo en vano un deseo siempre
desmentido : espero que los lectores, entendidos, dejen de caer, no caigan
en las burdas trampas de la propaganda...
Pero, por
desgracia, la reciente guerra de la OTAN contra Libia nos obliga a constatar
que estos principios están activos... ¡y funcionan muy bien !
Nosotros somos
pacifistas y “reaccionamos” ante los actos violentos libios
Según la tesis
oficial de la OTAN, nuestros bombardeos vía la operación “Protector
unificado”(sic) tienen por objetivo impedir que el régimen libio (las palabras
tienen toda su importancia) prosiga con sus bárbaros ataques contra el pueblo
libio [2]. Por consiguiente, “él” es quien comenzó y nosotros lo único que
hacemos es reaccionar ante los actos violentos enemigos que, además, son
difíciles de cuantificar y juzgar. Así, ¿son verdaderamente civiles inocentes
los “rebeldes” de Bengasi contra los que actúa Tripoli, aunque hasta en las muy
primeras fotos nos los mostraban armados hasta los dientes (¿por quién ?)
y aunque su Consejo Nacional de Transición se queje cuando se dirige a la OTAN
en Bruselas de no recibir suficiente dinero para profesionalizar a su
ejército ? [3].
Los bombardeos,
rebautizados, “campañas de ataques aéreos” fueron autorizados por el Consejo de
Seguridad de la ONU el 18 de marzo de 2011 como “reacción” a estas supuestas
masacres de civiles y para “proteger a los civiles libios”. Puede parece que
bombardear civiles para “protegerlos” es contradictorio, pero la misión se
lanzó verdaderamente en estos términos [4]. Por lo tanto, la guerra sería una
“réplica” a lo que la OTAN llama “los bárbaros ataques de régimen de Gadafi
contra el pueblo libio”.
Gadafi, monstruo en
funciones
La propaganda
canaliza clásicamente el odio y los resentimientos de la opinión pública hacia
un dirigente enemigo, que se supone es la causa de todos los males. Este será
al mismo tiempo un loco, un demagogo, un cínico, un militarista... Así, durante
la Primera Guerra Mundial, Guillermo II - antes de Ben Laden, Milosevic o
Saddam Hussein – personificó al enemigo que había que abatir. Evidentemente, la
guerra tiene como objetivo su captura, después de lo cual la humanidad
recuperará la felicidad.
El conflicto con
Libia no es una excepción a esta regla, pero la construcción mediática del
personaje de Gadafi es particularmente interesanre. En efecto, tras haber sido
la personificación del mal, del “terrorismo internacional” y el enemigo público
n°1 al que se hizo responsable de todo tipo de atentados, el coronel (que
también había nacionalizado las compañías petroleras de su país) volvió a ser
recomendable. Cuando en junio de 2011 el ministro belga de Defensa, De Crem, asegura
querer bombardear Libia mientras no se libre de Gadafi, parece haber olvidado
que el jefe del anterior gobierno belga, Guy Verhoofstadt, recibió a Gadafi en
Bruselas unos pocos años antes con toda la consideración posible. Entonces
Gadafi volvía a ser un interlocutor válido tanto para Berlusconi como para
Sarkozy, quienes le autorizaron a instalar su campamento en sus jardines, lo
trataron con familiaridad y le hicieron firmar sobre todo el compromiso de
detener en su país los flujos migratorios del sur deseosos de ir a Europa [5].
Unos bombardeos
nobles
Uno de los
principios de la propaganda de guerra quiere que se haga creer a la opinión
pública que nuestro compromiso belicoso tiene unos nobles fines. Nunca debe
tener que ver ni con recursos económicos que hay que controlar ni con objetivos
geoestratégicos, sino verdaderamente con una democracia que hay que imponer,
con un militarismo que hay que sofocar y con pobres personas en cuya ayuda
acudimos. Así, en el caso libio no tendrá que ver con el control de los
recursos petroleros de excelente calidad de este país ni con la situación
estratégica entre dos países con un destino político desestabilizado por la
“primavera árabe”. En cambio, toda la propaganda se estructurará en torno a la
falta de democracia del país (lo que no es falso, pero no provoca
sistemáticamente intervenciones armadas de la OTAN como en Arabia Saudí y en
los Emiratos...) y a los libios que esperan nuestra “ayuda”.
Esta vez no se
trata de socorrer a los kosovares ni a las mujeres afganas ávidas de
emancipación ni a los kurdos iraquíes ni a los chiíes oprimidos, sino más bien
de salvar a unos civiles a los que debemos proteger de la brutalidad de las
fuerzas de Gadafi. Por lo tanto, nuestros bombardeos sobre Libia tendrían un
fin noble y altamente “humanitario”.
Las“atrocidades”
libias y los “abusos” de la OTAN
Las guerras
arrastran inexorablemente tras de sí su cortejo de actos violentos, de
iniquidades y de víctimas inocentes. Aunque en grados diversos, en cada campo
se asesina a niños y ancianos, se viola y se tortura.
El genio de la
propaganda de guerra es hacer creer al público que “nosotros” llevamos a cabo
una guerra “limpia”, contrariamente a nuestros enemigos. Así, en la guerra de
la OTAN contra Libia los medios de comunicación describen en el menú las
atrocidades enemigas, pero tratan de silenciar las de la OTAN y sus aliados. A
pesar de ello, la tortura se “legalizó” verdaderamente en el campo occidental
con ocasión de la guerra contra Iraq [6], pero no se hace la menor alusión a
ello.
En cambio, cuando
se haga imposible negar el carácter mortífero de los bombardeos de la OTAN,
habrá que minimizar su carácter atroz. Rebautizados “ataques”, se supone que
son “incursiones de precisión” que tienen por objetivo únicamente blancos
militares. Y cuando se deduzca que las víctimas son civiles e incluso niños, habrá
que negarlo primero, utilizar el condicional, hablar de las “alegaciones” del
“régimen” de Gadafi que no se pueden verificar y después reconocer finalmente
un “abuso”, haber matado “accidentalmente” o “por error” a civiles. Así, una
incursión de la OTAN en 20 de junio en Sorman, a 65 km al oeste de Tripoli,
causó quince muertos civiles, tres de los cuales eran niños. Después de que un
periodista de la Agencia France Presse constatara que verdaderamente eran las
víctimas, la OTAN ya no puede negar que esta “incursión de precisión” solo haya
atacado objetivos militares. También tendrá que reconocer haber matado el 19
junio a civiles “por error” durante un bombardeo nocturno de Tripoli, en el
barrio de Souk-al-Yuma (que, sin embargo, ¡se suele señalar como hostil a
Gadafi !) y haber atacado accidentalmente a una columna de vehículos
“rebeldes” en la región de Brega el 16 de junio de 2011 [7]. Para minimizar los
daños ocasionados por el bombardeo de una vivienda particular [el periódico
belga] Le Soir [8] pone hábilmente en duda el testimonio de la víctima
escribiendo que Khalid El-Hamidia afirma haber perdido a su mujer, a sus tres
hijos pequeños y su casa durante un ataque de la OTAN y más adelante que según
él su casa había sido atacada por un bombardeo de la OTAN. Como el titular
habla de un “blanco legítimo” (sin signo de interrogación), muy evidentemente
retoma el punto de vista de la OTAN y desacredita el de la víctima.
Por supuesto, estos
“errores trágicos” y “daños colaterales” son inexorables, pero solo se observan
entre los enemigos. Cuando quienes son culpables de ellos son nuestros
ejércitos o nuestros buenos aliados de la “rebelión” libia, la discreción es de
rigor. Desde las primeras semanas de la “rebelión” y al menos hasta julio de
2011 la ONG Human Right Watch (HRW) de origen estadounidense y poco susceptible
de simpatía por Gadafi, señala que la “rebelión” libia se entrega a graves
excesos contra los civiles de las regiones que controla : palizas, saqueos
de bienes, incendios de casas, saqueos de hospitales, domicilios y comercios...
Pero cuando se trata de nuestros buenos aliados, la información de HRW se
publicará en condicional (“habría tenido lugar unos incidentes”) [9]
contrariamente a lo que concierne a las “atrocidades” de nuestros enemigos que
siempre se consideran confirmadas a priori. Por lo que se refiere a quienes
huyen de Libia, no olvidemos que la causa principal de su exilio reside en
nuestros bombardeos.
Pérdidas cero
Para tranquilizar a
la opinión pública, la propaganda repite machaconamente que nuestros ejércitos
son tan eficientes que no hay ningún riesgo en que nuestro ejército participe
en esta nueva “operación”.
Es cierto que unos
bombardeos son, evidentemente, menos arriesgados para quien bombardea que para
aquel que es bombardeado (sobre todo si no tienen una defensa antiaérea
eficaz). Sin embargo, este desequilibrio flagrante de los riesgos empieza a
difuminarse cuando la “operación” se prolonga por tierra. Las guerras en
Afganistán e Iraq también se debían haber saldado teóricamente en “cero
muertos” pero, naturalmente, la realidad desmintió esta previsión.
El balance de
muertos se calcula muy a la baja ya que generalmente solo tiene en cuenta las
muertes producidas entre los soldados “oficiales”. Ahora bien, cada vez más la
ocupación se confía a mercenarios privados, llamados “contratistas”. En
Afganistán, por ejemplo, estos subcontratados son tan numerosos como los
“verdaderos” militares estadounidenses, pero sus contratos escapan al control
parlamentario y mediático. Solo la sociedad L3-Com cuenta a día de hoy con 350
muertes de soldados privados [10]. Así pues, en caso de que la operación libia
se prolongue por tierra, hemos de estar atentos cuando se nos presenten
balances tranquilizadores de “nuestras” tropas en caso de que estas incluyan
también a mercenarios que, además, son difíciles de controlar en su manera de
actuar y a veces son reclutados sobre el terreno sin discernimiento.
¿Cómo seguir siendo
crítico ?
La crítica
histórica nos enseña que discernir los hechos exactos exige contrastar las
informaciones que provienen de fuentes diversas. En el caso que nos ocupa, este
ejercicio es muy complicado si no imposible : se filtran pocas
informaciones independientes de Libia, la radiotelevisión libia es
absolutamente inaccesible en el extranjero porque los emisores satélite están
bloqueados y porque nuestros medios de comunicación acompañan inmediatamente
cualquier información molesta de un comentario de los “rebeldes” a los que
apoyamos o de la OTAN. Así, el contribuyente que se pregunta por qué una parte
de sus impuestos se destina a pagar las salidas excepcionales de los F-16
belgas y sus bombas solo puede contar consigo mismo ante la propaganda que
domina en nuestros medios de comunicación, ejercer su sentido común y dudar.
Notas
[1]Anne Morelli,
Principes élémentaires de propagande de guerre applicables en cas de guerre
chaude, froide ou tiède, 1ª edición 2001, última edición Aden 2010. La obra se
ha traducido a siete idiomas, entre ellas el japonés. [Hay traducción en castellano :
Principios elementales de la propaganda de guerra : (utilizables en caso
de guerra fría, caliente o tibia…), Hondarribia, Hiru, 2001]. [2]Declaración
del comandante de la operación “Protector unificado”, general Charles Bouchard
(La Libre Belgique, 21 de junio de 2011). [3] Mahmoud Jibril en la sede de la
OTAN en Bruselas, 13 de julio de 2011 (La Libre Belgique, 14 julio de 2011).
[4] El Congreso estadounidense puso en duda la legitimidad de estas operaciones
militares contra Libia, que no fueron objeto de su autorización y, por
consiguiente, según la legislación estadounidense hubieran debido terminar 90
días después de su inicio (La Libre Belgique, 16 de junio de 2011). [5] El
acuerdo “contra los refugiados” firmado con Italia data de 2008. [6]Véase el
testimonio del general Riccardo Sanchez que dirigió las fuerzas internacionales
en Iraq de 2003 a 2004 y que reconoció que estas utilizaban sistemáticamente el
maltrato y la tortura ignorando las Convenciones de Ginebra (cf. el documental
de Marie-Monique Robin, « Torture made in USA », La Une, 15 de junio
de 2011. [7]Despacho de AFP (La Libre Belgique, 21 de junio de 2011) [8] 29 de
julio de 2011 [9] Despacho de AFP (La Libre Belgique, 14 de julio de 2011).
Aunque HRW denunciaba que en junio y julio habían tenido lugar excesos, el
periódico titulaba “La rebelión niega los excesos” y ponía un pie de
foto : “Al principio de la revolución habrían tenido lugar incidentes
(sic)”, es decir, ¡a mediados de febrero ! Por consiguiente, “incidentes”
viejos. [10]Véase al respecto el artículo de P. Descu, « Externalisation
et privatisation de la guerre : un pari risqué », en Tribune-CGSP,
julio-agosto de 2011.
Anne Morelli es
profesora de “Crítica histórica” en la Universidad Libre de Bruselas y
Presidenta de “Mujeres por la Paz”.
Traduccion :
Beatriz Moralez para http://www.rebelion.org/noticia.php...
Gadafi era un tirano sangriento.
Yo lo creí pero cambié de opinión
Hace varios meses
estaba conmocionada por el modo en que se reprimían las manifestaciones en
Libia. Estaba convencida de que Gadafi aplastaba sangrientamente a los
manifestantes y que bombardeaba a los civiles en Trípoli. A fines de julio tuve
la posibilidad de trasladarme allí para ver la situación real y poder
testimoniar.
Todo lo que dicen
los medios no son más que mentiras. Estuvimos en Trípoli, pudimos circular
libremente, nada de estado de sitio, de tanques, policías armados aterrorizando
a la población. En Trípoli impera la calma, en total contradicción con el caos
que anuncian los medios, que describen a la capital como si estuviese al borde
de la guerra civil.
Todas las personas
entrevistadas —civiles, voluntarios, militares y hasta opositores— dicen lo
mismo : hay, sin duda, muchas cosas que cambiar en Libia, pero hacerlo es tarea
de los libios y de nadie más, y sobre todo no es tarea de los rebeldes salidos
de quién sabe dónde, que en su gran mayoría vienen del extranjero. Los sondeos
en el seno de la población indican que el señor Gadafi cuenta con el apoyo de
al menos 90% en la región de Trípoli, y de al menos 70% en todo el país.
¿Podemos destruir un país porque hay 30% de oposición ? En ese caso, hay que
venir pronto a Francia, pues allá somos más de 30% quienes queremos que Sarkozy
se vaya. ¿Quién va a armarnos y financiarnos ?
La 0TAN y Francia
violaron las resoluciones 1970 y 1973, concebidas para proteger a la población
libia. Numerosos civiles —mujeres y niños entre éstos— fueron muertos por los
misiles de la 0TAN. La Alianza no bombardea los sitios militares, sino
escuelas, hoteles, tiendas y casas, sin ninguna moral y justificándolo al decir
que se trata de « daños colaterales ». ¿Cuántas víctimas ha causado la 0TAN
desde el comienzo de los bombardeos ?
Francia y Qatar son
responsables de la muerte de cientos de civiles, por no decir de miles. Francia
y Qatar arman, financian y protegen a los rebeldes. Son éstos quienes matan,
violan, masacran, torturan, decapitan. Cometen las peores exacciones, las
peores atrocidades contra la población civil o contra toda persona que no
comparte su odio al régimen.
Varios videos
evidencian esta barbarie. ¡Esa gente que apoyamos es la que nos presentan como
la oposición democrática en Libia ! ¿Pero quiénes son realmente ? Muchos vienen
de Iraq, de Afganistán, Egipto, Niger y de otros países de África. Son los
mismos islamitas que nos dicen que combatimos en Iraq y Afganistán. De modo que
un día los combatimos y al otro los protegemos. ¿Cuáles son sus
reivindicaciones ? Nada que no sea saquear el país, instalar el caos a su paso.
Esto es algo nunca
visto : se ataca a un país, matando a cientos de civiles, bombardeando cientos
de infraestructuras, sosteniendo a rebeldes bárbaros, y todo sin una comisión
investigadora, sin ninguna prueba verdadera de las matanzas de Gadafi, sólo a
partir de artículos periodísticos. Nos enteramos de que nuestro nuevo
presidente BHL1 desea ayudar a Libia y que entonces se la debe bombardear y
apoyar al CNT2. Sin embargo, los libios no reconocen al CNT ni a los rebeldes
y, pase lo que pase, defenderán su tierra y su libertad hasta el fin. Tal es el
testimonio de las personas que entrevisté en Libia. Ellos no comprenden porqué
se les ataca, porqué se les mata y porqué se destruye su país si jamás nos
pidieron nada. Los mentirosos medios corporativos tienen una gran
responsabilidad en lo que hace a la guerra.3 No solamente permitieron el voto
de la resolución de la 0NU y el bombardeo del país sino que permitieron,
durante todo el conflicto, justificar las atrocidades cometidas en nombre de la
« democracia » francesa.
Los periodistas
saben que Gadafi jamás bombardeó a la población durante las manifestaciones (ni
una imagen, ni una prueba) y que las manifestaciones en Bengasi no tenían nada
de pacíficas. Los rebeldes estaban armados con palos, cuchillos, sables : se
puede ver en las imágenes y videos en internet. Atacaron a las fuerzas del
orden y sembraron el caos en la ciudad. Los periodistas conocen las atrocidades
y las exacciones que se cometieron. Saben que esos rebeldes no reflejan en nada
a la población libia, pero no abren la boca. Al contrario : repiten sin parar
que los insurrectos avanzan y que el poder pronto será derribado. No se informa
sobre la muerte de cientos de civiles a causa de la 0TAN, ni una palabra sobre
las violaciones, las torturas y los asesinatos de los rebeldes contra los
civiles.
La población libia
sufre la indiferencia de todos. A causa del bolqueo, ciertos libios están
privados de medicamentos, de comida y de combustible. Con la cubierta de la
resolución 1973, la 0TAN y Francia cometen crímenes contra la humanidad. La
0TAN, como organización es responsable de los daños materiales y humanos de
esta guerra. Es culpable de las consecuencias económicas desastrosas para la
población libia. En una democracia, es la población la que financia, y hemos
dejado hacer sin decir nada. En cuando a Sarkozy, deberá responder por sus
actos ante un tribunal por mentiras, crímenes de guerra, crímenes contra la
humanidad, violación de las resoluciones 1970 y 1973 (al bombardear civiles,
armar y financiar a los rebeldes). Francia no sólo envió tropas para ayudar a
las milicias rebeldes, sino que las proveyó de armas y dinero.
Libia está de pie y
resiste. Presenta sus reclamos ante la Corte Penal Internacional, ante los
tribunales belgas (juridicción de la que depende la 0TAN), la Corte de Justicia
Europea, las juridicciones nacionales de los Estados agresores. Libia emprende
gestiones ante el Consejo de los Derechos del Hombre de Ginebra, el Consejo de
Seguridad de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Llegó el momento de
despertar y de decir que se detenga esta propaganda mentirosa que justifica los
crímenes y matanzas de la población en nuestro nombre. Los medios y nuestros
políticos nos manipulan y nos mienten sobre la situación en Libia.
Imagínense un
régimen que cuenta con un 30% de opositores. Otro país decide armarlos,
financiarlos y ayudarlos a sembrar el caos en todo el país. ¿El restante 70% no
es mayoritario ? ¿No tienen ningún derecho ? O acaso nosotros —0TAN, Francia,
Europa— defendemos el derecho de quienes pueden sernos útiles ?
Está claro que
nuestro apoyo a los rebeldes proviene del hecho de que Francia y los otros
piensan recuperarse con jugosos contratos en Libia, y sobre todo rapiñar las
riquezas del país. Un libio me ha dicho : « Ahora que sus cajas están vacías,
vienen a Libia a reflotar sus cuentas ».
Una vez que se
encara la verdad todo se aclara. Las verdaderas rozones de nuestra presencia en
Libia no es la democracia, sino que es únicamente el petróleo. Espero que
quienes lean esto tengan la curiosidad de verificarlo en internet y se darán
cuenta de que lo que sucede ahora en Libia. Hay que hacer lo posible para
detener esta matanza, deteniendo los bombardeos y dejando de armar a los
rebeldes.
La 0TAN, Francia
—sobre todo Sarkozy— y BHL deberán responder ante la justicia por sus crímenes.
Es tarea nuestra hacer que esto suceda un día y que sus crímenes no queden
impunes.Traducción de Agustín Prieto por http://www.aporrea.org/
Qué hará la Otan para ocultar los actos de terror...
Michel Collon
La horrible verdad
se confirma poco a poco. Se vienen declarando desde abril -pero en vano-
diversas misiones internacionales de investigación : las tropas de choque de
los « rebeldes demócratas » no paran de cometer atrocidades, violaciones
bárbaras, secuestros, linchamientos racistas y crímenes de guerra. Y mientras
no se matan entre ellos.
Nosotros recibimos
cantidades de testimonios desde allá : no es la libertad la que hacen
reinar en Tripoli, es el terror. No son ellos quienes han matado a las
fuerzas de defensa de Libia, han sido las armas sofisticadas de
la Otan. Los países más poderosos de la Tierra aplastan a la pequeña
armada de un país de quince millones, luego de haber privado a la población de
agua, comida y electricidad ; y ellos llaman a eso una
« liberación ».
La última hazaña
realizada por los « rebeldes » ha consistido en esposar a decenas de
civiles negros, en torturarlos y ejecutarlos. Nosotros hemos mostrado
las imágenes. Por supuesto que se reconocerán como unos « mercenarios
de Kadhafi », pero es completamente falso, nosotros
habíamos hablado recientemente con esas personas que fueron masacradas, usted
ha podido ver las imágenes en michelcollon.info y podrá leer
pronto la entrevista que realizamos.
La « gestión
de las malas noticias »
Hoy en día y en los
días que vienen la pregunta es ¿Qué hará la Otan y sus agentes
de desinformación para neutralizar el efecto de estas
revelaciones ? ¿Cómo van a « trabajar » la opinión
para anestesiarla ? Es simple, nosotros ya hemos estudiado esos
métodos del Pentágono para « gestionar las malas noticias » en
nuestro libro « Cuidado, los medios » (1991). De hecho estas ya
habían sido reveladas por el coronel de la Fuerza Aérea de
EUA Darryl Henderson.
El primer día, se
va a temporizar. Se dirá que no se sabe cuál campo de fuerza ha cometido este
acto, que se comprobará. De hecho se sabe muy bien pero, eso permite
sembrar la confusión y ganar tiempo.
El segundo día se
asumirá que se trata de los rebeldes, pero con mucha imprecisión y se pretenderá
« que se está llevando a cabo una investigación ». Se sigue ganando
tiempo. Al mismo tiempo, para divertir a la gente, se presentará una
« masacre » atribuida a Kadhafi. Será desmentido de inmediato,
pero este hecho vendrá muy tarde, será discreto y el efecto deseado se habrá
producido. Eso se llama darle largas al asunto.
El tercer día, se
enunciará que hay una proceso llevándose a cabo para encontrar y castigar a los
culpables, evidentemente este proceso tomará tiempo.
« Gestionar
las malas noticias » es ganar tiempo, sembrar confusión, darle largas al
asunto y divertir.
Después se harán la
pregunta : ¿Están realmente sorprendidos y aproblemados los
Estados Unidos aliados a la sección libia de Al-Qaida por estas
atrocidades ? O bien ¿el caos y los próximos enfrentamientos entre
rebeldes serán « útiles » para imponer su presencia ? Todo se
puede hacer pasar « trabajando » la opinión.
En el libro de
bolsillo Libia, Otan y
los mediosmentira, Michel Collon analiza toda
la desinformación que ha preparado y acompañado esta guerra :
« Bombardeos hacia la población », « mercenarios »,
« violaciones al Viagra », « ríos de sangre »,
« deserciones masivas », « guerra humanitaria » o guerra
económica, rol de los servicios secretos occidentales, que ha rechazado
negociar, que forma parte realmente del CNT ; alianza de
la Otan con Al-Qaida, rol de las tribus, rol de los medios, agencias
de comunicación y campañas para diabolizar, rivalidades entre París – Roma
– Washington...
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